miércoles, 15 de junio de 2011

¿Y de leer?


Venía pensando que hay cosas que están bien repartidas, por ejemplo los cumpleaños (ese estilo de monólogo me asola después de hablar con mi padre)

Para celebrar mi turno anual, cuando me he quedado sola me he puesto un gin-tonic y la luz de “se acabo el día”, entonces he oído que me decía ese otro yo que generalmente me lleva la contraria:

-Y de leer

Y le he contestado

-Cesar Vallejo

Y aquí estamos, y va a ser la una y media, es bien difícil elegir, así que dos:


Hubo un día tan rico el año pasado...!

que ya ni sé que hacer con él.


Severas madres guías de colegio

asedian las reflexiones, y nosotros enflechamos

la cara apenas. Para ya tarde saber

que en aquello gozna la travesura

y se rompe la sien.

Qué día el del año pasado

que ya ni sé que hacer con él,

rota la sien y todo


Por esto nos separarán

por eso y para que no hagamos mal.

Y las reflexiones técnicas aún dicen

¿no las vas a oír?

que dentro de gráfilas oscuras y aparte,

por haber sido niños y también

por habernos juntado mucho en la vida,

reclusos para siempre nos irán a encerrar


Para que te compongas.



He aquí que hoy saludo, me pongo el cuello y vivo,
superficial de pasos insondables de plantas.
Tal me recibo de hombre, tal más bien me despido
y de cada hora mía retoña una distanciA.

¿Queréis más? Encantado.
Políticamente, mi palabra
emite cargos contra mi labio inferior
y económicamente, cuando doy la palabra a Oriente,
distingo en dignidad de muerte a mis visitas.

Desde ttttales códigos regulares saludo
al soldado desconocido
al verso perseguido por la tinta fatal
y al saurio que Equidista diariamente
de su vida y de su muerte, como quien no hace la cosa.

El tiempo tiene hun miedo ciempiés a los relojes.

(Los lectores pueden poner el título que quieran a este poema)


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vino por esta línea blanca que puede significar la salida del alba
o la palmatoria del crepúsculo.

Pasó los arenales maquinales; pasó las cimas destripadas.

Fin de la renunciación de rostro cobarde, la santidad de la mentira,
el alcohol del verdugo.

Su verbo no fue un ciego ariete sino la tela donde se inscribió mi aliento.

Detrás de la ausencia, con pasos que no la extraviaron, cisne sobre la
herida, vino por esta línea blanca.

REné Char

Marta Sanuy dijo...

merci beaucoup

Anónimo dijo...

Se llama La Liberté

SATSUMA dijo...

¿¿Es el cumple marta?? :D

All the best en este año!! MUCHÍSIMAS FELICIDADES!!

Todos estos besos!

Marta Sanuy dijo...

Me volvió a tocar turno, vaya.
gracias Joaquina