miércoles, 2 de mayo de 2018

¡¡¡Cuánta amistad es necesaria para poder pensar en solitario!!!




Del Bajo Lempa hasta la Ribera del Ebro transcurrieron veintitrés o veinticuatro años y unos 17.800 kilómetros si tomamos en cuenta también el trayecto Baeza-Madrid-Zaragoza. Intento buscar la distancia exacta en Google Maps, pero ¡no tiene ni idea!

Vladimir y yo  cumplimos y  ya nos hemos presentado a nuestros ríos.

Su encuentro con el Ebro fue breve, porque volverá para ver como se transforman los chopos y el tamarit con los meses. Fue breve pero no fue baladí, ese poeta agricolari nunca ha sido en vano. Vino hasta aquí para salvar a un cangrejo. Silvi y yo intentamos deducir si aquel bicho casi deshidratado que había dejado la riada en el camino era un cangrejo español o americano, y no dimos con el chiste.

¡¡¡Cuánta amistad es necesaria para poder pensar en solitario!!! 
Que decía Canetti.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Cuánta amistad!!! Y esa imagen del encuentro evocando los ríos, me despierta la nostalgia. A un río lo veo, al otro, lo imagino.

Marta Sanuy dijo...

¡Te debieron estar pitando los oídos, cherita querida! Tú también harás el recorrido, vas a ver.