Mi abuelo de padre, al que no conocí, era de Málaga. Exportado a Aragón parece ser que encontró más espacio para las saetas que para las alegrías. Quien lo oyó dice que cantaba como los ángeles. De ahí viene la tradición del flamenco en mi casa. Algunas veces nos vamos los cuatro a un concierto. No deberíamos llevar a mi madre, que disfrutar, disfruta, porque ella es de su natural disfrutadora, pero no se entera de nada. O, mejor que restar, sumar a la Tía Pili, que anda enamorisqueada del Poveda
El cambio de paradigma sociocultural en una novela regionalista aragonesa:
«La cuadrilla del gatico negro»
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Publicado en Revista de Folklore nº 525, noviembre 2025, pp. 3-12
INTRODUCCIÓN DE JOAQUÍN DÍAZ En el primer artículo de este mes, Javier
Barreiro propone u...
Hace 6 días
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