
Creo que no podría sobrevivir sin chistes malos, peor es mi padre, que se deja orientar por ellos.
Hoy se ha ido a comprar ropa sin mi madre por primera vez en cincuenta años. Ha vuelto con dos jerséis preciosos, uno verde menta y otro rojo. Dice que mientras estaba eligiendo:
-por primera vez en mi vida sin la influencia siniestra de tu madre para los colores
se ha acordado del chiste:
-Un señor va al médico porque le duele una pierna. Y el médico le dice que es de la edad, y él dice que no, que de la edad no es porque sino la otra, que tiene los mismos años, también le dolería.
-¿Y?
-Cómo que Y, pues que he cogido estos dos porque de la edad no es.
-¿No es qué?
-Pues qué va a ser, anda no me hagas hablar
3 comentarios:
Muy buena historia. Y cuánta sabiduría encierra.Me identifico con tu padre, yo también me hubiese llevado los dos.
Es genial
¿Es un chiste? Una vez lo oi en un bar y creí que era inspiración del parroquiano? A mí también me gustan los chistes malos y esta historia de edades, padres y jerséis.
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