lunes, 13 de abril de 2015

Del qué hacer al quehacer.




Ebon Heath



Puri me contó por experiencia que pronto haría todo lo que quería mi madre que hiciera, y ahí estoy,  aprendiendo inglés y utilizando el aceite hidratante.

-Entonces, me quieres decir que no sabéis en qué idioma hacer las reuniones porque Wiep no habla español y tú no hablas inglés. ¡Qué mala es la pereza hija mía! ¡vaya decisión idiota no hablar inglés!

Alguna vez también dijo que conocía a gente mucho más tonta que yo que publicaba libros. Pero ese no era un capítulo importante.

El otro día presentando el libro de Paco me acordé de eso. No se me puede acusar de amiguísmo porque hay muchos amigos que escriben libros que no me gustan y el de Paco Inclán me gustó de verdad, aunque lo supiera de antemano.

En ese coctel de performance, antropología, literatura, crónica y borrado me encontré con lo que buscaba, exactamente.

-¿Pero, para qué quieres aprender inglés si ya sé yo? ¡Qué pérdida de tiempo! ¡Con las cosas que tienes que hacer!

Dice la canca. Esas dos siempre polemizando en mi cabeza.

Y es verdad, tengo muchas cosas que hacer, escribir la reseña de “Todo Mentiras” y la de “Moo Pak” : cuesta sudores que Pepito te recomiende un libro y siempre que lo hace vuelves a la euforia de cuando tenías pocos años ¡Un librero que recomienda poco! ¡Qué suerte tengo!



domingo, 12 de abril de 2015




El ensimismamiento en esta ocasión también tiene que ver con que me apróximo al medio siglo y he decidido aprovechar para hacer listas, darme órdenes, refrescar lo aprendido, intentar sacar las basurillas. Hace poco leí en algún sitio que en la primera etapa de la vida hay que crearse un ego enorme y en la segunda desmontarlo e ir tirando las piececitas a la basura.

Pensé que el primer mandamiento que quiero darme es “no juzgaras” pero enseguida se me salió la interlocutora.

-¿pero, tampoco a los que juzgan?
-tampoco
-¡qué megalomanía de mandamiento! eso es inalcanzable.
-mejor "viaje a la suspensión del juicio"
-mucho mejor.


(ésta manía de anotar, mi madre también la tenía, mi hermana guarda mil sobres con recados que parecen cuentos y a saber qué escribe Matías en esa libreta, con esa letra regular, inclinada, menuda. No anoté de quién es la foto.)

viernes, 10 de abril de 2015

Una higiene vaporosa: el silencio.





Mira Shendel




El silencio me lo enseñaron entre Blanca y Carlos. Ese indio podía pasar muchos días sin hablar, hasta que en el momento menos pensado paraba el tráfico de la casa:

-Me pueden escuchar, tengo algo que decirles.

Y lo escuchábamos tres o cuatro horas porque merecía la pena.

Me costó mucho aprenderme el silencio, arrancarle la etiqueta de “tensión” que llevaba tan pegada. Tampoco me ayudó que estuviera por allí Joselin raca raca raca, explicándome que estaba intoxicada de cháchara.

Luego aprendí a zambullirme en los días sin palabras. Aprendí a separarme de mi rumrum mental y palabrero como de una grasa que me estaba tapando los poros y dejándome sorda. Dejar de emitir es como llevar el cerebro a la sauna para que respire.

A mí también me gusta decir a la vuelta.

-Me pueden escuchar, tengo algo que decirles.

domingo, 5 de abril de 2015

Desconexión en El Romeral







En el romeral pasan cosas de película francesa. Estos días la maestra los ha pasado correteando detrás de Valerian, un rumano con motosierra, y yo mirándolos encantada desde la ventana de la cocina, inventando dietas blandas: hojaldres con berberechos y vino blanco, por ejemplo.

Se sentía como si le hubieran crecido los arbustos en el subconsciente, nos pasa a los que tenemos matitas, si nos las cuidamos nos invaden. Por muchas hortelanas que fuésemos aquello no se podía acotolar, que dicen por aquí, era una selva El milagroso trueque que ella esperaba llegó, se lo propusieron los rumanos del huerto de al lado, que además allá trabajaban como forestales, a cambio de la limpieza llevaran el campo que nos vino tan grande el año pasado, nos sobra trozo aquí dentro.

María Jesús está contenta también porque mi tía Emma y yo ya hemos podido volver, su casa nos recuerda tanto a mi madre que la habíamos estado evitando sin darnos cuenta. Durante la comida al sol la leguleya me cuenta que mi madre y mi tía le parecían actrices cuando era pequeña, que para ella que se habían escapado de una película italiana aquellas vecinas tan guapas que llevaban panalones, iban en moto y tenían tocadiscos. Luego cambiamos de tercio y se indigna:

-Pero en qué cabeza cabe que colaborar sea ilegal. Pues es ilegal, si ven que mi vecino me ayuda a podar o se cae del pino a mí se me cae el pelo. Y no hablemos del sufrimiento que me producía ese montón de tierra yerma. Pero te despiertas un día y ahí está el hombre que buscabas, el vecino de la motosierra y ¿cómo no vas a transgredir? Transgredes Martita, por mucho que te sepas los númeritos que te acusan.

Luego se pasa a la medicina:

-A ver si me diagnosticas bien y me explicas porque en Zaragoza me duele todo y aquí nada.

Le dice a Concha, que se ha sumado a la comida de la que no sabía nada hasta las tres y que le hemos completado con dos huevos fritos recien puestos del gallinero de al lado. (quiero mucho a la gente que improvisa)

Emma llega al café y Susi nos enseña su delicadísimo herbario: tengo que conseguir hojas de tilo no he visto filigrana más sútil.

La colección de aceites sigue aumentando, el de gengibre es efectivo para este horrible dolor de muelas.

sábado, 28 de marzo de 2015

Grandes batallas: la Kiwcha contra el Roundup







Uno de mis terrores más intensos es el glifosato. Ahora la OMS dice que es “probablemente cancerígeno”, ¡qué carga ideológica en ese probablemente!¿Cuántos millones se habrán pagado por esa palabra? Cómo pueden hacer la vista gorda a los 30.000 enfermos renales del Bajo Lempa, por ejemplo.

No hacía falta que la OMS lo dijera, todos lo intuían, pero somos tan pedorros los humanos que nos envenenamos a nosotros mismos a cambio de un mayor beneficio económico y un menor esfuerzo. ¡Con lo rápido que se van los ratones cuando se encuentran a dos o tres familiares muertos! Y luego hay gente como nosotras, ingenua, que cree estar cultivando cosas sanas al lado de un campo de maíz que acaban de fumigar con esa merde.

¿Alguna esperanza? A veces muchas, no en el ser humano, en la naturaleza: parece que el amaranto, kiwcha en Perú, planta sagrada de los Incas, ha decidido plantarle cara a Monsanto.

viernes, 27 de marzo de 2015

Pensaba en el autobús de vuelta que





 Ahora sé que gestos hace ella por mí y cuáles son mis repeticiones de siempre a secas. En eso consistirá la metamorfosis, digo yo. De eso debe tratar mi sentido de lo cosmogónico si alguno tengo, de la presencia de su ausencia.

-¿De qué color tiene los ojos tu madre? Me preguntó Gonzalo
-¿De qué color tiene los ojos Gonzalo? me preguntó la Arse unas horas después, el día que esos dos se enamoraron.

Y podías llamar a casa a las dos de la tarde y decile: mamá, que voy con todas las Lolas Moras y un par de cántabras más a comer, y ella era capaz de comunicarse con cinco desconocidas, tres conocidas y una íntima simultáneamente sin equivocarse de canal. Entre mis grandes placeres estaba la sorpresa de escuchar sus charlas con Blanca, a los tres minutos de reencontrarse ya estaban en lo esencial. Hay un par de importantes en mi vida que no llegaron a conocerla, pero el resto recuerda nitidita su capacidad de comunicar bienestar, y su voz

Y no me voy a comer el mundo como ella quería, pero ahora ya tengo la impresión de estar digiriendo su fuerza, y de que lo seguiremos sufriendo y disfrutando juntas, con intensidad.

martes, 24 de marzo de 2015

Mauricio Medo


Influenza

Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas
Albert Camus



1
basta de trepar a los aviones que emprenden vuelo en la deshora
basta de caer desde tu beso sobre los tremos de su honda turbulencia
basta de deshablar en trances celulares alelado ante mi ruido
basta enjundia de súbitas querellas porquítame estas pajas
basta de volver a marcar poseso digital tu código de acceso
basta de flyers posts emails…
basta de fingirse natural, meditando la vida conyugal en una jaula
basta de ver por ahí al poema y susurrarle albur-azar por serendipia pura
arribo del transtierro- libre de alquilarme abyecto ganapán por unos óbolos
judas de mi cristo ábrome paso por el psicosocial temiendo sorprender
en mi lugar a un doppeldanger -inquilino de mi tálamo -cortesano de ti
temo también que mis hábitos hayan olvidado fobias y adicciones
que mi ausencia del poema me constriña pájaro en jaula apenas
con albur-azar en la garganta
temo que al verme el perro ladre no a mí sino a esa ausencia
ábrome paso:
cincuentonas con máscaras antigases otras, cholas, esputan el pañuelo
por el altavoces canta el locutor:
384, 485, 586,687…
y
rueda la bolilla de la súper A(H1N1)
nuestro guión: toser y toser a pura cepa y sin vacuna infestando
cerdos pollos reses (los diarios nos dirán cómo a los peces)
ilusionados con el rol de extras en algún report de la CNN
arribo del transtierro /desde otra órbita /fuera de mí/ y lo único ahora es
el pavor por tener que descifrar las claves de mi propia partitura
en ella mi amor exponencial y cárdeno
la tierna parva de achiperres acechando el manzano
& la bravura de mi perro apiojada
por ello, señor- dije al chofer- sí, probablemente esta gripe sea
una puta manipulación química
con qué distraer la veleidad musulmana
pero en mí la única aflicción que quepa ahora es dar la talla
y cuando llegué el viejo medo bramó:
¡aquí mi judas¡
mientras reías (y reías)
pavana



2

de nariz a encender la obscura luz de su secreto lupercal
va el zafio cabrón mientras estornudan
796 víctimas de A(H1N1)
                                             -¿tío qué cosa esmu-sul-mán
¡1000¡  otra vez oye la voz del chofer “puta manipulación”
vibrando en la escarcha que hiela rúbea en su piel
pero ni el frío y su vapor neumonal – mientras en la radio
la A(H1N1) como un hit musical
va de nariz
volver implica para él, recomenzar
ya no como un diligente ganapán
sino, más bien, como ingente hacedor
donde sólo ácaros y dentritas de polvo
fuera de toda descripción
objetivista y neutral
va sólo como un modo de comprender la realidad
con todos sus yoes y túes tosiéndole en la espalda
¿dónde me estoy mi amor?
vas de nariz al lupercal desde el transtierro
cuando ya son 1001 víctimas
                                    y la A(H1N1)
vibra alf layla wa-layla
con la voz de scheherazada
(o mejor como una “puta manipulación”
con qué dar cebo al cameramen)
no me corro yo, cabrón
(medo es otra “puta manipulación”)
para poder hablar
de cómo escarcha el ande
(lejos de la voz del locutor,
sin rating)



3
pero de que he vuelto no quepan dudas: ve el beso
                                 rabiar en los labios de mi amor
el resto es una “puta manipulación”
 la voz del fercho me hace escribir aún contra mí
y vuelto ¿eh? es decir al principio – wu-wei
hasta calzar en el poema, ya exangüe, glosolálico
                                               y por serendipia pura
aún dudo si escribir contra mí constituya una praxis política
                                    o una estrategia musical
pero funciona, en cuanto nombra la realidad
                                              con nuevos sustantivos
                                     trovar clus
he vuelto de ver face to face lo que de ayer más temía:
                             otra “puta manipulación”:
la rutina: sus días repitiéndose pesados como los pasos de un waltz
de comprender que ayer es sólo otra más:
                           la de la idealización banal de lo que ya…
           (la cual convierte vida en un sema bisilábico, efímero y brutal)

¿qué comprendería el fercho por “puta manipulación”, eh?
tampoco lo sé.
fue proverbial.
hay algo sabio en la oralidad, algo que, es cierto, se tizna
con las nuevas posibilidades de escritura y subjetividad
(chats, MUDs, posts, flames, spams)
todas con ese matiz tan verne, que habría, y sólo
por un momento, considerar  toda voz
como la nota de un pentagrama panfónico,
y ya no escribir,
                                     sólo callar
escuchando toda esa bulla atroz como a un poema.
sobre esto nada dice el locutor.
¡ gripe pituca¡- exclamó al ver la bolilla de la H1N1 rodando
por la casilla 2008, casi a tiro de año,
siempre tan cool, tan tamiflu , tan made in isla caribeña,
                                               que implicaba un status

nunca he visto
- escribió aurora bravo- en nueva york, suiza o ámsterdam
                                     que la gente se muera por el friaje,
                             aunque los inviernos registren temperaturas más bajas
hay una semejanza liminal entre helar el pulmón
                                     a -18 grados centígrados
y escribir poesía
         
            aunque esta sea cascajo para el orden social,
                                                             una utopía

El trampantojo de enfrente.




Creo que ese de enfrente es mi trampantojo favorito, en el taller estuve descuartizando casas, no podía haber tenido un paisaje más diverso e inspirador para hablar de las ventanas y los miradores, los ojos de la casa, que el que se ve al subir la persiana. Ni podía alojarme para estrenar ese curso en casa más parlanchina que esta, estoy segura de que hay espacios que retienen más el tiempo y aquí recuerdo en qué esquina hablamos de qué y en qué rincón he leído qué poema. 

Pero volviendo al trampantojo, todavía disimula mejor por la noche




miércoles, 18 de marzo de 2015

Monólogo



Ala, venga, al mundo, a la ducha ya, que las lentas no perdemos autobuses.

 (Siempre he querido tener un edredón drapeado) 



martes, 17 de marzo de 2015

¿Por qué lloran las lechugas?










Cuando leí esa pregunta di un respingo.En el artículo me encontré con uno de esos videos que sirven para pensar el tiempo, el ciclo, el ritmo, y que siempre estropean con musiquitas. No les hace falta ninguna dramatización a las amapolas para estirarse. Acabo de ponerme muchos de estos en la tele mientras trabajo, así veo una programación sin repeticiones y de rabiosa actualidad.