viernes, 9 de julio de 2010

Trucos para atravesar la canícula



Alejandra, la sobrina de Inma, que tiene once años, ha sido el regalo inesperado. Se escucha con tanta atención a las tías que las tías, sabiéndose escuchadas, no pueden evitar abrir el cajón de los zapatos, subirse a tacones desde los que recuerdan los peores vértigos, bajarse a unas chancletas, comprobar las sandalias de cada fiesta, ascender a viejas plataformas y, sobre todo, llegar hasta las zapatillas de seda de una noche de boda que no merece ser adjetivada, muchísimo menos hoy que, gracias a la carcajada de tía y sobrina, irán por fin al basurero.

Inma pasa a los sombreros y se cuela la historia del apartamento diminuto que le vendió a una monja de clausura, Alejandra escucha embobada, nos ha explicado diez o doce sombreros sin dejar de lado a la monja que decidio dejar el convento a tan avanzada edad, entonces ha llegado a un maravilloso abanico de plumas de ganso, que, por supuesto, Alejandra heredará, luego ha contado más cosas de aquella señora que no necesitaba más trozo porque después de vivir en una celda todo le parecían opulencias, hasta aquel trastero le resultaba demasiado grande, un dispendio que aceptó porque quería volver a vivir en su barrio.

Mi tía Aurora aún nos traslada muchas millas, nos mete en unas zapatillas que durante los años de la guerra teñía una y otra vez con blanco españa, como si en la apariencia de las zapatillas impolutas se acumulara toda la dignidad desde la que luego salio corriendo hacia la ciudad condal. Quién sabe si la tía Enma puso la zapatería inspirada por el simbolismo de aquellas zapatillas, es la pequeña y es minuciosa, cuenta como una documentalista, necesita muchos detalles, nombres, fechas y datos, que revisa, repite y coteja mientras Carmen le pisa el discurso porque domina el absurdo aragonés (que otros llaman surrealismo) el descalabro verbal con ritmo y algún silencio somardon, el mismo truco en la misma historia en el que volvemos a picar (si está por allí Arse, mama gata, con esa posesión del tiempo y esa voz, es ella quien dirige la orquesta verbal de las Aina) Las tías suenan mejor cuando el calor aprieta, cuando fabrican oscuridad con toldos, persianas, sandía, café y helados a partir de las cuatro de la tarde. Sólo oyendo historias en lo oscuro se consigue olvidar una de que hay cuarenta grados fuera y han transcurrido otros tantos años desde las primeras versiones, las del hueco de la escalera en casa de la abuela.

El lujo de las tías y las sobrinas en verano, en Tabuenca, en Navaleno, en la Ponderosa, y también en Parador del Sol.

viernes, 2 de julio de 2010

Dos meses de viernes




Nunca he conquistado la certeza de estar de vacaciones, tengo la sensación durante todo el verano de que es viernes.

Y se está mucho mejor que en diciembre, por ejemplo, que es un mes de domingos.

Habrá que inaugurar el primero con alegría.

miércoles, 30 de junio de 2010

Noche con estrella


Si tanta era la obsesión por la calidad de vida, ¿por qué hay tan pocas camas con una claraboya sobre la almohada?


lunes, 28 de junio de 2010

Space Oddity o noticias de Roberto



Entonces poníamos la canción elegida para lanzar los mensajes desde el cassett del Diane 6. Estrene el coche y una cinta de Bowie juntos, el día que cumplí 18. Luego estuvimos comunicándonos allí, así, con palabras de otros, mucha gente y mucho tiempo. ¡Me duran los coches!

Ahora las canciones llegan por Internet, ésta me la mandó ayer Roberto al correo, ¡el rey de las versiones! ¡no hubo orejas más cuidadas que las mías durante los años que estuve a su lado!

Recuerdo que entonces, en cuanto entraba en el coche quien tenía que darse por aludido con una letra, la cinta se atascaba o nos poníamos a hablar de otra cosa y se había pasado el minuto de absoluto, la verdad es que ahora también se quedan ahí mucho rato esos archivos, hasta que los abres y no los puedes cerrar.

Siempre tiene razón Roberto ¡qué versión la de Piter Murphy!

sábado, 26 de junio de 2010

Azar: una acción de Luján y las letras de Alberto.





Luján llegó cargadita de cuerdas de colores a Parador del Sol y las ató, las atamos, entre los bolardos de la calle, pasamos toda la mañana en la acera, hablando con el que preguntaba, mirando a los que no lo hacían, haciendo fotos, leyendo el periódico. La primera señora a la que Luján respondió no se sorprendió con la respuesta, al revés, dijo que iba a venir a ayudar en cuanto preparara la comida, pararon niños, un señor mayor al que le hizo una foto de la que reclamó una copia que ella le enviará, más niños preguntando, la policía, que ni se inmutó. Por la tarde estuve mirando por el balcón y todo el mundo paraba y se preguntaban entre ellos, salí y, a la vuelta, encontré a una pareja discutiendo, él decía que eran para sentarse las cuerdas en los bolardos, ella le decía que era tonto, también vi a unos cuantos niños, estaban esperando a que terminara la escena para llevarse las cuerdas, que no eran para nada, pero también servían para sentarse. Fueron desapareciendo los colores y a la mañana siguiente sólo quedaba la blanca, que fue la primera.

Más sobre aquella mañana en su interesantísima web Luján Marcos

Conocí a Lujan porque la trajo al Molino Alberto. Eso de sembrar árbolitos vincula al lugar y van a volver a venir, espero, porque se ha de echar mucho de menos la voz de Albereto por el porche ensayando esas jotas suyas con esas letras que nadie debería perderse.

El Hit es el amor morrocotudo, aunque yo me canto más el cansina. Ya tenía yo ganas de oír letras como:

Vente conmigo

Conozco un descampao

Alguien ha puesto allí un par de bancos

Y podemos tomarnos algo.

O

Siento como sopla tu amor como un ventilador

y no oculto el temor a que salgan disparadas tus aspas

y me desmembren, o me castren, o me decapiten.

Y

Ay que mal se me dan las relaciones

Con los demás….

Si me cruzo en la calle contigo y no te saludo

No te rayes, estaría en mi mundo.

¡Es tan difícil vivir dentro de mí!

Todas son buenas

En fin, que yo que vosotros le prestaría unos minutos de atención al Palentino, también.

jueves, 24 de junio de 2010

Entrevista a Benito del Pliego


Siempre merece la pena oír a Benito, ese privilegio que llega con el verano.


la imagen también es suya

miércoles, 23 de junio de 2010

La responsabilidad es del carbono



Pero voy a contar en cambio solamente una historia más, la más secreta, y la voy a contar con la humildad y el comedimiento de quien sabe que desde el principio que su asunto es desesperado, su medios débiles, y el oficio de revestir los hechos con palabras condenado al fracaso por su misma esencia.

Lo tenemos de nuevo entre nosotros, en un vaso de leche. Está inserto en una larga y completísima cadena, y de tan naturaleza sin embargo que casi todos sus anillos son aceptados por el cuerpo humano. Es deglutido, y como toda estructura viviente entraña una salvaje desconfianza hacia cualquier aportación de otros materiales de origen viviente, la cadena es meticulosamente destrozada y los trozos aceptados o rechazados uno por uno. Uno de ellos, el que nos concierne, traspasa la barrera intestinal y entra en el torrente sanguíneo; emigra, llama a la puerta de una célula nerviosa, entra y suplanta a otro carbono que formaba parte de ella. Esta célula pertenece al cerebro, y este es mi cerebro, el de mi "yo" que escribe, y la célula en cuestión, y dentro de ella el átomo en cuestión, se encarga de mi labor de escribir, en un gigantesco y minúsculo juego que nadie ha descrito todavía.

Es la célula que en este instante, surgiendo de un entramado laberíntico de síes y noes, hace a mi mano, sí, correr sobre el papel en una determinada dirección dejarlo marcado con estas volutas que son signos: un doble disparo, hacia arriba y hacia abajo, entre dos niveles de energía, está guiando a esta mano mía para que imprima sobre el papel este punto: este.

Primo Levi
Cuentos completos. El Aleph editores

martes, 22 de junio de 2010

Sobre escribidurias


Los estados de ánimo tienen que ver con la permeabilidad, con la resistencia que algunas sustancias químicas cerebrales ofrecen al exterior, ya que cambian la textura y el tamaño de lo que nos rodea. Cuando tenemos la impresión de que todo es siempre igual y se ha consumido mil veces es verdad, estamos haciendo café de recuelo, una y otra vez, eso en psiquiatría se llama recaptar la serotonina.

No hay que confundir la depresión con la tristeza, no hay tristeza importante que no se entrevere con sonrisas, la tristeza nota mil matices en lugar de remitirse una y otra vez a las mismas impotencias.

En todo caso no sé porque cuento todo esto, hoy no estoy triste. Y eso que estamos en época de despedidas, Miguel se despide en el blog, Daniel va a dejar de escribir definitivamente, la niña Berdor Corrales no me escribe nada, aunque yo sé que lleva un imán de sentidos en la cabeza, como María José, Carmen tuvo que irse antes de tiempo por su lío de interculturalidad y bibliotecas, y también se fue Pilar, pero sigue Rocío, hicimos piña, Daniel y Rocío se vienen al molino y no van a tener la oportunidad de agujerear la vida (literaria) con vacaciones, que decía Musil. Menos mal que Elena y Juliana están imantadas por Dolores Koch, llevando al ápice cada historia y bordando hiperbreves, y que Pedro va raudo, fue abducido en la primera conversación por esas chicas y el chico, Cesar, que uff, qué rico, tira con agilidad de su historia, y también gracias a que encontré a la enormísima Bea en clase después de muchos meses, apareció el día de mi cumpleaños con una tela preciosa y kilométrica que me había encontrado en la India, y con muchas sorpresas que enseguida le urgirá contar.

Otro alivio es que ninguno de los mencionados tiene como prioridad vital ser escritor, aunque tienen como prioridad vital contar y escribir.


viernes, 18 de junio de 2010

Caetano y la tristeza


Pocas veces pongo a Caetano, me gusta pero me pone muy triste, por eso lo oigo hoy, porque estreno un género, el de la más dura de las tristezas. La que produce la muerte de un amigo.

jueves, 17 de junio de 2010

Para Lauri


A él le gustaría que yo elija este poema para decirle adiós.


Un collar tiene el cochino
calvo se queda el faisán
con los molinos del vino
los titanes se hundirán
Navaja de la tonsura
es el cero en la negrura
del relieve de la mar
Naipes en la arenera
Fija la noche entera
La eternidad
Y a fumar

José Lezama Lima