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Las navidades, ese chirimiri de tristeza
Estaba tan ensimismada viendo mirar que no me daba cuenta de que estaba “barriendo el paseo con la chaqueta”, me ha dicho la intrépida ciudadana bilbaína que ha osado interrumpirme hoy, mientras buscaba la estación de tren, por la tarde.
Ensimisma ver a tantos eligiendo entre garbanzos iguales, creyéndose escondidos en alguno de esos colores inflamados de luz de escaparate, buscándose con desesperación, soñando con la exacta apariencia que su otro les ha usurpado y necesitan recuperar, con poco dinero y para poco rato.
La desolación, casi la peor tristeza, suele atropellarme en alguna calle comercial, todos los años, todas las navidades.Imagen
Jannis Kounellis
2 comentarios:
Acabo de escribir mi post sobre un viaje a pasadas, pasadísimas ya, navidades y encuentro esta lluvia fina y triste cayendo en tu blog. Y sí, parece que todo ha quedado reducido a comercio vacío para llenar huecos... pero si tomas una calleja cualquiera de esas que nacen sin darse importancia de las grandes avenidas comerciales seguro que encuentras la puerta a aquella alegría con acebos y luces de antaño... Un abrazo
La Navidad es una época tristemente alegre, creo yo. Alegre con desgana y como por obligación.
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