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Así las cosas retorno; busco voces, palabras, esa otra compañia
III
Cautivo enredo ronda tu costado,
pluma nevada hiriendo la garganta.
Breve trono y su instante destronado
tiemblan al silvo si suave se levanta
Más que sombra, que infame desvelado,
la armadura del cielo que nos canta
su aria sin sonido, su son deslavazado.
Maraña ilusa contra el viento anda.
Lento cae el paredon del sueño;
dulce costumbre de este incierto paso;
grita y se destruyen sus escalas.
Ya el viento navega a nuevo vaso
y sombras buscan deseado dueño
¿Y si al morir no nos acuden alas?
IV
Pero si acudirás, allí te veo
ola tras ola, manto dominado,
que viene a invitarme a lo que creo:
mi Paraiso y tu Verbo, el encarnado
En ramas de cerezo buen recreo
o en cestillos de mimbre gobernado;
en tan despierto tránsito lo feo
se irá tornando en rostro del Amado.
El alfiler se baña en la rosa
sueño será el aroma y su sentido,
hastío el aire que al jinete mueve.
El árbol bajará dicción hermosa,
la muerte dejará de ser sonido.
Tu sombra hará la eternidad más breve.
José Lezama Lima de Enemigo Rumor (1941)
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