Viví en un lugar con pocas estaciones y cuando llegaba septiembre, aunque hacía un calor impresionante, necesitaba ese otro abrigo íntimo que sólo puede proporcionar una chaqueta a tiempo.
Años antes, leyendo a Octavio Paz , había localizado el hueco que nos deja la perdida de los ritos cíclicos, y también entendí que, el vértigo es, sobre todo, imaginar el tiempo como una línea recta sobre la que corremos.
Lo más importante siempre se olvida y una y otra vez volví a saber de los horrores del hacer progresivo; del desorden inherente a la acumulación y lo estúpido de las carreras ¡La levadura de minucias que nos invade cuando pensamos que se puede llegar a otro sitio y antes siguiendo una línea recta!
Ahora tengo unos pocos mojones para marcar un tiempo circular, estacional, uno de los más importantes es ir a estrenar la primavera entre las dunas de Punta Umbría, a Edita, ese encuentro al que tan bien le cuadra mi etiqueta para todo: repetición y diferencia
Gracias a todos por estar.
Y sobre todo gracias a Uberto Stabile, por su atención invisible, por todo
El cartel de este año es de Rodolfo Franco
8 comentarios:
Hola Marta: te robo el texto para mi blog, un beso
Lo que quieras.
De tu silencio deduzco que estoy sana.
¿Nos vamos juntos el lunes a la biblioteca? ¿o quedamos en que nos venia mal?, que no me acuerdo. Yo termino a las cuatro y media. Ya me dirás.
besos
Me ha encantado tu blog! Te felicito! un saludo!
Que tengas buen viaje hacia Punta umbria
Aún no había leído esta entrada, tal vez porque creía que ganaría con ello tiempo. No se volverá a repetir. La mujer sin atributos es un mojón necesario. Gracias por explicar/te/nos tan bien, Marta.
Besos mil.
(creo que ya otra vez te había dicho cuán partidaria soy también de los ritos cíclicos).
Gracias a todos.
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