martes, 25 de febrero de 2014

Empezando a amasar



Claro que ví diez o doce paquetes de harina en la cocina, y un montón de levadura, pero no le dí ninguna importancia, esta otra compra así, diez pollos, ocho conejos, un ternasco, tres salmones. Lo que más le gusta hacer son paquetitos de comida. También cocina así, veinte litros de caldo, cinco kilos de pimientos asados.  Hay comida congelada en esta casa para meses, así que no me asombré nada con la harina.
Pero ayer me dijo las palabras más temidas, "he estado esperando a que tuvieras más tiempo porque tengo que hablar contigo".
-He pensado que te va a pasar conmigo como con tu tío José María, que se murió y aquí estamos todos locos con las pelotas de bacalao, te va a pasar lo mismo pero con más cosas, con los hojaldres, con los bollos, con los roscones, con las mantecadas, con el pan, con la torta de chicharro-¿sigo?
-No, no, pero lo dejamos para más adelante, que tú no estás para morirte y yo no soy de dulces.
-Sobre todo si no hay. Ahora mismo a la cocina, lo tengo todo calculado, hoy haremos bollos, pasado mañana holadre, bueno eso, haremos cosas un día sin otro.
-Y dos a la par. Pero nos vamos a poner como vacas
-No mujer, si las repartiremos

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