miércoles, 17 de febrero de 2016

Mirá


Después del rico y platicado desayuno y de que los plomeros contuvieran los derrames de la casa, hemos comido en el Zocalo. Todavía no me había hecho Gonzalo de cicerone, y es bueno el niño. Siempre ve las minucias. Me ha enseñado entre otras cosas la hibridación de la cerámica de Talavera con la de una colonia china perdida por aquí en el XVIII,  Más tarde he encontrado a Pablo en el centro y me he vuelto a dejar guiar. Me da mucha vergûenza hacer fotos, pero he decidido hacer un curso de fotografía. Ya es hora. También que mañana voy a empezar  a nadar en el centro español, que si se parece al de San Salvador será un sitio lujosísimo lleno de gente horrible, pero con sauna y gran piscina al ladito de casa.

Conocimos a una madrileña en el centro español de San Salvador que había adoptado a una niña guatemalteca. En Guatemala, cuando nacen gemelas, matan a una, y ella decidió salvarla. La niña tenía cuando las conocimos unos dieciocho y su mamá, que terminó casándose con un estadounidense millonario, se desahogaba con nosotras: "pero por qué no dejé que la mataran", exclamaba. Mientras charrabamos en la gran tumbona llegaba la niña exigente, quería estudiar en Oxford y un mercedes.




He ido a ver la exposición de Wordpress Foto, que es magnífica y horrible, se titula "Metamorfosis colectiva". El edificio es de 1544 y fue hasta hace poco un hospital.

De vuelta a casa me he encontrado con un cartelito que me viene bien hoy.

Al llegar Gonzalo estaba dando clase en el jardín. Se le han escapado tres alumnos y se han venido por aquí a recitarme a Raúl Zurita:

Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo quede algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende. 

2 comentarios:

Blanca dijo...

Qué día más intenso...
Bss

Marta Sanuy dijo...

Pues ha seguido. Luego he conocido a Claudia, ya tengo médico, y luego hemos tenido reunión. ¡Cómo cunde algunas veces la vida! Besicos, Blanca.