He encontrado en La Vanguardia una anécdota que me ha llamado la atención, la cuenta una antropóloga interesantísima, Catherine Lutz, que convivió dos años con los Tangu (ha investigado mucho sobre el miedo, por cierto)
cuando los ingleses introdujeron el fútbol, los Tangu de Nueva Guinea se negaron a jugar si no se cambiaban antes las reglas del juego, a los tangu no les gusta que haya ganadores y perdedores, por lo que hubo que cambiar la finalidad del partido. Lo importante era empatar, y jugaban hasta que lo conseguían, a veces, hasta varios días.
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6 comentarios:
me cuesta creerlo y me sorprende!!
¡esa niña incrédula!.
Hay que sorprenderse y la antropología, esa ciencia que nace para clasificar las costumbres de una tribu minutos antes de que sea eleminada, o de eliminarla (decía Levi-Strauss), es sorprendentisima, hasta provocar incredulidad.
Ríanse ustedes de y con la Antropología: Nigel Barley, "El antropólogo inocente", por si no lo habéis leído, hermosas, Sonia y Marta.
Besos.
no soy incrédula, quiero decir, que es difícil de creer, aunque lo crea, que en una mente humana, más en un grupo, no exista quien grite de gozo al ganar o se lamente por perder, vaya que yo creía que eso venía ya desde antiguo, mi tribu te ha quitado en la caza un mamut!! chincha rabia
jajaja
besos a los dos fermosos troposlógicos maños de mis amores
jeje
ains, estoy agotá
Divertidisimo "el antropólogo inocente, creo que me lo recomendaste tú in illo tempore. Voy a buscarlo.
Sonia qué calidoscopio por dio...bueno que sigo leyendo...
¡Cómo no me había enterado de esto antes! ¡Qué bueno!
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