sábado, 5 de marzo de 2016
Robert Frost
El pasto
Me voy al pasto a desbrozar la fuente;
a rastrillar las hojas, nada más
(y ver si aclara el manantial, quizás):
No tardaré, ven tú también.
Me voy en busca del becerro nuevo
junto a su madre. Apenas ha nacido;
se tambalea porque ella lo ha lamido.
No tardaré. Ven tú también.
De "Algo Hay que no Es Amigo de los Muros" Robert Frost. Traducción Rhina P. Espaillat. Editorial Conaculta.
viernes, 4 de marzo de 2016
Deberíamos incluir en nuestra dieta un día sin electicidad a la semana
Lleva tres días lloviendo y ayer nos quedamos sin luz. La electricidad es el sistema nervioso de las casas y cada tanto tiempo colapsa.
Como en Huachinango, el pueblo de los electricistas que se queda a oscuras, nos pusimos a platicar. Mientras nos comíamos una papaya mirando llover, Mely me contó la agria experiencia de esa misma mañana. Había salido a correr al estadio cercano a su casa, no tenía el coche y para llegar tiene que atravesar una zona bien feya. Pero aún así se animó a ir, es consciente de que muchos años cubriendo feminicidios le han dejado secuelas, pero se quiere enfrentar al miedo, colocarlo de a poquitos y donde haga falta y no a guacalazos. En una de esas calles feas no había más que un hombre; unos cuarenta, canoso, bien vestido, y Mely empezó a tener miedo. Tuvo mala suerte estadística, el hombre, como el ¿cincuenta, sesenta, setenta, ochenta por ciento? hubiera hecho, la acosó con un gesto y le dijo una grosería. ¡Qué cantidad enorme de malestar, de miedo acumulado! ¡Sabran lo que provocan!
Diz que es electricista el señor que cuida el garaje de la puerta de al lado, al menos es electricista uno de los dos, porque son gemelos idénticos y trabajan en el mismo sitio. Sospechamos que ayer nos tocó el hermano que no era. De nada sirvieron nuestras sagaces hipótesis sobre donde se ocultaba el corto circuito. Diagnosticó que nos habían cortado la luz, y no era así, para ocultar que no era el hermano electricista.
Me he acordado de cuando la lluvia decidía dar fiesta a los agricultores y ese día se llenaba a deshoras el bar de mis padres. Sin luz no hay quién haga un periódico. A las cuatro o por ahí todos se han ido a casa y poco después ya he tenido que empezar a encender velas, que como decía, al menos una vez a la semana me parecen balsámicas.
Por fin esta mañana ha arreglado el entuerto un electricista capáz de interpretar este galimatías, Primitivo.
miércoles, 2 de marzo de 2016
Perspectiva
Da vértigo mirar al techo, tanta altura amerita preguntarse cómo eran los que encargaron ésta, éstas casas. Temerían dar un estirón místico de golpe y estamparse la mollera.
Cuando era niña mi madre marcaba los libros de papel cebolla con plumas de pavo real.
martes, 1 de marzo de 2016
De oído
Marimbas,
vocinas, dos simulacros de incendio, a la señora que canta tamales y
da las tres y media, a un niño que habla llorando y me pone muy
nerviosa, a un bolito desesperado, el viernes, todo el día, los cortejos
adolescentes del Liceo Carlos Fuentes, que da justo a la ventana de
mi habitación, rancheras, pájaros, excavadoras, helicópteros, broncas de maestros, cantos religiosos, timbres, silbidos, el motor del agua, las carcajadas, las
entrevistas, y las exclamaciones de los compis del Lado B, algunas
conversaciones sesudas y muchas conversaciones normales se oyen en este jardín, que tiene la oreja bien abierta a la calle.
Cuando suena música sale por esa tubería transformada en altavoz.
lunes, 29 de febrero de 2016
José Carlos Becerra
Tenía la fortuna de no conocer aún a José Carlos Becerra, me lo pasó con urgencia y razones Gonzalo. También tiene cara de mago, también habrá puesto lo suyo en el jardín la intensa lectura de "El otoño recorre las islas".
III LAS REGLAS DEL JUEGO
Yo no daría la vida por mi vida: es otra mi verdadera historia
Octavio Paz
Cada uno debe entrar en su propio degüello, cada uno retocan-
(do su respiración,
cultivando sus excepciones a la regla, sus moluscos solares,
haciendo sus abstinencias más inclementes y más diáfanas
porque la luz debe romperse allí, la eternidad debe dejar caer
(un guijarro en ese gemido.
Recuerden la niñez de vuestra madre, la niñez de vuestra muerte;
solitarios del mundo y de todos los deseos,
inoculados por el lagarto y el pájaro que se enfrentan en todas
(las intenciones de la sangre.
Ustedes han sentido la máscara y la falsificación de la máscara
(el rostro
en los invernaderos de las pequeñas, inútiles ceremonias que to-
(davía nos conmueven.
Bajo la luz de una luna parecida a la desnudez de las antiguas
(palabras
escuchen este ritmo, esta vacilación de las aguas,
la noche está moviendo sus ruedas oscuras, estas palabras lle-
(van ese significado,
y yo me dejo arrastrar por aquello que quiero decir: aquello
(que ignoro,
y he aquí que la frase delibera su propio silencio.
Oh noche casual de estas palabras,
oh azar donde la frase regresa a su silencio y el silencio retorna
(a la primera frase,
en el lenguaje aparecen de nuevo los primeros caracoles, las pri-
(meras estrellas de mar,
y las bestias de la niebla ponen su vaho en los nuevos espejos.
Aquel que diga la primera palabra dejará caer el primer vaso,
aquel que golpee su asombro con violencia verá aparecer el
(fuego en sus cabellos,
aquel que ría en voz alta será el primero en guardar silencio,
(haciéndole señas extrañas a los árboles;
y el mar, como un síntoma interrumpido, vuelve de nuevo a
(oírse a lo lejos
y en su respiración otra vez escuchamos el ruido de esa puerta
que bate azotada por el viento del infinito.
Nace la luna sobre el mar como una antigua mirada del hom-
(bre.
En el puerto
se van encendiendo las primeras luces.
domingo, 28 de febrero de 2016
Hipnosis en el jardín con los auxilios de un mago.
Desde
que volvimos del vivero he estado concentradísima. Reconozco el
clima, ahora está llegando la primavera, y las especies, llevo tres semanas observando como se desplazan
el sol, la sombra, y hasta la luna por el jardín, no titubeo mucho. La primera noche
coloqué las aromáticas. El día siguente fue una danza y
una consultadera ininterrumpida.
algunos consultados
El mago Salamanca sólo movió el papiro. Luego se remangó, se frotó las manos igual que si comenzara su espectáculo, agarró la azada y
se puso a cavar , y yo, y a pasarnos la pala y el pico y la mangera, durante tres horas en absoluto silencio.
Después
nos tomamos un té, el mismo, pero el mío no se puso rojo. Entonces
me explicó que lleva semanas así, que no le habla a nadie porque
tiene que hacer un número en televisión y no se le ocurre nada.
Parece que todo se le ocurre soñando y últimamente no recuerda lo
que sueña. De aquí se fue con una idea, pero necesita que los
girasoles tengan en tronco hueco y eso no ocurre.
Luego
les mandaré a Vladimir y a Miguel fotos para que me cuenten los
nombres y los gustos de todas las plantitas desconocidas. De momento
entre lo que había y lo que trajimos este es el inventario.
Albahaca
Amarillis
Anis
Azalea
Bambú
Buganville
2
Cipreses
5
Comino
Cuna
de moíses
Diente
de león
Garcenas
3
Girasoles
Guisantes
Hibiscus
1
Lechugas-almácigo
Lirios
Margaritas
Menta
Naranjos
2
Narciso
Orégano:
2
Piña
Papiro
Pensamientos
2
Petunia
Romero
Rosales
7
Ruda
Salvia
Tomillo
Tulipanes
Violas
Violetas
africanas
He pensado bastante en el consul estos días, quizá porque el vienes desde temprano se tumbó un bolito al otro lado del jardín y estuve oyéndolo sufrir todo el día. Si ama su jardín no deje entrar a los niños decía el Consul, ésta mañana hemos tenido visita infantil, Uriel, y bajo este lado del volcan, menos mal, no son un problema el alcohol, yo estoy adicta al agua de jamaica, ni los niños.
jueves, 25 de febrero de 2016
Claudia Rodriguez, Syra Alonso, Atlixco, Malcolm Lowry y dos buenas almohadas.
Syra Alonso
Claudia,
la médico, melómana, fotógrafa y tranquila, vino a cenar migas. Es
otra de las personas a las que voy a escuchar lo mejor que sepa durante mucho tiempo. El espacio mandálico ayuda, y encontramos la brújula para empezar:
Enfermedades
que les causan las mujeres a los hombres.
Enfermedades
que les causan los hombres a las mujeres.
Enfermedades
de que causan los ricos a los pobres
Enfermedades
que...
Se
llena la agenda. Los viernes hablaré muchas horas con Tuss y los
martes con Claudia. Con Juan Cruz Moctezuma, el sincrético, lo hago todos los días. Acabo de
decidir que no será uno de los personajes sino un interlocutor
infiltrado.
En
la foto Tuss, su biznieto, me entrega los diarios de Syra (diosa celta de las aguas
y la noche) Alonso, que yo creo que me estaba esperando. El miércoles
será un buen día para viajar con ella en el tiempo y a Galicia, a
Paris, a Cuba, a Cuernavaca...
Ayer,
por fin, llegamos al vivero. Me pareció otra étapa de la llegada ir a Atlixco, me hipnotizan los pueblos pequeños. Por el
camino Gonzalo nos contó su viaje a la mítica Cuernavaca, donde
nadie conoce Malcolm Lowy y desde donde no se ve el volcan.¡Con lo
bien que se ve desde esta terraza!
Por fin me he comprado los dos almohadones mejor mullidos que he tenido nunca. Empezar a cuidar el cuerpo no puede convertirse en abandonar la cabeza.
miércoles, 24 de febrero de 2016
Las migas y la Arse, Gonzalo y San Juan.
Yo tenía más
osadía y utilizaba más especias, ella se gastaba un control absoluto de los
tiempos del fuego. La última vez que hice migas masivas, en el
Molino, también estaba Gonzalo, y dice que estaban igual de buenas
que las de esta noche, pero es mentira. En medio de un lío de treinta
personas (aquel día vino Iraida) la Arse me daba instrucciones por
el skipe. La puedo oír en
medio de una revolución, diciéndonos lo que tenemos que hacer.
-¡Mantened la
atención! ¡cuidaros!
Y diciéndome a
mí:
-No las mojes
más, que estás haciendo una papilla, tienen que quedar esponjosas
-Improvisa si
quieres pero las migas se mojan la noche anterior, hay que dejar que se
pongan huecas en el trapo, si se quedan secas puedes rectificar, pero
si se quedan hechas una maseta ya me dirás tú.
-Ala pimentón,
cuánto exageras, hija mía, exageras con todo, un poco de medida Y
para mí que les echas demasiada cebolla.
Ésta noche, mientras se freía la cebolla y yo regaba casi podía oírla:
-Te quedarán
buenas pero no en su punto. Eres muy atrevida. ¡Cómo vas a hacer unas
migas en una sarten normal y sin una buena rasera! Por cierto ¿Ya te ha
devuelto la rasera Miguel? Esa rasera es una joya. Me la hizo el tío
José.
Para mi abuela la técnica de mi madre y mi tía para cortar las migas simbolizaba el fin de la civilización. ¡No se puede llegar a más!- les contaba a sus contemporáneas-¡Ahora mis hijas cortan las migas a matillazos! (lo crudo y lo cocido, quizá llevaba razón)
Luego he salido al baño y en toda la casa se oía a Gonzalo Escarpa dando clase. Recitaba el Cántico. (San Juan y Vallejo, San Juan y Vallejo, en eso somos muchos los que coincidimos). Max, el gato, y yo, hemos llegado al mismo tiempo al sofá. Ya había empezado, estaba por aquí:
Luego he salido al baño y en toda la casa se oía a Gonzalo Escarpa dando clase. Recitaba el Cántico. (San Juan y Vallejo, San Juan y Vallejo, en eso somos muchos los que coincidimos). Max, el gato, y yo, hemos llegado al mismo tiempo al sofá. Ya había empezado, estaba por aquí:
8. Mas, ¿cómo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes,
de lo que del Amado en ti concibes?
9. ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y, pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?
10. Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véanse mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.
11. Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolecencia
de amor que no se cura
sino con la presencia y la figura.
12. ¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!
13. Apártalos, Amado,
que voy de vuelo.
El Esposo
Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma,
al aire de tu vuelo, y fresco toma.
La Esposa
14. Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos.
15. La noche sosegada
en par de los levantes del aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena, que recrea y enamora.
16. Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado.
17. A zaga de tu huella
las jóvenes discurren al camino,
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.
18. En la interior bodega
de mi amado bebí, y cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía;
y el ganado perdí, que antes seguía.
19. Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su esposa.
20. Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal en su servicio:
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio;
que ya sólo en amar es mi ejercicio.
21. Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido,
que andando enamorada,
me hize perdidiza, y fui ganada.
22. De flores y esmeraldas
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas,
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas.
23. En sólo aquel cabello,
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.
24. Cuando tú me mirabas
su gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.
25. No quieras despreciarme,
que, si color moreno en mi hallaste,
ya bien puedes mirarme
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mi dejaste.
26. Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.
27. Detente, cierzo muerto;
ven, Austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el Amado entre las flores.
Esposo
28. Entradose ha la Esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobre los dulces brazos del amado.
29. Debajo del manzano,
allí conmigo fuiste desposada.
allí te di la mano,
y fuiste reparada,
donde tu madre fuera violada.
30. A las aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores
y miedos de las noches veladores:
31. Por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras,
y no toquéis al muro,
porque la Esposa duerma más seguro.
Esposa
32. Oh ninfas de Judea,
en tanto que en las flores y rosales
el ámbar perfumea,
morá en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales!
33. Escóndete, Carillo,
y mira con tu haz a las montañas,
y no quieras decillo;
mas mira las compañas
de la que va por ínsulas extrañas
Esposo
34. La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado,
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.
35. En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.
Esposa
36. Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte ó al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.
37. Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos.
38. Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí, tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día.
39. El aspirar del aire,
el canto de la dulce Filomena,
el soto y su donaire,
en la noche serena,
con llama que consume y no da pena.
40. Que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía.
martes, 23 de febrero de 2016
La bomba y la tetería
Marta, pregúntale a tu tía Emma si ha
terminado de fregar y baja a quitar el motor. Me decía mi madre
todos los días a las tres o tres y media. Cuarenta años después me
he encontrado otra vez con el ritual. Ayer nos quedamos sin agua y
cuando volvió Mely dijo: hay que purgar la bomba. Se quitó la camiseta, trajinó con jarras, abrío
y cerro llaves, y ya estuvo, fue rico mojarse a medio día.
Se enamora por el olor, me dijo la
chica de la tetería, ella y su marido han prometido mandarme a la
peninsula convertida en una experta en té. Por el momento tenemos de
fresa y kiwi, blue eyes, manzana dorada, ponche de guayaba, té char, té verde. También un frasco enorme de hierba de San Juan, el hipérico, la
madre de la serotonina, y hoja y naranjo, que calma.
Ahorita sí me voy al vivero.
lunes, 22 de febrero de 2016
La Morada II
Necesito rápidamente un ornitólogo.
No conozco a las visitas matinales, sólo a los colibríes.
Después me he puesto a limpiar
cristales con Rubí, que trabaja a una velocidad impresionante.Y creo que haré lo mismo todos los
lunes. En este estado presocrático en el que me encuentro hasta
limpiar cristales se vuelve metafórico. La transparecia cuesta tanto
porque no se sabe si el borrón está por dentro o por fuera.
Los lunes tengo reunión a la una con
el Lado B, pero hoy se me he contagiado de la velocidad de Rubí y se
me ha pasado, durante la comida me lo contarán.
Ya casi se ha recuperado el pasto, la
grama, el cesped, el mantillo. Es muy reconfortante regar, y ahora
hay que hacerlo por la mañana y por la tarde. Teníamos un jardín
en la San Antonio casi perfecto, me ayudaba a cuidarlo Idoya, que era
agrónoma. A veces estaba aquel corrito tan bello que nos atacaba
Stendhal y lo trasplantábamos y lo volvíamos a cambiar. Aquí
también me va a ayudar un jardinero, y Vladi en la distancia, y
Miguel, y el mago Salamanca, que viene mañana, y estudió botánica, y sueña con olivos.
El domingo por la noche Pablo trajo a
una psicóloga estupenda, Alejandra, que casi se desmaya cuando entró
al salón Bachelard, ella es forofa y no conocía a nadie que lo
conociera. Un gran amigo de Pablo, de Gonzalo y mio, Arturo, está
haciendo la tesis sobre Bachelard. Yo a Bachelard siempre me lo he
tomado muy en serio, por eso le agradezco tanto al señor Escarpa que
haya puesto el orden de las casa en mis manos. El rubio, que nos ha
visto trabajar muchas veces juntos dice que trabajando“parecemos un
matrimonio hecho en el cielo”. Mi madre poco antes de morirse me dijo: vete con Gonzalo a México, lo que no sé es qué haces aquí.
Salgo a comprar una agenda. También sé
de los lunes que tenemos reunión a las ocho.
Próximamente "Las memorias de Zeno", uno
de los mejores libros que he leído,todavía lo digo con la boca
chiquita y aún tardaré, pero voy a intentar dejar de fumar.
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