Esta madrugada le decía a Antonio que hoy iba a traducir las conversaciones que quedaron colgando a enlaces. Da gusto poder terminar la conversación del día anterior de un modo tan exacto. ¡Vaya final de estío que nos espera!
Otro abrazo interpuesto que no se deja insertar. Carmen Camacho (y la sombra de Gonzalo Escarpa)
Otro abrazo interpuesto que no se deja insertar. Carmen Camacho (y la sombra de Gonzalo Escarpa)
Y unas fotos del momento algido de ese lugar en el que vosotros tomastéis tónica y yo gin-tonic. Delante de la señora del bolso, a la izquierda, hay un meditabundo. Antuan. El que ve. Lo encontraréis rápidito. Carmen Paris es inconfundible. Gracias Ana, Inconmensurable Manzana, por llevarnos.
Yo aun no me he despertado. Pero el encuentro de ayer lo cuentan de maravilla ellos.
4 comentarios:
qué maravilla ver la fotografía en blanco y negro de parís y ezpeleta, qué sofocón de sonrisas...
muchas gracias, marta, otra vez.
muás!
òscar.
Óscar, yo sé que tu sabes y me apetece soltar una confidencia; en la segunda foto, dónde estoy hablando con alguien que solo muestra una punta de la camisa floreada en blanco y nego, ¿sabes con quién era?,
¡Era con mi madre!
mecag! deliciosa memoria el dichoso espejito de las fotos...
ò.
Por dios Marta, eres INMENSA.
Espero volver a verte muy prontito, me encanta haberte conocido. Qué buen día el de ayer.
Mmmmuak!!!
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