miércoles, 26 de enero de 2011

Ensayando para ensayar


Una vez convencida me he acordado, inevitablemente, de una conversación de octubre, cuando el Rubio me dijo ¡con todo ese impulso nórdico!

-Asume tus responsabilidades, escribe

Y fue terminar su frase y levantarse un aire que hizo volar, no sólo los vasos, también la botella de Veterano que estaba llena. Y no supe qué pensar.

Luego mi cabeza en el exterior me sugirió en una conversación de chimenea.

-Sólo tienes que seguir, y contó largo y tendido: 1, 2, 3

Antes de tomar la decisión del todo he leído un ensayo sobre el ensayo. Teodoro Adorno dice exactamente lo que quería oír en El ensayo como forma

“En lugar de producir algo científicamente o de crear artísticamente, su esfuerzo aún refleja el ocio de lo infantil, que sin ningún escrúpulo se inflama con lo que ya han hecho otros. Refleja lo amado y lo odiado en lugar de representar su espíritu, según el modelo de una ilimitada moral del trabajo, como creación a partir de la nada”

Me ha convencido, puedo asumir el pensamiento como tanteo El ensayo como prueba. Sobre todo acompañada de un hombre sin atributos.

Y allá voy, si algo proporciona Musil es higiene mental, además, como decía el Chele: “hay que estar en algo”

Las manos son de M.C Escher

2 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Estoy de acuerdo con esa máxima de que "hay que estar en algo". El caso es no parar. Y las cosas se crean creándolas

Precesión del perihelio dijo...

Y así sucederá un día que las personas sabrán lo que es el café de marca Hag, lo que es un Rolls Royce, lo que es un planeador, pero se verán en apuros cuando los hijos de sus hijos les pregunten llenos de inquietud: «Bisabuelo, se dice que en tus tiempos todavía había poetas. ¿Qué es eso?».

(Obras póstumas publicadas en vida, II Consideraciones desagradables, R.Musil)