miércoles, 24 de junio de 2009

¿De qué más hablaban Lezama Lima y María Zambrano?


Esa es una de mis preguntas preferidas, cada tanto tiempo intento imaginar qué se decían esos dos.

Doña María decía:

Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.

Mas las palabras dicen algo. ¿Qué es lo que quiere decir el escritor y para qué? ¿Para qué y para quién?

Quiere decir el secreto; lo que no puede decirse con la voz por ser demasiado verdad; y las grandes verdades no suelen decirse hablando. La verdad de lo que pasa en el secreto seno del tiempo, en el silencio de las vidas, y que no puede decirse. “Hay cosas que no pueden decirse”, y es cierto. Pero esto que no puede decirse, es lo que se tiene que escribir.

Descubrir el secreto y comunicarlo, son los dos acicates que mueven al escritor.

El que escribe, mientras lo hace necesita acallar sus pasiones, y, sobre todo, su vanidad. La vanidad es una hinchazón de algo que no ha logrado ser y se hincha para recubrir su interior vacío.

Lo que se publica es para que algo, para que alguien, uno o muchos, al saberlo, vivan sabiéndolo, para que vivan de otro modo después de haberlo sabido, para librar a alguien de la cárcel de la mentira, o de las nieblas del tedio, que es la mentira vital.

Del artículo Por qué se escribe, Revista de Occidente, junio de 1934.

La imagen es de Vicente Rojo

2 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

"El tedio, que es la mentira vital". Qué sabias y acertadas palabras

SATSUMA dijo...

Muchas gracias Marta por mostrar-me de tu mano este texto de María Zambrano.
Qué placer encontrar este domingo las palabras adecuadas.
Muchos besos!!
Feliz verano!!