viernes, 22 de junio de 2012

Diana Krall. Dolores ubicuos y posturas forzadas







Un montón de dolores pequeños

Me cuenta Puri que cuando Nerea era pequeña se ponía a llorar y le pedía que le pusiera una tirita.

-Vale, dónde te duele, dónde te la pongo.
-Da igualllll, pónmela donde seaaaaa, en cualquier sitiooooo.

Y era ponerle la tirita y que se le pasaran todos los males.


Mi madre me cuenta lo que opina sobre “la pareja, el matrimonio o lo que sea que obligue continuamente a dos”

-Supongo que habrá excepciones, pero lo dudo, y yo no tengo una mala relación con tu padre, pero estar casada con él siempre ha implicado tener forzada la postura para adaptarme,  no es exactamente un dolor, pero sí una molestia crónica, y aún es peor cuando te das cuenta de que al otro le pasa exactamente lo mismo contigo y por los mismos motivos. Y qué quieres que te diga, no creo que esto mejore, no veo evolucionar las relaciones hacia la autonomía, que sigue sin tener muy buena prensa.

Diana Krall

Me pone de buen humor.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

A raíz de este post le pregunté a un amigo querido, casi amado, que es muy filósofo por lo de diablo viejo. "¿Por qué en el amar y en el darse al otro uno se amolda tanto que le quedan grandes dolores de espalda ante la contorsión? Él me contestó desde su serenidad y filosofía del cajón: "es que uno piensa que hay que pelearla y es natural. Tiene algo del sentimiento de subsistencia. Hay personas que viven toda una vida de esa forma sin que aparezca casi la artrosis. Hay otras que sólo soportan un tiempo y otras nada de nada. En ese caso quizás vale la pena pensar -si uno está decidido- en vivir solo/sola y cerrar opciones futuras. Concedo que es complicado", dijo él, que así lo decidió hace años.

Marta Sanuy dijo...

No veo por qué no se puede cambiar la concepción de la pareja, este es un tema en el que se piensa siempre desde las exageraciones.

Todas las relaciones funcionan si tienen la distancia correcta, y esa va cambiando, darse cuenta es el quid.Mi madre, y con bastante gracia, al transcribir sus peroratas se pierde el 90% del sentido, lo que quería decir es que le ha costado treinta años o más ser capaz de decir: "Matías cena solo que me voy al cine". Y no era mi padre quién lo impedía, era el puñetero hábito de la dependencia sin fisuras.

Yo conozco parejas longevas, estupendas, compenetradas y felices, la mayoría de los que pertenecen a ese grupo pasan temporadas separados para no perderse eso tan rico de echarse de menos.

No estoy de acuerdo con tu amigo. ¿Por qué va a decidir uno estar solo de antemano? Ay que rígidos somos.

Además también conozco a una estupenda pareja de solitarios que no se interrumpen nunca, hay excepciones para todo y en este tema aún más.

Pero sobre todo estoy de acuerdo con mi madre, hace falta una revolución sobre todo para las relaciones personales, ¡estamos contra la posesión de objetos y nos va a parecer bien la posesión de personas!

(y como decía Marx un revolucionario debe ser capaz de oír crecer la hierba, no sé por qué recuerdo eso ahora)

y ya me dirás quién eres que no mola nada platicar y platicar sin saber con quién.

Anónimo dijo...

Sabes bien que me gusta que me respeten el anonimato. Y es verdad que la autonomia es indispensable para parejas elásticas y en armonía. Porque 1+1=3

Marta Sanuy dijo...

O cuatro.

todo depende

besicos.