martes, 24 de junio de 2014

¡Los sustos que me da este compi!



Se ha acurrucado en la jaula y, con lo tiquis miquis que es, que no hay quién le toque un barrote, no se movía. Llevamos catorce años juntos, el Pichi no es cualquier pájaro, pide el agua para bañarse y responde siempre que le hablo. Cuando doy la luz a deshoras le pido disculpas. Ahora miraba hacia arriba, no contestaba y no se atrevía a volar. Nos hemos estado turnando un par de horas para hablarle seguras de que le gusta. Luego ya he pensado que es una insensatez pretender que un pájaro tan diminuto viva más años en una jaula y siga pareciendo contento, y me he hecho a la idea de que se moría. Le he puesto a Magdalena Kozena, porque además es un pájaro melómano que prefiere, y le he seguido hablando. Enciende todas las luces, ha dicho mi tía desde la cama, eso no lo soporta.

Eso he hecho y ha resucitado.Está tan normal. Quizá sólo tenía frío, ha estado lloviendo todo el día, o sueño. ¡Qué tipo! Una vez volvió milagrosamente de la calle, otra se salvó por los pelos de morir ahogado detrás de un mueble y ahora resucita.

¡Y qué bien sienta una resurrección!


No hay comentarios: