martes, 16 de octubre de 2007

Escaneando cerebros enamorados



Siempre me ha interesado, con motivos, la química del cerebro, pero además me divierto mucho con esta batería de sustancias explicativas y su montaje visual: los libros que se caen al principio, la dopamina como el quinto de caballería, el zoom, pasarse del pop a Mozart, el escaner de los cerebros enamorados. ¡Esa retórica!; "poco podemos hacer": ¿no es literaria?.

Salgo mal parada, creo me desaconsejan el colocón del amante porque tengo baja la serotonina, es crónico y hereditario, pero saberlo me da ventaja contra las neurosis y no suelo bajar la guardia. Eso si, a partir de ahora voy a desterrar el lenguaje amoroso de mi vida. Nada de veleidades poéticas, me preguntaré cuando proceda: ¿es la dopamina y la norepirefrina cabalgando sobre mi hipotálamo?¿me ha anegado un coctel químico y no es gin-tonic?

Ya en serio: esto termina con una pregunta que me apetece lanzar al aire. Ahí va.

6 comentarios:

beatus_ille dijo...

oye maña, y toddas esas -inas las venderán en farmacia???

un bsazo


Machado decía que un corazón solitario no era un corazón...
pero vaya

Marta Sanuy dijo...

Serotonina si venden. Pero si quieres te cuento como se puede fabricar en casa

beatus_ille dijo...

ok!!! más atractiva casera jajaja

estoy más liada q la sandalia de un romano
tengo las horas parceladas por actividades
esto durará un tiempo pero no será eterno... espero, jajaja

vas a rematar el artículo o no? lo, q quieras

Marta Sanuy dijo...

Lo rematare.
yo tampoco puedo respirar mucho, solo cuando nado, volví ayer. Por cierto, respirar bien un rato al día es la salvación, no tengo dudas.

Jesús Alonso dijo...

Yo era muy malo en química, pero la serotonina funciona y a veces de una forma muy rara. Una vez se me empezó a disparar viendo abrigos en los escaparates. Acabé reventado.

Marta Sanuy dijo...

Pero no se te disparó. Te bajó.