jueves, 31 de diciembre de 2009

¿Los niños tienen menos disciplina desde que no existen las lecherías?

No sé.

Ir a por la leche fue para mí la primera obligación y el primer ritual, un día sí y otro no, un día mi primo David y otro yo. El camino hasta la casa de Santas, visto desde aquí, es el camino de mis iniciaciones: donde por primera vez tuve miedo, donde por primera vez pasee con amigos, desde donde llegue a casa tarde, donde varias veces se me cayó la leche y donde por primera vez mentí, con tan mala suerte que me pillaron, una nochevieja.

Esta mañana, en esos diez minutos ingratos del rezagarse, he empezado un balance de la década, pero enseguida me he dado cuenta de que no es recomendable para el ánimo medir con esos trancos y he preferido ir a resguardarme en la lechería, el camino ahora es más corto y además no tiene pérdida; sigue marcado por mugidos tranquilizadores y olor a vaca.

La mentira fue tonta. Yo quería cenar con mis primos, en casa de la tía Emma. Santas me preguntó que dónde cenábamos y yo le conté el deseo, poco después llego mi madre que descubrió que era mentira. Tenía unos seis años, ninguna de las dos se dieron por enteradas, pero a mi me recorre un escalofrío de lo bien que me acuerdo.

Por cierto, que aún me hace ilusión cenar con mis primos, en casa de mi tía Emma, que ahora está donde estaba la de mi abuela, y hoy sí cenamos con la prole enorme de los Peña.

Buen día, buena noche, buen año y buena década.

5 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Desde que apareción el tetra-brik, la infancia y la juventud son ya otra cosa ;-)

Un abrazo y feliz año 2010

alicia dijo...

Cuántos recuerdos me traen esas lecheras rojas..! Yo solía ir a por la leche antes de la cena, a punto de caer la noche. Alguna vez se derramó, alguna vez me empeñé en ir en bicicleta (nefastas consecuencias). Ahora ya no existe la vaquería. Qué suerte que siga en pie la de tu infancia!! Aún sigues amamantada por la tierra misma y no por los envases que la industria pone en nuestras neveras...
Feliz-feliz año nuevo

. anDrea* dijo...

hOla ,,
me agradaron sus textos , me entere de usted por medio de la web "escueladeescritura.com " tengo 16 años y me estoy comenzando a apasionar por el deseo de escribir , no se si me recomiende entrar al curso , soy de Mexico , saludos y felcidades por el buen donn de trasmitir sensaciones con palabras ..

Marta Sanuy dijo...

Hola a todos, en realidad era un rollo tener que ir a por la leche
¿no?

Andrea escríbeme al correo y hablamos
martasanuy@literaturas.com

y feliz año.

Anónimo dijo...

Lo era, coñazo, digo. Pero estaba tan rica...
Yo mi primera mentira la eché cuando volvía de comprarle el pan a una vecina que podía haber ido ella y que me fastidió mi partido de futbol... yo tenia cinco años y tras el partido, en vez de ir a llevar la barra de pan que habia comprado dos horas antes, nos la comimos. A ella le dije que no quedaba pan en la panaderia (mentira burda). Mi madre me castigo sin futbol una semana. Nunca volvi a comprarle el pan a la vecina... yupiiiii!!!!