jueves, 21 de junio de 2007

La mujer sin atributos tampoco habla con exactitud, dice más de lo que esta dispuesta a tomar bajo su responsabilidad




















Leo todos los días a mis alumnos y a otros, que han publicado en tapa dura pero no escriben ni mejor ni peor que ellos. Voy a cócteles y cenas de famosos y luego salgo con mis compañeros gasolineros, que dicen siempre mucho más que nuestros autores.
Recuerdo que me quedé varada cuatro días en Miami: comía con ejecutivos y tomaba café con una nicaragüense, Tania, a la que conocí porque me limpiaba la habitación. Puede ser que el continuo sube y baja me haya aturdido. En todo caso he llegado a tener algunos conceptos claros.

-Cuanto más especiales nos sentimos, más vulgares somos. (Es directamente proporcional, matemático, y la trampa siempre campa)
-Soy clasista, de clase baja, por supuesto, esto es una gran tomadura de pelo.
-Ser voyeur no es un mérito. Es una estrategia de supervivencia.
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Sigo estando en el mismo punto en el que estaba,
lo decía el camarada Ulrich. Pero es que últimamente tengo mucho miedo de la autocensura, del silencio, y además echo de menos a Haro Tecglen.

La imagen es de Gilbert Garcin, un gran jubilado francés.

2 comentarios:

beatus_ille dijo...

qué verdad se esconderá tras este arrebato de "yo soy esa", tas bien??

lo que dices de ti cuadra con lo que yo siempre he pensado de ti.

bss

Jesús Alonso dijo...

Muy bueno. Y el otro día me pasó lo mismo, extrañé a Haro Tecglen.