jueves, 3 de septiembre de 2015

Si las mesas hablaran, lo que te contarían.



Mientras me fabricaba "mi mesa", la definitiva, algo que casi todos hacen en esta casa cuando pasan de los cincuenta, me imaginaba un festín; que las mesas se volvían charlatanas.



Saben muchísimo sobre nosotros las mesas, y la que más la mesa de la cocina, que es primero el apeadero de la nevera, luego el lugar de la transformación y, con suerte, si ha alcanzado la altura correcta, el sitio dónde acodarse para charlar.   Por eso la restauramos con tantas ganas estos días.



Otra bien informada es la mesa de la comida, la nuestra la hizo Carlos en un pispas una noche buena que no teníamos donde cenar, cojea, pero es insustituible, ha recibido a tanta gente que ya se nos volvió sabia.



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