viernes, 17 de noviembre de 2017

Siempre, siempre, conviene tener un altarcito



Cada año se simplifica más el mío. La pluma la encontré en el jardín botánico de Chapultepec. Los pendientes fósiles me los regaló Silvia, una paleontóloga que nos explica el futuro. El Búho me lo regaló Claudia, en Teotihuacan. Las flores casi siempre crecen en casa de María Jesús. La bolsita misteriosa. Ay la bolsita misteriosa Samantha, eres la más querida de las vecinas de mi biografía. Gracias.



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