domingo, 22 de diciembre de 2013

Acogedor recibimiento el de la música, Carson McCullers, un caldo y todo el tiempo por delante.








Aprendió mucho sobre la música durante aquellas noches veraniegas que andaba en libertad. Cuando paseaba por los barrios opulentos de la ciudad, todas las casas tenían radio. Las ventanas estaban abiertas, y ella podía oír toda clase de música maravillosa. Al cabo de un tiempo supo qué casas sintonizaban los programas que ella quería oír. Había en especial una casa que siempre ponía las buenas orquestas. Y por las noches iba hasta esa casa y se deslizaba en la oscuridad del patio para escuchar. La casa estaba rodeada por hermosos macizos de arbustos, y ella se sentaba en la espesura bajo la ventana. Y cuando todo había terminado permanecía en la oscuridad con las manos en los bolsillos, pensando, durante largo rato. Aquélla era la parte más real de todo el verano: escuchar aquella música por la radio y estudiarla. 

(...)Había un tipo especial de música que le encogía el corazón cada vez que la oía. A veces, esta música era como trocitos coloreados de caramelo, y otras era la cosa más suave y triste que jamás imaginara.


Carson McCullers El corazón es un cazador solitario








4 comentarios:

SATSUMA dijo...

Me encanta ese libro!!

Te mando trillones de besos y mucha alegría, que tengas unos días navideños preciosos mi querida Martina y gracias por traerme siempre tantas cosas que disfrutar y en las que pensar

<3

Marta Sanuy dijo...

Y yo a ti también te mando trillones. Ayer estuve en Madrid, en casa de Sonia, pero ha sido relámpago el viaje y no pude escaparme a conocer a Simón, eso sí me acordé un montón y me dio rabia. Intentaré ir pronto. Pasa unos días estupendísimos.

La Carson pues eso, otra maravilla compartida ¡qué gustazo compartir contigo Joaqui!

abrazo gordo.

SATSUMA dijo...

Qué ganitas de verte...será PRONTO!!

MUUUUAC

Marta Sanuy dijo...

SÍIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.