domingo, 1 de febrero de 2009

Metaliteratura de alto calibre



Los sucesos ordinarios están alineados a lo largo del curso del tiempo como sobre un hilo. Allí tienen sus antecedentes y sus consecuencias que, apretujándose, se pisan los talones sin tregua ni interrupción. Esto también tiene su importancia en la narración, ya que su alma es la continuidad y la sucesión.

Pero ¿qué hacer con los acontecimientos que no tienen su propio lugar en el tiempo, los acontecimientos que llegaron demasiado tarde, cuando el tiempo ya había sido distribuido, compartido, descompuesto, y que ahora se hallan suspendidos, no clasificados, flotando en el aire desamparados y errantes? ¿Acaso el tiempo es demasiado insignificante para todos los sucesos?¿Es posible que todas las localidades del tiempo se hayan agotado? Preocupados, recorremos el tren de los sucesos preparándonos para el viaje. Por el amor de Dios, ¿acaso no hay aquí venta de billetes para el tiempo?...¡Revisor!

¡Calma! Sin pánico innecesario, lo arreglaremos calladamente con nuestros propios medios.

¿Habrá oído hablar el lector de los carriles paralelos del tiempo en el tiempo de doble vía?

Sí, existen ramificaciones del tiempo, en verdad algo ilegales y problemáticas, pero cuando se introduce de contrabando, como hacemos nosotros, un acontecimiento de más, que no se debe clasificar, uno no puede mostrarse demasiado exigente. Intentemos, pues, encontrar en algún punto de la narración un desvío, un callejón sin salida, para arrojar allí esta historia ilícita. Sin miedo. Sucederá imperceptiblemente, el lector no sufrirá ningún trauma. Quién sabe, quizá, mientras estamos hablando de ello, esta oscura maniobra ya se ha realizado y ya avanzamos por un callejón sin salida.


Bruno Shultz Madurando hacia la infancia Editorial Siruela

1 comentario:

SATSUMA dijo...

¿Sabes una cosa?Yo creo que nieva para que me entren aún más ganas de leer (libro-sofa-manta-té........................)
La compañía es mutua, ¡y cuánto aprendo contigo!¡y cuánto me animas!¡¡Graciasgracias!!