sábado, 22 de febrero de 2014

A Jung no le iba a parecer del todo tontería




que alguien crea que concentrándose mucho, mucho, puede mandar fuerza a cualquier otro punto del mundo. Por probar nada se pierde, ahí va lo que he podido reunir, hacia Malakal. Quién sabe.

Machado y otros viernes por la tarde.



 Teníamos clase de religión los viernes por la tarde y un buen día se me ocurrió no ir. Estaba segura de que no iba a pasar nada. Decidí no ir porque había cogido un libro de Machado en la biblioteca de la tía Emma después de comer y quería seguir leyendo, además  Mosén Andrés me irritaba, siempre me ha irritado mucho que me hagan perder el tiempo. Si lo pierdo yo porque quiero, pues bueno.  De tres a cinco tenía que volverme invisible, así que tiré hacia el campo y encontré una noguera  debajo de la que estuve sentada años, hasta recibía debajo de aquel árbol.  No fuí a una sola clase de religión ni en séptimo ni en octavo. El Mosén no dijo nada, lo debió aliviar mi ausencia, y yo seguí leyendo allí debajo todos los viernes por la tarde. Qué raro tanto respeto. Cortaron aquella noguera cuando tenía diecisiete años y aún recuerdo el disgusto la tarde que fuí y no estaba.

También recuerdo que mi madre me recitaba mucho a Machado de niña, así que para acabar el día, cómo no, Machado.


Sobre la tierra amarga, caminos tiene el sueño...

Sobre la tierra amarga, caminos tiene el sueño
laberínticos, sendas tortuosas,
parques en flor y en sombra y en silencio;
criptas hondas, escalas sobre estrellas;
retablos de esperanzas y recuerdos.
Figurillas que pasan y sonríen
-juguetes melancólicos de viejo-;

imágenes amigas,
a la vuelta florida del sendero,
y quimeras rosadas
que hacen camino...  lejos...

jueves, 20 de febrero de 2014

miércoles, 19 de febrero de 2014

Teletransportación a media tarde.



Es que quieres mucho a todo el mundo, me dice mi madre con tono de bronca, y de eso nada. 

Pero sí quiero mucho a Justo Bagüeste, que es una gran compañía desde hace muchos veranos, y a Carmencita. Los chicos de la playa. Qué sería de mí si no estuvieran ese par por ahí para echar  risas, cañas y bailes y porros y charradas. Quién llevaría a Taida en piragüa o  me mandaría gente a casa como Orencio, Anica, Delfina o Carlos, o extrañaría conmigo las jotas del Albereto, que era amigo de los dos de antes y por separado.

Había dejado el informe de la vía campesina en la página 27 cuándo me he encontrado con este vídeo, me ha hecho ilusión que estén todos por ahí, tan cerquita, a una hora, en Huesca. La capital mundial.

lunes, 17 de febrero de 2014

No sé



Sarolta Ban



Paisaje


Y cuando se fueron a vivir a Arévalo, pues era igual pero no era lo mismo, y le preguntaban los muchachos de Arévalo que cómo era su pueblo de niño: Fontiveros.
-Pues un pueblo-decía el niño.
Pero que estaba lleno de cosas y tenía la torre, y la iglesia, las campanas y la cigüeña, la plaza y las calles, los palacios, las casas y las nagüelas; los corralones, los cobertizos, los establos, los zaguanes, los portales, las puertas, los portones, las portadas, las puertas traseras, los portillos, las portezuelas, los canceles, las ventanas, las claraboyas, las gateras, los miradores, las celosías, los balcones, las buhardillas, los ojos de buey; las verjas, las rejas, las vallas, los aleros, las chimeneas, los salientes, los colgadizos, los huertos, las huertas, las bardas, los cigüeñales, los arrabales, las cijas, las ovejas, los perros, los asnos, las mulas, los bueyes, los caballos, las vacas, las terneras, los corderos, las cabras, los cabritillos, las gallinas, los gallos, los pollitos, los conejos, las palomas, las torcaces, los dormideros, los mochuelos, los aguiluchos, las alondras, los tordos, las perdices, las codornices, las garzas, las avutardas, los topos, los erizos, los grillos, los sapos, los lagartos, las lagartijas, las ranas, los saltamontes, las aceiteras, las lombrices, las orugas, las mariposas, las rosas, los lirios, los geranios, los pensamientos, las azucenas, los acianos, los escaramujos, las zarzas, las retamas, el hinojo, el tomillo, el romero, la menta, la hierbabuena, el yantel, las acederas, el espliego, el cantueso, los berros, los espárragos, las coles, las lechugas, los judigüelos, los ajos, las cebollas, los manzanos, los perales, los guindos, las higueras, los membrillos, los álamos, los chopos, las parras, las vides, las encinas, los robles, la luna, las estrellas, el carro triunfante, las Tres Marías, el lucero del alba, la estrella del pastor, el sol de agua, la solanilla, la sombra, la lluvia, la primavera de mayo, el aire austro, el verano, la otoñada, la siembra, el cierzo, el ventisquero, la nieve, el ventarrón, los truenos, los relámpagos, los rayos, las exhalaciones, los trabajadores, los gañanes, los truhanes, los trujimanes, los alarifes, los albañiles, los maestros de obras, los carpinteros, los ebanistas, los tallistas, los podreros, los peones, los caleros, los yeseros, los ladrilleros, los baldoseros, los enlosadores, los aguadores, los carreteros, los odreros, los taberneros, los mieleros, los melcocheros, los queseros, los aceiteros, los molineros, los horneros, los anacalos, los panaderos, los amasadores, los pasteleros, los recaderos, los verederos, los propios, los correos, los mayorales, los pastores, los rabadanes, los zagales, los esquiladores, los pelaires, los zurradores, los pelleteros, los tejedores, los burateros, los sastres, los buhoneros, los plateros, los sombrereros, los zapateros, los chapineros, los remendones, los herreros, los cerrajeros, los guadañeros, los joyeros, los boneteros, los labradores, los hortelanos, los maestros de niños, los dómines, los latinistas, los médicos, los boticarios, los cirujanos, los sangradores, los curas, los hidalgos, los nobles, los frailes. Las monjas, las beatas, las damas, las dueñas, las señoras, las criadas, las esclavas, las fregadoras, las recaderas, las amas, las ayas, las cereras, las amortajadoras, las lloradoras, las curanderas, las mondongueras, las lavanderas, las costureras, las bordadoras, las que dan hierro, las enamoradas. Las torrenteras, el río, los regatos, las lagunas, los labajos, los manantiales, las fuentes, los caños, los pinares, las alamedas, los encinares, los robledales, los trigales, los cebadales, los centenos, los garrobales, los barbechos, los guisantazos, los vados, los zanjones, lo llano, la niebla, el rocío, la montaña que se ve a lo lejos y hace así alabeando. Y los cristianos y los moriscos,  y muchas cosas y muchos oficios más.
-¿Y cómo se llama tu pueblo?
-Fontiveros
-¿Y cómo va a haber tantas cosas en tu pueblo, si es más pequeño que Arévalo?
Y el niño respondía:
-No sé.
José Jimenez Lozano El mudejarillo.


Estaba escribiendo “eliminación de la diversidad” y me parecía un crimen decir algo tan grave, otra vez, sin que albergara ni un poquito de sentido.  Ha venido en mi auxilio la memoria compartida. El privilegio de andar por ahí con discos duros  como el de  Antuan. Ayer, después de tanto hartazgo de tosquedad y riqueza, me volví a leer El Mudejarillo, así que vuelvo de un viaje muy largo.

P.D. En este momento le estoy agradecidísima también a Matías, que me obligaba a ir a Casetas andando para aprender mecanografía. ¡Se me subía el ritmo de esa enumeración por los dedos cuando la copiaba!  Ahora "eliminación de la diversidad", de la poca que nos queda, significa más cosas.

viernes, 14 de febrero de 2014

et quand tu ris je ris aussi





Puede ser que últimamente me acuerde tanto de esta canción porque se la canto a mi vecina Marcia, la alegría de la escalera, parecemos aún más grises los demás cuando esa dominicana se rie. O porque la tengo en el cajón de la música que me alegra, aunque hable de un funeral. No sé, pero eso de que Marcia baile un poco chino me encanta.

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Querías ser realista?¡Pues Toma!





Es tan terrorífico lo que estoy escribiendo que algunas veces tengo que compartir la mochila. Parece una historia de ciencia ficción muy bien construida, pero tendremos que encontrarle las fisuras entre todos porque nos va la vida en ello.  Hace un rato le he estado dando la turra a Tati que, por fin, tiene conexión en Kivu. Por cierto que hoy se ha ido a vivir Gonzalo a México, ¡se va el compi y yo como si nada! pero porque sé que vamos a estar casi a la misma distancia, aunque estaremos en diferente tiempo: no es lo mismo hablar con alguien que acaba de comer cuando estás a punto de acostarte. Tengo mucha experiencia y sé que no provocan destrozos afectivos ahora estas kilometradas Mi vida está repleta de estupendas presencias de la ausencia y de encuentros importantes en este aún enigmático espacio.

Bueno, ahí va mi parrafito de terror:

Hay una coincidencia entre el exterminio en la Alemania nazi y el proyecto de exterminio que ya está en marcha con el envenenamiento paulatino de la población a través de la comida: se llama Rockefeller y su inspiración procede de los eugenistas californianos. Bil Gates, actual socio de la Fundación Rockefeller, habló hace poco de su convicción de que había que eliminar a unos 1.300 millones de personas y las vacunas eran un buen método. Otra idea peregrina de un omnipotente si no fuera porque está llevando a cabo una campaña de vacunaciónes masivas en África.

Ya lo siento.

miércoles, 12 de febrero de 2014

De memoria








El viernes publicaron en la Tormenta la reseña de un libro de Félix Romeo Pescador y desde entonces me he acordado un montón de él. Hasta llegué a pensar, porque estoy en fase de ideas peregrinas, que quizá de muertos tengamos un mando a distancia capaz de manejar el subconsciente ajeno, ¡a ver por qué vamos a imaginarnos el limbo sin tecnología!

La cuestión es que Félix y yo nunca nos quisimos. Tampoco nos odiamos. Ni siquiera nos éramos indiferentes. Ahora que lo pienso, estuvimos, sin saberlo, a la distancia correcta. Aunque me consta que, cuando tuvimos ocasión, ambos nos ninguneamos, también nos tendríamos guardado algún rincón de admiración. Quién sabe.

Visto desde ahora, aquel encuentro furioso en aquel piso del barrio de las fuentes, su barrio, cuando ambos éramos tan jovencitos, fue sólo el topetazo de dos come libros que no coinciden en ningún título. Era la época de la librería y nos seguimos frecuentando. Luego nos perdimos de vista, bueno, él a mí, porque yo lo seguí viendo en los papeles y lo seguí oyendo en la radio. Sin mucha atención, todo hay que decirlo. Pero con la misma que él me hubiera prestado a mí, eso seguro.

Pero pongamos que Félix tiene ahora, desde algún limbo, un mando a distancia que reactiva todos mis recuerdos sobre él. Y me pican las manos y me tengo que poner a escribir.

Otro día, muchos años después, salí de la filmoteca y vi luz en casa de Javier, lo llamé por teléfono y le pregunté si estaba con alguna novia o admitía visitas. –Peor,estoy con Félix, si tienes ovarios sube- dijo, sabedor de nuestro conflicto químico. Y subí. ¡Si hablaríamos que no recuerdo oír al anfitrión! Yo creo que hay algo que el Romeo nunca supo de mí, que no soy competitiva. Necesito que los demás lo sepan porque si no se me montan unos follonazos vitales tremendos en los que no participo. Bueno, la cuestión es que Félix, y me gusta la gente confrontativa pero no tanto, conmigo no hablaba, discutía. En una de esas salió de mear con el argumento definitivo y aún subiéndose la cremallera y eso me provocó un ataque de ternura. Me levanté y no pude evitar darle un abrazo.

Antes nos habían pasado cosas simbólicas en las que nos dos nos fijábamos. Como el día en que él subía unas escaleras mecánica y yo las bajaba. ¡Cómo no fijarse! Dos horas después nos volvimos a encontrar en dirección contraria.

Lo último que le dije, en la presentación de un libro de Pilar Adón, cuando salía, fue:

-Mira a ver Félix, que dice la camarera que os faltan tres cervezas por pagar.


Y en aquellas décimas de segundo pensé en lo raro que era el "algún aprecio" que nos teníamos, claro que por aquí no es fácil enterarse de lo que nos pasa porque como decíaFélix y recuerdan en esa reseña está “el amor a la aragonesa, que se caracteriza por demostrar lo menos posible que uno quiere al otro” 

p.d. rr que rr, no quiero decir con esto que yo quisiera a Félix.

lunes, 10 de febrero de 2014

Je Crois Que Ca Va Pas Etre Possible





Si dura cinco minutos y la he oído cuatro veces, llevo veinte minutos bailando con esto. Que ya vale.
La música es el vehículo más veloz. Voy a ver a donde he llegado.

domingo, 9 de febrero de 2014

La rica potencia hortelana.





Ya ha pasado un año desde que las presenté y ahora ya se quieren un montón, y eso sí es una suerte. Faltan Mila y Taida en la foto. Me influyen. Todas y cada una son  una interrogación con patas. A ratos no sabemos  si esto es una célula política o un grupo de hortelanas, porque entre rúcula y lechuga y zanahoria estudiamos como no rendirnos. Somos todas mujeres porque así cayó, pero no hay apología de género en el huerto.

No sé con quién lo he comentado hoy, ¡no soporto a las mujeres hablando de hombres ni a los hombre hablando de mujeres! ¡rémoras y más rémoras! ¡yo no tengo tiempo! 

Menos mal que no nos pasa. 

Los abrazos de más de treinta segundos son los que disparan la oxitocina hemos convenido hoy con la doctora.