martes, 3 de julio de 2007

Sonia me encarga que cuente cosas de Musil en El Calidoscopio.






Antes de la pregunta de abajo dice Musil en el cuaderno 21:

"Los pensamientos confieren una forma arbiraria a los movimientos invisibles de nuestro interior. En el momento en que expresamos algo lo devaluamos extrañamente. Se puede desear el sufrimiento a fin de sentirse más auténtico (Emerson)"

Y después de la pregunta dice.

"En el fondo la psicología de las pasiones no nos concierne en absoluto. Es posible cometer un crimén sin sentirse afectado por él (tanto menos, cuanto más joven se es; con los años uno se va sometiendo a la convención que hace que tomemos en serio ese tipo de estímulos). Por el contrario una sola mirada, un minuto silencioso, puede provocarnos un terrible torbellino y arrasar nuestra vida. (No habría que decir: poseemos una personalidad acabada y otra siempre en transformación. La primera posee pasiones, piensa, etc. La segunda es en general la materia humana todavía informe, el ser humano sin las influencias que le han dado forma, aquello que también podría haber sido de otra manera.)

La imagen es de Francesca Woodman

2 comentarios:

beatus_ille dijo...

creo que siempre estamos en evolución, tanto el pensamiento como nuestra actutid hacia las cosas, sólo hay q saber dirigir esa evolución, no?
se me antoja criptico

Marta Sanuy dijo...

He estado leyendo a Adorno que dice que una idea que se comprende del todo a si misma no puede ser una buena idea, o algo así, también habla del "remoto terreno de lo obvio"...no tan deprisa, nada es asi nomasito.

A mi me interesa hacer consciente lo de "aquello que también podría haber sido de otra manera". Creo que es importante desasirse de la propia biografía para poder evolucionar, que es lo que viene a decir Musil, entre otras cosas.

Pero tendrás razón, ya sabes que aquella temporada que pase en la filosofía pura me dejó secuelas