miércoles, 21 de noviembre de 2007

La desaparición y el progreso

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Creo que lo peor que se puede decir en este gremio es "se me ha caído el servidor". He desaparecido significa. No puedo contestarles a los alumnos y mandarlos a un página web porque no está. No puedo decir a los que se quieren matricular dónde pagan. No recibo los correos de la escuela.

Desde la ventana veo la oficina de La Caixa: esa si que no desaparecerá.

La sauna y el hamman al que acudo a diarío están justo encima del manantial que regaba las habas y los tomates, había un huerto al otro lado de cada casa cuando jugabamos a la batalla en el barrio del saco.

No me arrepiento de haber vuelto porque he podido asistir a la desaparición, he visto el cadaver de casi todos los paisajes de mi iconografía. Este año: a principios la casa de mi abuela, hace un par de meses la de Pascual, y estaban tirando la de la señora Emilia, que nos daba todas las tardes de merendar y tenia un brasero y un patio de tierra apisonada, y José Manuel, un resistente, estaba durmiendo la siesta en la casa de contigua que se empezó a rajar con él dentro: no estaba previsto pero también la tiraron ( y ¿accidentalmente? yo pasaba por allí, da igual, si no hubiera pasado la hubiera visto caer en la tele,salieron en el informativo regional).

Me alegro de haberlo visto desaparecer todo porque podía haberme pasado algo peor; lo que cuenta Ferlosio en "Argentina o los muertos sin adiós" (salvando las distancias, en este caso en lo material, que aunque sea un pueblo entero lo desaparecido, es mucho menos grave que cuando es una sola persona, claro)

Ahora van a desaparecer también los Monegros, parece que quieren borrarme todos los paisajes de la biografía. Tendré rezar con Wittgenstein:

"Cualquier cosa puede acaecer o no acaecer y todo el resto permanece igual" (1.21) del Tractatus

La oración la encontré en Isla Kokotero, ¡que buen blog!

Estaba preparada para un mundo virtual. No me altero por la invisibilidad. ¿Serán como los filatelicos los del servidor?¿habrán desaparecido llevándose todos mis megas?, no creo, pero, ¡que horror que se te concedan algunos deseos, aunque sea un rato!.

6 comentarios:

SONIA FIDES dijo...

Cierto Marta el blog que mencionas es una pasada, gracias por descubrírmelo.

Un abrazo súper.

Marta Sanuy dijo...

Encontré el enlace en el albornoz, el mérito es de Jesús

Bercimuelles dijo...

De crío me contaban como los Monegros "de verdad" desaparecieron hace muchos muchos años, y que si se conocía aquella zona con ese nombre, era por la gran cantidad de pinos negros que la poblaron en tiempos. Pinos negros que al grito de "Más madera, es la guerra" acabaron talados para fletar nuevos barcos de la Armada Española. Aquello sí que fue una deforestación brutal en toda regla.

Esa es la historia que siempre me contaron, aunque bueno... uno fue informándose conforme fue creciendo y leyó como realmente nunca llegó a ser un bosque cerrado. Era más bien una inmensa sabana de sabinas y pinos. Ya crónicas árabes hablaban de lo seco y difícil de la zona, sin sombras para descansar...

(perdón perdón perdón, hoy me levanté pejillero... ya imagino que lo de la desaparición de los Monegros iba por el órdago -de humo hasta el momento- que han soltado con la posible instalación del supermamotreto de ocio&juego en la zona. Un besico)

Ana Pérez Cañamares dijo...

Marta, cómo me ha gustado el texto que publicas en Calidoscopio... Pero mucho, eh nena, mucho.
Besos gordos

Fernando dijo...

besos...Marta.

Jesús Alonso dijo...

Nos han cambiado tanto los paisajes que ya no memorizo ninguno. Me gusata que te guste el blog de Eloisa. ¿Sabes que es, además, una buena poeta?