viernes, 31 de agosto de 2012
sábado, 25 de agosto de 2012
Desde un viento subsahariano.
De la serie anual “Estrellas fugaces”
Partió el cielo en dos, era la estrella fugaz más grande que yo he visto, cuando me
iba a poner a imaginar qué habían pedido los demás, Lord Miércoles desvió mi
atención. Dijo:
-Mi
deseo es tener todos los deseos.
Entonces
yo cambie el mío y me pedí tener, aunque sólo sea un rato, ocho años.
Rebelión en la Porta
El pez
que cuelga del atrapasueños se ha puesto a nadar y el porche ahora parece un
barco que se hubiera dado la vuelta. La cuerda de tender se llena de pajaritos
que rodean extrañados al pez, se echan a volar hamacas, sábanas y manteles, se
balancean los lazos sueltos de la parra, se tiran del árbol varios mangos, el agua de la manguera hierve, las flores se
arriman entre ellas como si estuviesen cotorreando. Y a mi, el viento
subsahariano que sopla desde anoche, me manda de una patada en el culo a la
cocina que está fresca y a oscuras.
Anteayer se volvieron a ir todos.
Tatiana
me trajo un vagón de abrazos, noticias radiantes sobre mi futuro inmediato, paciencia
para desatar nudos e infusiones de hiperico. Enseguida cayó en las redes
Caeirianas en las que lleva enredado el molino todo el verano.
Se echa
de menos el silencio de Yeray, de Zoe y
de Gonzalo. La extraña familia estable de este año. El poeta, cada vez mejor
poeta, vuelve pronto a hacerme más gran compañía.
Para mientras Yeray y él llenaron la casa de pegatinas.
Atención
Muchas gracias por su atención
Dice la
que acabo de encontrarme en una nevera.
También encontré un poemilla vacilante entre las pinzas de tender que me llenó de alegría.
También encontré un poemilla vacilante entre las pinzas de tender que me llenó de alegría.
domingo, 19 de agosto de 2012
Un domingo molinero
Más onírico que muchos sueños
He
amanecido en mitad del barranco incendiado, calzada con chancletas e intentando
entender el lenguaje de linderos naturales que me explicaba José, esta tierra se
mueve, no es del todo mensurable, quien marca lo que es nuestro y qué de la
indescriptible vecina son los granados, el tamarit, el pomelo y las adelfas. Sobre
todo las adelfas
Durante días noto que me fallan las palabras cuando intento expresar
cualquier pensamiento
Entonces me pongo a hacer cálculos. Pienso con números y luego los exagero:
El número
de coincidencias incomprobables se aproxima al más elevado que se puede
escribir con tres cifras. Me digo. Y dejo de sentirme balbuceante e ilusa.
Cuando oigo a los demás dejo de oírme a mí
misma.
Gonzalo
nombra caballero a Yeray, que pasa a llamarse Lord miércoles, mientras preparo
el fuego. Juliana y Zoe planifican meticulosamente una tarde de playa mientras corto las migas. Gonzalo y Ester se entregan a los relatos judiciales mientras
sofrío la cebolla.
Luego llega
Iraida a comer y en la sobremesa queda inaugurada como sede de confidencias la
casa de aperos.
El cambio de destino de Lola
Lola es
la perra tuerta por picotazo de pato con la que he compartido los últimos
veranos, sal de aquí y vete las palabras
que más repetía. Este año ya sólo quedaban de ella pulgas y garrapatas y yo
había conseguido tener cierta autoridad. Desde que llegaron Ester, Eva y
Juliana la perra se acercaba más y empecé a encontrar cuenquitos de agua debajo
del coche. Aunque se oye todo en la casa entera, no intuí que había un complot,
excluyendo a Eva, todos estuvieron contraviniendo mis órdenes y perfectamente
organizados para convencerme.
-¡Cómo
te vas a llevar a esa perra! ¡Cómo la vas a meter en un piso! Además tiene
dueño. Haz lo que quieras, es el carnicero del mercado, habla con él.
Entonces
intervino Ester, que es la que me conoce con más contundencia.
-Mira
que eres original, te molesta la propiedad hasta sobre cosas, no digamos con
las personas, ¿con los perros haces una excepción o es que no lo tienes pensado?
Es un maltratador además.
Y
claro, cedí.
La llevaron
al veterinario y a una peluquería canina, cuando volvió ya ni siquiera cojeaba.
De pronto se convirtieron en ven todos los vete. No he visto a un ser vivo más
contento. Además no era de nadie, que diga misa el carnicero, no llevaba chip.
Pronto
me encontraré a esa princesa de Éboli paseando con arnés por Zaragoza. Era
penosísimo verla últimamente. ¿Se le olvidarán las garrapatas y todos los
olores del valle? Desde anteayer no han parado de pasar perros buscándola.
¡¡¡Bien!!!
Gonzalo
y Tatiana son las dos personas con las que más me comunico durante el año en diferido, no se conocen, dentro de una horita, cuando Gonzalo termine de
fotografiar todas las flores, vamos a buscarla y nos vamos los tres a cenar.
viernes, 10 de agosto de 2012
Tú ya sabes que tengo un corazón muy especial
Después de lo que me pasa leyendo la biografía de Kafka y de reorientarme gracias a la compañía de Gonzalo y de Caeiro, sentada a la puerta de mi casa, a medio día y tras un buen manguerazo:
Trato de imaginar a alguien que le diga a Shakespeare: "¡Relajesé!"
Elias Canetti
El título me lo regaló ayer José, que es quien me cuida y me mata las plantas, estábamos hablando de...¿de qué estábamos hablando?
miércoles, 8 de agosto de 2012
Alberto Caeiro
Pobres flores, las del arriate del jardín geométrico.
Parecen temer a la policía...
Pero son tan buenas que todas florecen igual
y tienen la misma sonrisa antigua
que tuvieron para la primera mirada del primer hombre
que las vio y las tocó levemente
por ver si también hablaban.
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(...)
Me consolé volviendo al sol y a la lluvia
sentándome otra vez a la puerta de mi casa.
Los campos, al final, no son tan verdes para quienes se sienten
amados
como para los que no.
Sentir es estar distraído.
lunes, 6 de agosto de 2012
Más semanas en el jardín
Me
desperté pensando que todo había sido mentira.
Durante
el café decidí dedicar el día a averiguar qué significaba todo y qué
significaba mentira en esa frase. Hay que poner a ralla esas agrupaciones recurrentes de términos que sólo pretenden
cambiarme el estado de ánimo. El lenguaje, a estas alturas de nuestra relación, no
debería intentar deprimirme con generalidades chocarreras.
El
tamaño de tres U-topos
500
Manzanas
Los mil
metros de la ponderosa, las quinientas manzanas de tierra que David pago y puso
a nombre de la comunidad, el molino.
Visitas
Después
de días y días sola podando y podándome, (ya que lo hacía física aproveché y también metafóricamente, si a las plantas les
sobran ramas viejas no digo a mí), llegaron Zoe y Yeray. El niño tiene ocho años
y es un colmo de delicadeza, yo diría que padece un exceso de educación. La
madre le cambia adivinanzas y ratos de lectura por ratos de la maquineta esa. Me
gusta oírlos de fondo, además sé que en cualquier momento puede saltar la chispa,
y salta:
-Mamá,
¿cuándo salen los dientes de oro?
Lecturas
María
José trajo la biografía de Kafka de Citati. Voy por la mitad. Paro cuando me
dan ganas de irme a Praga y a principios de siglo para darle al mejor de los
autores una colleja antidubitativa, aunque con eso privara a la humanidad de su
gran obra.
También
leo, pero muy despacio, a Svetislav Basara, eso fue recomendación de Jesús en
su blog. Degusto lentito su capacidad para saltar de vacío en vacío con tanta
gracia
Luego
están los poetas, que se han quedado en mi mesa jardinera y me acompañan en los
riegos.
La foto
La hizo Gonzalo. Nos visitó después de cenar una mantis que posó tranquilísima para cuatro cámaras un buen rato.
La hizo Gonzalo. Nos visitó después de cenar una mantis que posó tranquilísima para cuatro cámaras un buen rato.
viernes, 3 de agosto de 2012
Explorando el aire
En cada
curva cambia la emisora de radio. El tiempo justo para captar cuatro o cinco
frases o unos cuantos arpegios, y enseguida a otra curva y a otra cosa: a un
concurso absurdo, en el que regalan un fin de semana en un hotel, lo invade una
canción de The Clash, que rápidamente es sustituida por un informativo en el que
sólo tienen tiempo para rezar dos sobresaltos porque cruzo un túnel de esos
que tienen las autopistas en las patas, y salgo de allí oyendo a Karina.
El alemán, Udo, sólo me ha dicho que siguiera
hacia arriba desde mi casa, pero no me ha aclarado si desde el camino o desde la carretera. Como sólo he subido tres o
cuatro veces a Peña Escrita elijo el camino. En apenas cinco kilómetros se
abandona el trópico, van apareciendo pinos y olivares y, casi al final, cuando
ya se ve sierra nevada y el mar, se queda un buen rato fija radio clásica y a
lo lejos veo a un paisano haciendo un muro de piedra. Como todos los
hombrecillos auxiliadores que aparecen de la nada para ordenarme las carreteras, me dice que voy
de culo, que no me entero de nada, y me manda a la casilla de salida.
En El
Salvador trabajé una vez en esto, viajábamos averiguando qué emisoras invadían
a las otras y midiendo cuanto. Lo único que había que hacer era manejar
suavecito paseando un aparato que registraba al milímetro las fronteras del
aire.
Busco
al alemán porque ayer regué también el router y me quedé sin Internet. Por fin tengo un motivo para conocer el valle
de al lado, que es parecido a este. No veo un alma pero la gente está y el primer
ser humano que encuentre sabrá exactamente dónde vive el alemán de Internet.
-Pero
no son alemanes, son ingleses
Discuten
la madre y el hijo que aparecen en la penúltima indicación “casa al lado de un corral
de cabras”.
Cada
vez tengo más curiosidad por conocer a Udo. Las emisoras se dejan de
interrumpir porque ya estoy muy arriba, paso a otro calidoscopio: cómo nos
vemos, cómo los vemos, cómo nos ven, cómo nos mostramos, cuánto nos ocultamos,
dónde se ocultan.
Me
vuelvo a casa con el router nuevo. Y es distinto el molino con ondas y sin
ondas.
La music es la banda sonora de Dead Man de Jarmuch, uno de los placeres enormes de esta semana. Vienen bien las ondas.
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