jueves, 22 de diciembre de 2011

Invierno y Primavera provisional


He probado con vahos de eucalipto, con Vaporub, con limón y miel, con gárgaras de tomillo, con cebolla, con jengibre, con hidromiel, con menta, y nada, seguía sin poder hablar ni respirar. Al final me he ido a la cama con un montón de libros de poesía y eso me ha aliviado bastante. Buscaba sobre el invierno, pero todo lo que he encontrado era sobre la lluvia.


Invierno

Sólo se oye la lluvia
Cómo besa
Con sus bocas sedientas
Los ojos de la tierra

¡Sólo se oye la lluvia
Como una extraña queja!

Silencio tú te mojas

De "Poemas" Carlos Edmundo de Ory

Primavera Provisional

Deja fluir mis huesos entre las hojas
entre las hojas nacidas de haberte conocido
un día de lluvia
cuando los barquichuelos de tus orejas
cortaban las flores ocultas bajo los nombres de mis calles.

De Ailleurs Juan Larrea

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La lotería y la canción que me persigue.




Inma tiene dos certezas y una superstición: cree que adivina el futuro y que le va a tocar la lotería. La superstición es que no le tocará hasta que no haya repartido el premio correctamente, y por eso reflexiona mucho sobre el asunto.

Ayer tuvimos mañana euromillón, está llena de dudas sobre un pariente a quien recibir una cantidad así y de golpe no le haría ningún bien. Precisamente ahora, cuando estaba convencida de que lo tenía todo en orden y el premio era inminente, aparece ese personaje con una conducta capaz de poner patas arriba los códigos éticos de una de las chicas más dadivosas del planeta.

Por cierto, a mi me va a dar bastante dinero y me va a comprar un tractor.

El viaje de vuelta tuvo poco de viaje, no da tiempo a que asome ni una idea pequeña en el AVE hasta Calatayud, donde me bajé para toser un par de clases. Mucho menos si estas siendo perseguida desde hace tres días por la misma canción pero ¿cómo evitar las regresiones popis en casa de Fernández?

Además, me siguen encantando los esclarecidos y tengo la sensación de que es viernes.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Eureka




Empecé el periódico por la primera página aunque sé que eso altera todas mis sinapsis, enseguida me volvió a obsesionar una idea que me persigue desde siempre y que titulo “las patologías del dinero” y me puse a interpretar cada noticia como un informe devastador sobre la salud mental del planeta. Cuando hago eso termino muy mal.


Hoy he comido con Albereto y le he contado todas mis infantiles fantasías: nada de mandar a la cárcel a los corruptos, son enfermos graves. Sólo podrían reconocer la profundidad de su dolencia y curarse viviendo en el otro lado. A los de Gürtell, a los Urdangarin, a los ludopatas de las finanzas hay que aplicarles una terapia más seria: yo los mandaría a vivir en un piso de sindicatos y les daría trescientos euros al mes. Agua de su propio chocolate. Los 758 que según las estadísticas poseen el 80% de las grandes empresas mundiales también merecen urgentemente un tratamiento psiquiátrico, los recibe cualquier ludópata de tragaperras. Bueno, esas simplezas que repito siempre para desahogarme.


El otro día me encontré con un párrafo en La literatura del mal de Bataille que también me ha estado obsesionando:


“He aquí lo que tendremos que demostrar a este respecto. Lo mismo que algunos insectos, en condiciones determinadas, se dirigen juntos a un foco de luz, nosotros nos dirigimos todos a la parte opuesta de una región donde domina la muerte. El resorte de la actividad humana es, por lo general, el deseo de alcanzar el punto más alejado posible del terreno fúnebre (que se caracteriza por lo podrido, lo sucio, lo impuro): por todas partes borramos las huellas, los signos, lo símbolos de la muerte, a costa de incesantes esfuerzos. Llegamos a borrar incluso, si es posible, las huellas y los signos de esos esfuerzos. Nuestro deseo de elevarnos no es más que un síntoma, entre cientos, de esa fuerza que nos dirige hacia las antípodas de la muerte. El horror que experimentan los ricos ante los obreros, el pánico que sienten los pequeño burgueses ante la idea de caer en la condición obrera procede del hecho de que a sus ojos los pobres están más cerca que ellos de la guadaña de la muerte. Y a veces esos caminos turbios de la suciedad, de la impotencia, del lodazal, que se deslizan hacia la muerte, son objeto de la aversión aún más que la misma muerte”


Pero la revelación, la convicción de que tengo muchos, muchos, muchos cuentos sin escribir con el dinero como protagonista, la tuve en el lavabo.


Eché agua hirviendo en la preciosa poza de cristal de Nacho para hacerme vahos, a ver si podía respirar, y el cristal se rajó de punta a punta. Después del minuto de “no es posible”, como si fueran conejitos recién vomitados empezaron a salirme los títulos de esos cuentos. El arreglo me va a costar lo mismo que un ordenador, que el viaje pendiente a París y que diez cuotas de mantenimiento molinero… menos mal que pude recordar la convicción de los diez minutos anteriores: no hay relación sana posible con el dinero, ese instrumento maléfico, la única aspiración es pensar lo menos posible en él, ardua tarea porque es omnipresente. Como no hay escapatoria me he propuesto retratarlo en muchas las posturas. A ver si así lo neutralizo un poco, o, por lo menos, hago un diagnóstico más exacto de quien menos se lo espere.



Podemos empezar es la última frase de Paradiso.

martes, 13 de diciembre de 2011

La rentrée



Otras evidencias pasaran raudas y de largo, cómo no, pero un buen poeta nunca se me pasa.

Además de al poeta vi a muchas más gentes imprescindibles el viernes, en la presentación de Canis Mutus. El reencuentro con Manuelle Peloille, que se me quedó hace diez años al otro lado, es muy importante, terminaré contándolo.

Pero lo que urge, siempre, es el poema.

Evangelio según San Mateo

Vive para dejarte atrás
Interpón la distancia suficiente entre los días
para no alcanzarte desde una hora pasada,
que éste que eres no se deje
coger por el otro al que fuiste abandonado.

Ni se te ocurra volver la cabeza
y mirarte a los ojos
recuerda.

Todos los mendigos son molestos.

David Herranz

p.d En la dedicatoria del libro David me pedía que le fuera fiel a la poesía, me quedé pensando que no tengo otra cosa que hacer.

viernes, 9 de diciembre de 2011

y de las relaciones a skipe abierto


Ahí he dejado a Bauman, gimoteando sobre los males de la tecnología, y me he venido al ordenador, a pensar con Tatiana.

Está claro que ese hombre no tiene ni idea de lo enriquecedoras que son las relacione s a Skipe abierto. Del bienestar que produce estar con alguien en silencio también se disfruta en un chat, hay días de cinco conversaciones y otros de silencio sepulcral. Hay días de charrada verbal y otros de charrada escrita. Hay días de trabajar y noches de tomar copas.

Hay muchas notas que dicen:

-Que voy a la cocina

-Estaba pensando…

-Se me ha ocurrido

-Ya estoy mejor

-¡Y si vamos a…!

-Mira esto

-Mira

-¿Estás?

En las relaciones a Skipe abierto se trufa lo cotidiano con lo sublime y fluye cadenciosa la intimidad.

[12:43:14] Marta Sanuy: No puedo recordar quién me dijo que estamos padeciendo las enfermedades de nuestros padres con veinte años de adelanto

[12:43:20] Marta Sanuy: estamos buenos

[12:43:28] Tatiana: pues eso

[12:43:43] Tatiana: el médico me ha dado la dirección de un centro en el que te enseñan a ser zurda

[12:43:57] Tatiana: y si no, me ha dicho, cambio de trabajo o de oficio directamente

[12:44:00] Tatiana: nada de ordenador

[12:44:03] Tatiana: casi me meo de la risa

[12:44:07] Marta Sanuy: eso puede ser una revolución mental, cambiar de mano

[12:44:08] Tatiana: ja ja

[12:44:13] Marta Sanuy: en serio

[12:44:17] Tatiana: Eso me apetece

[12:44:23] Marta Sanuy: ahora te pones a currar con el otro hemisferio y alucinas

[12:44:43] Marta Sanuy: yo me casé con un ambidiestro, tendría que contar esa historia, nunca sabía si subía o si bajaba

[12:44:53] Tatiana: próximo post, por favor

[12:45:01] Tatiana: vivir del otro lado

[12:45:08] Tatiana: con el otro lado

la imagen es de Mar Arza

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Una ternura rabiosa


Es tan larga la novela que cuando tuvieron un accidente los personajes principales, en la página cuatrocientos y pico, tuve la esperanza de que se mataran todos. Además, por alcahueta cuquera, como todo el mundo hablaba de Bauman encargué 44 cartas desde el mundo líquido para reseñarlo y ahora resulta que no es un libro, es una vomitona de obviedades inconexas que me espera agazapada en la otra esquina del salón. Por si fueran poco esas dos obligaciones, un alumno me ha dejado algo titulado La práctica del relato, na menos.

Menos, menos mal, que llegan los lunes por la noche y hay clase, esta semana estaban sembradas Tati y la Morgana y me dejaron rondando alrededor de las imágenes nítidas de sus planetas. Además tener tanto tiempo secuestrado me está sirviendo para refrescar la indignación:

-Me parece horrible que alguien pretenda hacerme leer para entretenerme. Yo leo para dudar, para cambiar, para obsesionarme con una frase, para establecer analogías, para sentirme acompañada, no entretenida, para ampliar el horizonte de mi pobre cabeza y de mis tontas emociones.

-Es decir, que el entretenimiento se sobrentiende.

Sintetiza el maestro, que siempre contesta al teléfono con un disuasorio -¿quién es?-para ir deslizándose, poco a poco, hacia la bronca dulce bajo cuyo paraguas llevo guareciéndome treinta años.

A veces utiliza una protesta que me encantaría robarle, pero no me atrevo aun, cuando dice:

-¿ y mi sensibilidad qué?

Lo de siempre, Javier, violencia y ternura.

-Ese sí es un libro fundamental. Habría que leer ininterrumpidamente a Rof Carvallo porque lo que nos hace falta, de verdad, es una ternura rabiosa.

Repite.

Y la foto viene al caso porque es de la que me he acordado al volver a oír "ternura rabiosa", y porque la tengo que guardar en un sitio seguro. No sé por qué, pero creo que este es un sitio seguro.

Se disfruta mucho extrañando a Amanda.

Hasta de extrañar se disfruta por aquí.


lunes, 5 de diciembre de 2011

El poeta está ahí para que el árbol no crezca torcido


El Manifiesto de Nicanor Parra (muy Bien dicho)

¡cómo no!

viernes, 2 de diciembre de 2011

Versiones: Térez Montcalm




Me gusta esta mujer. Casi elijo la versión de La Foule, buenísima, pero huyo del tremendismo como un gamo. Mucho más por la mañana y sobre todo si luego me toca dentista.


P.D Mi papá y yo pedimos hora juntos siempre, vamos muertos de miedo pero, mientras Víctoria hurga, Matías me acaricia un pié, y luego yo a él.


martes, 29 de noviembre de 2011

Los deseos de inventar ardides admirables


La mujer del tiempo plantó el culo entre Málaga y Granada y me perdí la única noticia que me interesaba. A veces llueve mucho allí, en un allí que me recuerda al allí de los cuentos de Cortázar, porque es a donde voy en sueños y está cerca y lejos al mismo tiempo.

Annette von Droste cuenta cosas insignificantes en las cartas a su preceptor sólo con la intención de convencerlo de este apego desdichado a todos los lugares en los que no está y a todas las cosas que no se encuentran en ella. Cuando lo leí entendí demasiado bien a la Von Droste. Ese fue un espaldarazo solvente, me convenció de que necesitaba un lugar en el mundo.

Me gustan los relatos que intentan esclarecer ese minuto en el que no sucedió nada y se decidió todo: el minuto en el que alguien baja de un autobús delante de una pastelería en la que hay un cartel que dice “se busca camarero”, y decide conseguir aquel trabajo, dejar de estudiar económicas y matricularse en filosofía. Por ejemplo. El minuto en que alguien mira la vajilla sin fregar y decide hacer la maleta. El minuto en que otro descubre que se ha borrado una novela enterita y se alegra al saber que significa que nunca más. El minuto en que después de colgar el teléfono, era René, llamaba desde Congo, estábamos en Ámsterdam, recuerdo hasta en que posición estábamos sentadas, la niña Blanch exclamó:

-El rubio, ¡qué dice que hemos comprado un molino en Andalucía! que lo ha encontrado Martín ¡A saber qué ondas ese rubio! Pero nosotras a lo nuestro, vámonos, ¿una cena rica niña Marta?

Llamé a José, el hombre. Me contó que había llovido muy bien y que su novia se había llevado un ramo de flores muy bonico el día anterior, que huele de maravilla y que todo medra, que están espléndidas las vacas de plantas. La novia de José trabajó cuando era joven en el molino machacando almendras, me dijo en que rincón estuvo sentada horas y horas, recordaba, todavía en uso, la almazara que estamos desenterrando. Me gusta que ahora vaya allí a buscar flores.

Pensar en lo de allí desde lejos es una gilipollez (palabra que eligió Tatiana entre sus diez favoritas y que a mi también me gusta). Martín se pego el invierno sufriendo porque creía que estábamos matando la parra de sed por haber puesto terrazo y lo que pasaba es que se estaba aguachinando.

Yo meto la pata igual, pero me rodeo de agricultores viejos, el padre de Miguel, el tío Teodoro, aprendo lo que puedo y noto cuánto sufren sin la tierrita. El padre de Miguel plantaba calas alrededor de los campos y todo apunta a que heredaré sus bulbos. El primer plan que tengo cuando regrese al mundo es aprender a podar.

(el título un verso que siempre recuerdo de Paul Eluard)

domingo, 27 de noviembre de 2011

Una entrada sosa que me encargó una bloguera graciosa


Cuando llegó el sms de María José diciendo: “todo saldrá bien y escribirás una entrada muy graciosa” me sentí como si me pusieran una de mis constricciones, luego descubrí que la entrada graciosa la estaba escribiendo ella. Aprovecho para recomendar sus "escritos daltónicos"

Rebusqué, pero no era inspirador lo que acontecía, era de un agridulce que me recordó a Azcona. Por ejemplo, con el setenta por ciento escrutado, la enfermera guineana que me puso el enema dijo:

-Si quieres te lo ahorro, creo que con mirar la tele vamos a tener las dos los mismos resultados.

Media hora después los hechos empezaron a despeñarse; la compañera de habitación ya estaba sobreexcitada- ¡y que hace una negra trabajando aquí! -dijo, al oír aquello me dio una contracción de las que precisaban gotero y los del PP salieron al balcón. La compañera de habitación sólo tenía un interés: cómo era la mujer de Rajoy, le pareció muy fea y después de repetir dos o tres veces “vaya mierda de melena” apago la luz y se dio la vuelta. Cuando aquella gente gritaba en Génova “soy español” intenté imaginar como sonaría coreado “soy suizo””soy lituano” o ”soy alemán”, probé con cuatro o cinco nacionalidades más y concluí que sigo sin imaginación, como se me empezaba a pasar el dolor apagué también mi luz y me concentré en cómo suena un hospital por la noche y en cómo aplanar el galimatías en que había convertido la cama articulada. Otro juguetito al que tenía ganas de echarle el guante.

Por mucho que las cámaras se obstinen en situarse dónde debería estar la cabeza del paciente mientras atraviesa raudo tantos pasillos, y por mucho que haya intentado acompañar a mi padre en cada uno de sus paseos en camilla, yo sabía que ese ángulo es intransferible. No me dio tiempo a pensar “mamá mírame”, pero mamá me miró y no para de repetir que entré al quirófano riéndome y salí riéndome, y sigo así, feliz y liberada.

Merci beaucoup a todos los que han escrito, llamado y venido a verme. El cariño acelera a una velocidad de vértigo mi recuperación.