viernes, 16 de mayo de 2008

Lezama sostenía que todo pasaba por su casa




Lo cuento de memoria, lo he leído en algún sitio, podría comprobarlo y ponerme erudita, pero no tengo ganas.

Había un pasacalles, majoretes o algo así, y algunos de sus amigos poetas llegaron a la casa del Trocadero diciéndolo todo; un prólogo que maravillaba.

-Tienes que ir

repetían

-¡Si hubiera pasado por aquí!, ¡pero no pasa!.

-Tienes que ir.

Parece que algo ocurrió, se rompió el desfile, por algo, no sé si hubo una revuelta o reventó una tubería, la cosa es que buena parte de la comitiva tomaba refrescos una hora después en el Trocadero 162.

La única casa, Bernal lo sabe, a la que le debo en serio una visita.

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