lunes, 1 de febrero de 2010

Aproximadamente





No creo en las invocaciones pero las invocaciones creen en mí:
han venido otra vez como líquenes inevitables

Dice Antonio Gamoneda.

y también dice;

Hay una salud que sucede a la desesperación

El cuadro es de José María Sicilia

8 comentarios:

Araceli Esteves dijo...

Qué bueno eso de que hay una salud que sucede a la desesperación. Me viene como agua de mayo en un día en el que he estado sumida en sensaciones y sentimientos muy desesperantes.
Un abrazo

Tomàs dijo...

Hola. Decirte que me atrae el contenido de tu blog. Me he reconocido en las sensaciones y los estares que se leen en él. Gracias.

Tomàs dijo...

Hola. Decirte que me atrae el contenido de tu blog. Me he reconocido en las sensaciones y los estares que se leen en él. Gracias.

Tomàs dijo...

Hola. Decirte que me atrae el contenido de tu blog. Me he reconocido en las sensaciones y los estares que se leen en él. Gracias.

Tomàs dijo...

Hola. Decirte que me atrae el contenido de tu blog. Me he reconocido en las sensaciones y los estares que se leen en él. Gracias.

Tomàs dijo...

Hola. Decirte que me atrae el contenido de tu blog. Me he reconocido en las sensaciones y los estares que se leen en él. Gracias.

Marta Sanuy dijo...

Hola Araceli, a ver si me paso por tu blog que es que voy de cráneo, pero siempre, siempre, merece la pena. es un placer recibir tus visitas. Me alegro de que estés ya aliviada.

Hola Tomás, te creo las cinco veces, parece que se ha vuelto loco el sistema. Bienvenido y gracias.

Tomàs dijo...

Disculpa. No queria ser tan efusivo. No sé qué ha pasado.
De paso añado que con la catarsis de la desesperación pasa como con todas: lo bueno viene después, salud,sosiego, madurez...