viernes, 15 de noviembre de 2013

Hoy pincha una chica que me quita el miedo.








Si algún día se me va la olla, Joaquina, mi psiquiatra en línea, me avisará.

Buena elección. No es cierto que abernuncie de toda, toda, toda la música de los ochenta. Exagero para que noos pongáis pesadicos.

Un caos débil o el miedo, ese tabú gaseoso.




Ya está, ya lo he borrado casi todo, hay que seguir  los buenos ejemplos.


Lo que quedó fue:

Me da miedo escribir sobre el miedo, implica recordarlo, lo haré, estoy en ello, pero no ahora. Tengo que pasear mucho todavía y no es el momento, hace un airé que se nos lleva. Además. Ya lo dije. Me da miedo.

Pero:

¡El estímulo fue tan fuerte! ¡te modifican tanto las cosas bien hechas!  

Salimos del teatro como miuras, locos por hablar del miedo: el miedo en las manifestaciones, a un diagnóstico, a una llamada, el miedo a lo más próximo y a lo más lejano,  y a los otros, y a nosotros, y a los insectos, y a dar miedo, y al poder, a las vísceras, al desamor, a la desatención,  a la oscuridad y a un frasquito con tapa, lleno de objetos, que se me aparece en sueños (y sobre todo a un trozo de la tela de un vestido que nunca tuve,con un corchete, que está en ese frasco)

-¿Y a la locura? 

Le pregunté después a Ana. Pero mientras formulaba la pregunta me di cuenta de que la locura estaba perfectamente espolvoreada en Haunted House, que es una pieza de jazz,  una obra en marcha, una articulación que se retroalimenta. Un maravilloso artefacto sólo apto para los que tenemos miedos.

 Gracias, gracias, gracias Marcos, Leire, Ana, ¡qué ensanchamiento!

martes, 12 de noviembre de 2013

Devorada por Morfeo.



Henri Rousseau



Tengo sueño, muchísimo sueño, me voy durmiendo por las esquinas.

Todo son cosas pendientes: escribir sobre el miedo, ya que llevo más de una semana pensando casi exclusivamente en el. Arreglar el dll32, que ya me ha hecho perder tres días. Reorganizar el tema del narrador, ver no sé cuantas películas y terminar de leer a Canetti. Me siento culpable, claro, pero eso no despabila nada.

La comedia de la vanidad cuenta lo que sucede en un mundo en el que se prohíben las fotografías y los espejos…y cunde esa hipótesis, pero cada dos páginas me duermo.

Menos mal que tengo sueños estupendos, anoche soñé que estábamos cenando con Borges, Cortázar, María Zambrano y María Moliner. Con tan buenas compañías  ¿quién no va a querer seguir durmiendo? Voy a probar otra vez a ver si tengo una pesadilla y me desvelo.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Desert Blues: entre dunes et savanes












Para ver en el mundo un grano de arena
y en el cielo una flor silvestre
abarca el infinito en la palma de tu mano
y la eternidad en una hora


 William Blake

jueves, 7 de noviembre de 2013

Un recesito.




Cuesta mucho llegar al sábado por la noche, a "un caos débil" y las conversaciones de después. Me tomo un descanso con Juarroz. Dejo la foto de Ana y su página, para ir haciendo boca y porque no le va nada mal al poema que me ha elegido

Ayer estuve viendo a Pepito y a Julia y me traje un tocho intitualado Arrebatos Verbales, de Elias Canetti, recién salido del horno. Mi dependencia no es del papel sino de los buenos libreros.¡Ya tengo destino! Fin de semana con el tío Elias. Otranvex.

el poema:


Hay que alcanzar esa mirada
que mira a uno como si fuera dos.
Y después mira a dos
como si fuera uno.
Y luego todavía
mira a uno y a dos
como si fueran ninguno.

Es la mirada que escribe y borra al mismo tiempo,
que desdibuja y suspende las líneas,
que desvincula y une
simplemente mirando.
La mirada que no es diferente
afuera y adentro del sueño.
La mirada que se crea a sí misma al mirar.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Cuarto y mitad de un sábado de miedo.



Mi amigo el jardinero tiene un problema de optimismo agudo que le pasa facturas, pero es imbatible, las paga con una sonrisa de oreja a oreja. Aunque está todo el día viendo crecer cosas, o no crecer, sigue negando el cambio climático, cree en la inmutabilidad del agro. Este año se le han helado dos floradas de tomatera mientras nosotras, las lentas e ignaras, recogíamos tomates por doquier. Da igual, no nos dará la razón.

Pero cuando más me gusta Miguel es cuando empieza a decir de una manera compulsiva que la gente es maja:

-¡Pues no te lo digo yo! Que la gente es maja, maja, maja. La gente es muy maja, Marta, muy, muymuymuymaja.

Vaya que si quieres seguir hablando no te queda otra que discrepar y recordarle a todos los cancos que hemos conocido juntos en los últimos treinta años, aún sabiendo que el otro seguirá ahí, con su mantra, y le darán igual las pruebas que aportes.

Lo anterior viene al caso porque volví de Huesca repitiéndome ininterrumpidamente:

-¡Qué majos!¡qué majos!¡qué majos! Orencio, Raquel, Mario, Luis, Miriam, Mikel, Daniel, Ana, Marcos, Leire, Marina, sus padres, Pilar, su compañero,Justo, Carmencita, Anica.¡Y el guía de Loarre!
¡qué majos!¡qué majos!¡qué majos!

¡El guía de Loarre merece linkaparte!  Ese performer erudito, anónimo, y con sorna(1), nos trasladó al siglo XI  en décimas de segundo. Era un saltimanqui, bordeaba el perímetro de cinismo con tonito cantarín y en el último momento nos salvaba, recién salido de un capitel se indignó, muchísimo, porque los campesinos no podían comprarse una cota de malla, ¡de dónde iban a sacar los trescientos salarios! Un tímido curtido en la extroversión y bien ensayado. Un apasionado de la historia.  (como Luis, como Inés, hay dos fábricas interesantes en Zaragoza, la de filólogos y la de historiadores)

Siete personas nos fuimos abducidas del castillo. ¡Vayan!


(Y ya paro, ¿no? No me cabe lo que queda de día ni con calzador)

1-Los genios de los sitios son como las recetas. Basta saber el ingrediente principal para explicárselo casi todo. El ingrediente principal de los aragoneses es la sorna. Que es buena cosa, porque si estás nublau  te aclara y si estás eufórico te entristece.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Viernes de empacho y deseos cumplidos.




Siempre había pasado deprisa o acompañada por el coso de Huesca, y siempre había querido sentarme a leer debajo de aquellos soportales o en la terraza del casino, sola y con todo el tiempo del mundo. Lo conseguí muchos años después y gracias a un empacho.

Nos metimos a comer en un mesón con apariencia normal, pero segundos después estábamos en otro mundo, habíamos sido aparcados en un lugar lujosísimo:

-Mira que collares llevan ellas, Gonzalo, vámonos, nos van a fundir.
-Tranquila, que pase lo que quiera, nos lo mereceremos, voy al baño.

Dijo él, y luego salió lacónico. A todas las preguntas de la camarera respondía sin mirar.

- lo mismo.

Y es que sabe cuán tacaña puedo ponerme ante la carta más snob y es omnívoro.

Ya que el personal cuenta hasta como cuece las judías hablaré de comida. Fueron dos de huevos rotos con patatas a la panadera, trufa y kilo y medio de foie. Para segundo algo al horno que también tenía pato, pero ya no puedo ni recordarlo, más tarde descubrimos que el sorbete no desengrasa, eso es otro mito urbano.

Llevamos desde entonces sin poder comer. Bueno, yo ayer me comí medio tomate y porque lo había visto crecer, sino ni de coña. Gonzalo se fue a dormir la siesta y estuvo a punto de morir, ¡yo estuve cuatro horas paseando y luchando por la vida! (ayudada por dos gin tonics que a punto estuvieron de parecerme demasiado nutritivos)

¡Querías Alameda, Casino y Coso! pues toma Martita, pensaba en medio de aquél peripatetismo deslavazado desde el hígado.

Luego,como ese otro logró resucitar, cenamos coca-colas. Más tarde conocí a Raquel, a Mario y nos encontramos con Orencio, mi gran anfitrión, en un concierto popi. ¡Ya casi no recordaba lo difícil que es tener una conversación en un concierto!

Mañana quizá me atreva a contar un sábado infinito. Bueno que el viernes también fue estupendo y muy largo. Y además me resultaron tan placenteros como imaginaba aquellos tres sitios.

(siempre pienso que cuando sea muy vieja disfrutaré reencontrándome aquí los detalles, por eso, también) 

Taloneando a Ana Kuntzelman







o el gusto de volver a casa y seguir conociendo a los que me dijeron "mira" ayer.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Axioma nº 1: Vísteme despacio que tengo prisa.





Debería haber llegado a Huesca anoche, soy un poco la anfitriona, pero cuando no soy imprescindible siempre me retraso muchas horas. Cunde tanto el tiempo cuando se acota.

Pero ya me voy. Saldré como pueda del embrujamiento de esta pareja que dejo arriba y ¡a conducir!


jueves, 31 de octubre de 2013

Sobre la transparencia.





Me estaba preguntando si el lenguaje modifica el carácter, no creo que en América Latina haya menos gente turbia, pero sí estoy firmemente persuadida de que lo tienen más claro cuando lo son.

Lo que más me gusta de esa palabra es la uuuuuuuuuu, oscura y alargada, y puesta al principio, y con una errrrrrre muy fuerte después, que integra la bronca y la bruma.

Y por último no me desagrada nada que siempre se pronuncie acompañada por un deseo:“no seás”. Que advierta, que muestre, que prevenga.

Por aquí sólo se dice “veo turbio” cuando se empaña un ojo o cuando baja el río así, y nunca es reflexivo.