lunes, 30 de diciembre de 2013

Pócima acústica para levantar la mañana: Tom Zé y la voz de la Otaegi



Tiene una voz infalible la Otaegi que no para de mejorar con los años.




(se me olvidaba, los derechos de autor, la foto la hizo Tatiana Miralles en Marrakech)

domingo, 29 de diciembre de 2013

Radar rural



Con ese radar nos estuvo esperando Óscar en el camino. Y puso varias multas el Cacholas. También tenía otros sentidos el radar. Nada es más rentable que el tiempo que invertí en los adolescentes, llevan más de veinte años contándome lo que les sucede con mucho ingenio, buen amor y estupendo humor. 


viernes, 27 de diciembre de 2013

Va por Germán Coppini.





Fue siempre una suave compañía.  Me ha costado elegir. "no se ama a los sumisos, simplemente se les quiere" nos enseñó a decir pronto, no como esa trupe que hace creer a la peña lo de "sin ti no soy nada". Repito frecuentemente unas cuantas frases suyas. ¡Qué pellizco el Coppini!

jueves, 26 de diciembre de 2013

“Está con la boca”







Dicen las madres de los bebés. 

Hay omisiones sabias, paridoras de sentidos. 

Estar con la boca, estar con el oído, con la pierna, estar con el hígado. Coger un trozo de ti que duela y largarte con él de paseo como única compañía. 

Hasta tiene algo de advertencia la expresión: “no se le puede interrumpir, que está en una reunión importante con uno de sus órganos” parece que implica.



lunes, 23 de diciembre de 2013

Escuela de Escritura




Aún tengo ganas de hacer otro brindis hoy, dos días después de emborracharme con ellos hasta las eses:

Por la reciedumbre mental, y la curiosidad, y el saber hacer y la capacidad para verbalizarse de Ester y Gonzalo, mis compis. Por lo transparente que sale el lenguaje después de atravesar a la Berdor y al Escarpa (estoy segura de que en la escuela somos seis, por lo menos)  

Por la suerte de quererse así.

Mi mayor honor conseguido es estar con ustedes en esa tarjeta, además de en todos los sitios.

Gracias siempre

la Sanuy

domingo, 22 de diciembre de 2013

Acogedor recibimiento el de la música, Carson McCullers, un caldo y todo el tiempo por delante.








Aprendió mucho sobre la música durante aquellas noches veraniegas que andaba en libertad. Cuando paseaba por los barrios opulentos de la ciudad, todas las casas tenían radio. Las ventanas estaban abiertas, y ella podía oír toda clase de música maravillosa. Al cabo de un tiempo supo qué casas sintonizaban los programas que ella quería oír. Había en especial una casa que siempre ponía las buenas orquestas. Y por las noches iba hasta esa casa y se deslizaba en la oscuridad del patio para escuchar. La casa estaba rodeada por hermosos macizos de arbustos, y ella se sentaba en la espesura bajo la ventana. Y cuando todo había terminado permanecía en la oscuridad con las manos en los bolsillos, pensando, durante largo rato. Aquélla era la parte más real de todo el verano: escuchar aquella música por la radio y estudiarla. 

(...)Había un tipo especial de música que le encogía el corazón cada vez que la oía. A veces, esta música era como trocitos coloreados de caramelo, y otras era la cosa más suave y triste que jamás imaginara.


Carson McCullers El corazón es un cazador solitario








viernes, 20 de diciembre de 2013

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Preferir es levantar a uno del polvo que a todos nos forma.




Me gusta tener ritos, muchas pequeñas obligaciones que se puedan transgredir. Y cada tanto tiempo les cambio el horario.

El sábado estuve hablando mucho con Elisa delante de la chimenea,  la Blanch se nos quedó dormida,  pero sabíamos que algo nos estaba oyendo porque la miramos un par de veces y sonreía. Al día siguiente fue rico y divertido re-tener la conversación, completar los cachitos de plática que le faltaban.  Mi mayor deseo, tener una vida bien conversada, se está cumpliendo. Elisa dice muchas veces "intentar comprender" y esa pareja me encanta. Además Elisa me recuerda aquella cita, la de que opinar es como engrasar una máquina, no es necesario echarle cubos de aceite por encima sino poner dos gotitas en las junturas adecuadas.

Me acordaba ahora de la conversación porque hablamos mucho tiempo del tiempo. Y también porque la niña me dijo al día siguiente cuando estábamos hablando de un amigo "se debe morir de ganas de hablar muchas horas contigo". Y me encantó el piropazo, que dijera exactamente eso. Hoy he decidido que ya no buscaré las citas por la mañana sino por la noche, la del título es de Max Aub.

martes, 17 de diciembre de 2013

Una y otra y otra y otra vez, felizmente, reaparece el telar.





Ante la necesidad de contar este fin de semana, una y otra y otra vez la misma imagen: la de haber vuelto a incluir en mi tejido un hilo rojo que estaba suspendido desde hace años en el dibujo que se quedó arriba.

De telares nos habló Marina, una indígena guatemalteca que nos trajo muchos ovillos sabios de los mayas y unos libritos, aparentemente modestos, que parecen escritos por Juan Rulfo, y nos explicó qué es "el susto". De telares habló Elisa,  de texto y tejido habla todo el rato en su investigación sobre las radios mapuches, tengo que escribir pronto algo que se titule: Elisa, una antropóloga sin cámara. Blanca también habla de tejido, teje el sur entero, lleva esa bobinas de color intenso de la Amazonía a Sudán y de una aldea remota de Ecuador a Congo. Leire ahora hace bodoques de Colombia desde San Sebastian porque así le toca, y si así le toca es porque es su turno para mirar los detalles. Alma nos contó que una amiga mejicana la ayudó por teléfono a salir del aeropuerto de Sarajevo saltando por encima del foso de su terror, porque a pesar de los vómitos de pánico de los días anteriores al viaje, Alma vuelve. Necesita tejerse y tejer Yugoslavia -Deja la maleta, suelta el teléfono, quítate el cinturón del pantalón y sal. Ya tienes con qué defenderte-Le dijo su amiga mejicana. Y su relato fue, sin dudarlo, el mejor relato porque estábamos hablando de sanación y Alma sabe exactamente qué hay que dibujar. Inesica esta en todas las secciones del tapiz con ese corazón, más grande que el de una vaca. Es la que siempre se acuerda de cómo se han teñido a lo largo de la historia los hilos.


(no suele ocurrir pero mi tía ha puesto la tele, continuará)

viernes, 13 de diciembre de 2013

Fin de la escapada Chapina



Hemos trabajado tres personas durante tres semanas para que yo hable diez minutos, así que me voy a ensayar. Pero me apetecía decir que cuando hablo de inteligencia colectiva no hablo de algo abstracto, hablo de esto tan gratificante de juntarnos para mirar al mismo sitio. Mi autoestima se pone por las nubes entonces, cuando me escoltan las inteligencias de Ester, Inés, Leire, Blanca, Elisa, Tatiana, con esa firme determinación: HACER.

Se nota que los mayas escuchan a los pájaros. El mío después de oírlos está tan contento como si no tuviera jaula.

buen fin de semana.

P.D. Tiene una marimba bien linda el río Polochic:

jueves, 12 de diciembre de 2013

Proverbial encuentro con el amigo de un amigo que me ha presentado a un poeta K´iché







Ya tarde, tarde, he encontrado el poema que leeré el sábado cuando hable de los Polochic y de Guatemala. Un amigo guatemalteco de un amigo salvadoreño me ha pedido amistad en fb esta noche y le he preguntado y ahí lo tenía, listo, como si esperara el mandadito. Gracias Aroldo. Luego dirán de las redes...de  Amigos.

Me está gustando mucho Humberto Ak´abal que es un poeta de la etnia Maya K´iche que escribe en K´iché y luego traduce sus poemas al español.


Hoy

Hoy amanecí fuera de mí
y salí a buscarme.

Recorrí caminos y veredas
hasta que me hallé

Sentado sobre un borde de musgo
al pie de una cipresalada,
platicando con la neblina
y tratando de olvidar lo que no puedo.

A mis pies,
hojas, sólo hojas.

Mayulí

Cuando estás conmigo
no sé dónde queda el mundo.


Veredas

Las veredas de mi pueblo
se le enredan a uno
entre los pies


A veces ríos

Si llevan agua
son ríos.

Si no,
son caminos.

Sueño 

Todas las noches
mientras duermo

construyo una casa



Tortilla

El cielo es un comal.

Una tortilla
alumbra la noche.

El maíz se ilumina.

Poesía

La poesía es fuego,
quema dentro de uno
y dentro del otro.

Si no, será cualquier cosa
pero no poesía.

martes, 10 de diciembre de 2013

Los otros días centroamericanos.




Estaba terminando de leer “Los militares y la élite que gano la guerra”, acababa de terminar “Cambios para no cambiar” , con lecturas así he pasado el puente (bravo por las gentes que hacen Plaza Publica) cuando ha llamado mi madre y le he estado contando la última barbaridad que había leído

-Cuando Carter prohibió mandar armas a Guatemala, en el 82, los ricos del país pusieron sus helicópteros y aviones al servicio del ejército (80 aviones, 20 o 30 helicópteros) y no contentos con eso iban personalmente a bombardear. ¿A quién? A los campesinos ixiles que huían. Esos mismos respetables empresarios, con nombres y apellidos, temiendo ser juzgados después de Rios Mont, son los que han presionado para que se suspenda la pena al genocida.¡Este año!¡En mayo! Son los que siguen gobernando el país y matando campesinos.

-Anda, anda, Marta, yo creo que tú exageras, como va a ser eso posible.

Entonces me he puesto a pensar en esa incredulidad que nos causa el horror.En hasta que punto se han convertido los Polochic, desplazados en el 2010, ayer nomasito, en conocidos míos estas semanas, pero cuanto más leo más aumenta mi perplejidad, y repito en automático un “no es posible” que los convierte casi en ficción y me permite seguir leyendo mucho rato.

-Qué sí, que te creo, cómo no te voy a creer. Tu padre vio ayer un documental sobre El Salvador y está malo. Dice que no lo veas.

-No, no, por hoy suficiente.

Le he dicho, pero un rato después he vuelto a llamar para preguntar en qué tele lo vio.

Y menos mal que me lo he puesto porque me ha parecido esperanzador. Está lleno de historias hermosas, de buena onda, entre tanto dolor, y  me acuna el cantadito guanaco y está precioso el paisito, y sale Chalate y Sisiguayo. Además ya han pasado muchos años y la gente está más serena que cuando nos lo contaba a nosotras. Y no manda Arena.

El volcán majestuoso, el Izalco, y el documental se titula La cigüeña metálica.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Dos poemas de José Emilio Pacheco para terminar el día.




Aceleración de la historia

Escribo unas palabras
                                        y al mismo
ya dicen otra cosa
                                 significan
una intención distinta
                                       son ya dóciles
al Carbono 14
                         Criptogramas

de un pueblo remotísimo
                                            que busca
la escritura en tinieblas.




Gota de lluvia

Una gota de lluvia temblaba en la enredadera.

Toda la noche estaba en esa humedad sombría

que de repente


iluminó la luna.

martes, 3 de diciembre de 2013

Las dos masas invisibles se enfrentan de nuevo




Gustavo Monroy


Como todos, me siento desbordada. Todo lo ignoro, por ejemplo si la multa por cagarse en la patria va a ser fraccionada: ¿cuánto costará cagarse en el Duero o en el Tajo o en Calatayud o en Guadalajara? Los imagino en sus casas por las noches diciendo: ahora os jodéis, vais a fumar cáscaras de plátano, cabrones. Porque me los imagino diciendo la palabra cabrones mucho. Pero sólo imagino eso de estos cerdos vengativos (pobres cerdos, esto no es hablar con propiedad)  Hay muchas cosas que se me escapan, por ejemplo: a quién se le ocurrió quitarles la merienda a los presos, a qué hora se le ocurrío, qué hacia, cuál es su estado civil, siempre había sido un sádico, lo pensó uno o fueron iluminados varios al mismo tiempo.

Dice Elias Canetti en Masa y Poder que existen dos masas más, la masa invisible de los muertos y la masa invisible de los no nacidos, dice que las masas insvisibles de los muertos son las que inspiran a los nacionalistas, a los conservadores, a todos aquellos que miran al pasado y que la masa invisible de los no nacidos impulsa las ideologías socialista, comunista, anarquista,  que se preocupan por el futuro, por la potencialidad, por la utopía. Y que la disputa entre uno y otro, diz mi tío, no es más que la batalla de la muerte y la de la vida.

También dice que al poderoso no sólo no le importan los muertos, sino que los necesita muertos para sentirse poderoso.


Creo que es un buen momento para releer Masa y poder.

Algunas cosas sí se ven venir de lejos, en la cárcel no nos pueden meter a todos porque no hay sitio, para eso han inventado el arresto domiciliario. Venga, que me prendan. Hasta más visitas tendré. Por si me quieren aplicar su fijación de los 30.000 ya les advierto. Soy insolvente.

Y el Escarpix, siempre sincrónico.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Dos poemas árabes para una tarde de domingo






Oración del miedo
(…)
Sácanos de aquí desnudos,
como entramos
Ni ministros ni cortesanos
Ni medallas
Sácanos de aquí nuevos
como éramos cuando tomamos las calles
Un montón de niños caminando
sin miedo a nadie

Sálvanos ahora
Líbranos de esta prueba
La batalla es aterradora 

Mahmoud Ezzat


Acitara

¿Puede el cielo recuperarse después de un bombardeo,
puede una casa partirse en dos ciudades,
y los secretos sostener un muro
entre dos cuerpos?
Dime, ¿qué son las fronteras?
                                                             (acitara: muro, del árabe sitarah, que significa cortina)
Natalie Handal

viernes, 29 de noviembre de 2013

Inés, fanfara tirana y tímida alusión a mis misoginias.







Mentí abajo, no es nada triste mi vida. Hoy volvía pensando que cada uno de vosotros me evoca una música. Javier sería sin duda un tango, Joselín sería jazz, la Tati  no sé por qué Caetano Veloso, Antonio clásica, Nacho es popi, el rubio es todo percusión africana y la niña Blanch una inclasificable. Podría seguir pero me tocaba Inés y su máscara acústica después de casi un año.

Y la Inesica me suena tan alegre y tan potente como Fanfara Tirana.¡Hasta una gasolinera que me tuve que ir a trabajar para encontrar a Inés! ¡Qué iba a saber yo entonces para qué era todo aquello!

Ahí le he estado contando mis misoginias. Porque si pensamos de verdad habrá que rascarse hasta el fondo y yo encuentro con frecuencia el equivalente femenino del machismo, su retroalimentación, y me irrita, pero no lo puedo contar. No hay como desahogarse con esa lúcida historiadora y una cerveza debajo de un árbol.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los días con Canetti y la máscara acústica.





Mi vida sería bastante triste si no fueran absolutamente reales las excursiones. Cuando digo que me voy con el tío Elias no bromeo. Me zambullo en conversaciones tan intensas con él como si sucedieran delante de una chimenea en Londres o en Viena. No me puedo escapar de este año, pero sí entenderlo mejor después de leer el sofoco con el que él habla, en 1937, contra el cine, y que se parece al horror que le provoca a Umberto Eco y a tantos otros Internet ahora. Pero enseguida se le pasa la pataleta y se pone otra vez apasionante el viejito. Hasta me propone salir:

Vaya usted a un local popular, por ejemplo el antiguo y conocido O.K, siéntese usted en cualquier mesa y trabe relación con una persona absolutamente desconocida para usted. Al principio, no podrá por menos  de animarle con algunas frases complacientes. Pero cuando la persona en cuestión haya empezado a hablar-y seguro que le gusta hablar, por eso va al O.K.-, cierre obstinadamente la boca y escúchela con atención durante unos minutos. No haga ningún intento de entenderla, no trate de averiguar lo que piensa, no se compenetre con ella…sencillamente, preste atención a la exterioridad de sus palabras. No pretendo que actúe así todo el rato, válgame Dios. Mi consejo sólo sirve para experimentar de buenas a primeras, y de un modo rápido, lo que acabo de denominar máscara acústica. Se dará usted cuenta de que su nuevo conocido tiene una forma muy peculiar de hablar. No basta con constatar que habla alemán, o que habla en dialecto; eso lo hacen todas o la mayoría de las personas de ese local... No, su forma de hablar es única e inconfundible.   Tiene su propio tono y velocidad, tiene su propio ritmo. Encabalga las frases. Utiliza determinadas palabras y giros de manera recurrente. Por lo general su lenguaje consiste en apenas unas quinientas palabras. Se las arregla con mucha habilidad con ellas. Son sus quinientas palabras. Otra persona, igualmente parca, habla con otras quinientas. Si le ha prestado usted la conveniente atención, la próxima vez podrá reconocer a esa persona sólo por su habla, sin necesidad de verla. Su forma de hablar la caracteriza y la singulariza tanto como, por ejemplo, su fisonomía, que también es única. A esta figura verbal de una determinada persona, a las constantes de su forma de hablar, a esa lengua que le es propia, que sólo ella emplea de esa particular forma y que con ella perecerá, es a lo que yo llamo su máscara acústica. Con esto no pretendo decir que el dramaturgo haya de comportarse como un fonógrafo ambulante que registra la forma de hablar de la mayor cantidad de personas posible y que luego, según sus necesidades, compone dramas conforme a su propia colección de mascaras acústicas. Eso vendría a constituir una forma tan mecánica como cualquier otra de copiar la vida, que en sí misma tiene muy poco que ver con el arte. Pero el dramaturgo tiene que saber oír; tiene que albergar dentro de sí una vida lingüística suficientemente colmada; tiene que absorber a fondo lo que ha oído y ser luego capaz de procesarlo, de modo que los personajes  sean nítidos y convincentes por virtud precisamente de su máscara acústica.

Si me dejara sustituir dramaturgo por escritor, narrador, cuentista, me vendrían muy bien esos párrafos ¿Me dejará?

lunes, 25 de noviembre de 2013

Y no estaba loca doña Ángela.



Todos tenemos poyitos, rituales, sinapsis selladas donde vaporizamos certezas, burbujas herméticas con todo en su sitio, vivo y desordenado. Qué sé yo. Sé que a veces murmuro: “no estaba loca doña Ángela” y jamás me he visto en el brete de explicarle a nadie de qué estoy hablando cuando digo eso. Ventajas de hablar mucho, te das cuenta antes de que lo que dices importa un bledo.  Así que la exclamación se fue convirtiendo en la más mía,  la más secreta y la más vieja. El “no estaba loca doña Ángela” ha sido desde entonces un medidor.

-No salgáis, lo de afuera es horrible.

Sólo nos dijo eso y luego se sentó al sol. Las madres estaban gritando abajo porque eran las cinco y media y no salíamos, ella estaba tranquila, se metió la llave en el bolsillo y se sentó, nosotros no estábamos asustados, estaban asustadas ellas, las madres. Mi madre no estaba. Como sigo creyendo que mi madre es superwoman aún creo que si hubiera estado lo habría arreglado. A doña Ángela la ataron antes de meterla en la ambulancia y a todos los niños los abrazaron sus madres como si hubieran hecho una heroicidad.

Mi madre no estaba porque cree mucho en la autonomía y no me iba a buscar a la escuela.

Y no estaba loca doña Ángela, estaba triste.


viernes, 22 de noviembre de 2013

¡No te duermas! ¡Huyamos!




Aleksandra Mir


"Dar los pasos precisos para conseguir los fines necesarios"

Dice uno de estos de los del congreso diz que de cultura.

El poder está en manos del que utiliza más términos narcóticos. Los hay tan competentes que te han aniquilado cualquier rastro de inteligencia a la tercera frase.

Vamos a congresos la Berdor y yo para identificar los somníferos, tenemos largas listas. Nos parece un trabajo urgente.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Fin de cosecha.





En el mundo real no hay dos tomates iguales.

martes, 19 de noviembre de 2013

Un poema, más palabras.



Óxido

No se dice que una palabra se oxida, como
pasa con los metales. Pero hay palabras
que herrumbran, y no sé qué hacer para
limpiarlas, para que tengan el brillo
de la primera vez que fueron dichas –en
el caso de que podamos saber la primera
vez en que una palabra fue dicha.

Tampoco se dice que un sentimiento
se oxida en contacto con el aire, o que
hay que mantenerlo en una atmósfera pura,
limpia de viento y humedad. Al
contrario, cuando se encuentra expuesto
al tiempo el sentimiento gana la
fuerza que le permite resistir a lo efímero.

Sin embargo, estas palabras que parecen
oxidadas, podemos pasarlas por la esponja
del sentimiento. Lo que parecía polvo
se transforma en luz; y vuelvo a decirlas
para que oigas, en el filtro del poema,
lo que el amor hace a las palabras.


Nuno Júdice

lunes, 18 de noviembre de 2013

Ponga un chino a su mesa.


Poras Chaudhary



Próximamente tendré una nueva alumna, es nica y no maneja computadoras, así que le he dicho que se venga a casa, ni modo. A los cinco minutos ya estábamos negociando el precio en el que cabían mucho más que euros: la posibilidad de un lagomoto en Managua, los cafetines de la Uca, los tamales y unos plátanos fritos con crema para desayunar los martes

Eso me ha recordado una comida con la madre de Carmen París, una de mis grandes maestras. Su hermana, Belén, dijo que en su clase había un chino, a lo que Adelina, una sabia, respondió:

-¿Y por qué no lo has traído? ¿Para qué  crees que te pago la universidad?¿para que aprendas declinaciones? Eso sí era una oportunidad: ponga un chino a su mesa.(1)

Adelina, que declinaba como los ángeles, había salido de extra en la película Calle Mayor y amaba sobre todas las cosas la música. Hablábamos y hablábamos: de cocina, de literatura y sobre todo de mitología griega, alrededor de la estufa de leña, en aquel seno materno siempre abierto: el bar París. Ahora tiene Alzheimer y cuando nos vemos nos tocamos mucho las manos. No sólo me reconoce, el otro día me dijo:

-Estás bien gorda.


1-Eso pasó hace un poquito, cuando ninguno de nosotros habíamos visto hoja verde, yo al segundo negro que vi, lo vi en París. A veces pienso que somos una pobre gente que ha hecho demasiado deprisa un viaje muy largo.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Opiniones dominicales diversas.








-Que lo sé, que te gusta más Póveda, que te tiene hipnotizada.
-No seas pesada, que me gusta mucho Morente.
-Pero Póveda te gusta más. ¡Qué te conozco! ¡qué vivimos juntas! Y es más jondo el Morente.
-A veces, que tiene el Póveda un pellizco. Anda, pon a Morente, y calla
-¿Qué hay para comer?
-Huevos tontos, que dice tu madre que cada vez la satisface más lo sencillo.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Monólogo sobre un debate que no existió.










Ayer llegaron a la pantera rosa dos visiones sobre el Congo.La de Ouka Lele y la de las Lolas Moras. La protagonista del documental es Caddy Aszuba, a quien no conozco pero de quién llevo oyendo hablar muchos años porque trabaja con Lola-Mora. No se utilizan imágenes violentas en el video, todo es correcto, lo incorrecto es esa mirada eurocéntrica que continuamente reforzamos. Seguro que no hay ninguna mala intención en el club de las 25 pero no se puede acudir con la medicina si no se sabe cuál es la enfermedad. No queda tiempo para la conmoción, no todo se soluciona con buenas intenciones. Hacen falta estrategías, finalidades, muchos planes, mala leche. Hay que sensibilizar para algo. En este asunto importa el para qué.

A pesar de que no se cuenta ninguna mentira en ese documental lo considero peligroso porque no se está contando tampoco ninguna verdad que sirva, que no nos suene como un rezo. Nadie es culpable de tener una mirada lastimera, sobre todo si con todos los recursos artísticos se la están montando de antemano, pero mi obligación es decir que esa mirada es muy peligrosa. Y es muy peligrosa porque re-victimiza a las víctimas. Elisa nos contó casos de primera mano en los que las mujeres renunciaban a la ayuda para no seguir cargando la pesada lacra de ese adjetivo. La lástima cotiza en bolsa porque paraliza, y el infierno está empedrado de buenas intenciones. Es peligroso tintar el dolor de los otros con barnices románticos. Estamos, creo, ante un problema grave y antiguo. ¿Siempre es ética la estética? 
  
No hay nada, nada, nada, que me ponga peor vinagre que la lástima, esa cosa que parece empatía, que parece sensibilidad, que parece compromiso, que parece demasiadas cosas para que sea algo.


Digo aquí lo que no cupo ayer porque no hubo contraparte en un debate cada vez más urgente al que ese encuentro podía haber aportado algo.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Hoy pincha una chica que me quita el miedo.








Si algún día se me va la olla, Joaquina, mi psiquiatra en línea, me avisará.

Buena elección. No es cierto que abernuncie de toda, toda, toda la música de los ochenta. Exagero para que noos pongáis pesadicos.

Un caos débil o el miedo, ese tabú gaseoso.




Ya está, ya lo he borrado casi todo, hay que seguir  los buenos ejemplos.


Lo que quedó fue:

Me da miedo escribir sobre el miedo, implica recordarlo, lo haré, estoy en ello, pero no ahora. Tengo que pasear mucho todavía y no es el momento, hace un airé que se nos lleva. Además. Ya lo dije. Me da miedo.

Pero:

¡El estímulo fue tan fuerte! ¡te modifican tanto las cosas bien hechas!  

Salimos del teatro como miuras, locos por hablar del miedo: el miedo en las manifestaciones, a un diagnóstico, a una llamada, el miedo a lo más próximo y a lo más lejano,  y a los otros, y a nosotros, y a los insectos, y a dar miedo, y al poder, a las vísceras, al desamor, a la desatención,  a la oscuridad y a un frasquito con tapa, lleno de objetos, que se me aparece en sueños (y sobre todo a un trozo de la tela de un vestido que nunca tuve,con un corchete, que está en ese frasco)

-¿Y a la locura? 

Le pregunté después a Ana. Pero mientras formulaba la pregunta me di cuenta de que la locura estaba perfectamente espolvoreada en Haunted House, que es una pieza de jazz,  una obra en marcha, una articulación que se retroalimenta. Un maravilloso artefacto sólo apto para los que tenemos miedos.

 Gracias, gracias, gracias Marcos, Leire, Ana, ¡qué ensanchamiento!

martes, 12 de noviembre de 2013

Devorada por Morfeo.



Henri Rousseau



Tengo sueño, muchísimo sueño, me voy durmiendo por las esquinas.

Todo son cosas pendientes: escribir sobre el miedo, ya que llevo más de una semana pensando casi exclusivamente en el. Arreglar el dll32, que ya me ha hecho perder tres días. Reorganizar el tema del narrador, ver no sé cuantas películas y terminar de leer a Canetti. Me siento culpable, claro, pero eso no despabila nada.

La comedia de la vanidad cuenta lo que sucede en un mundo en el que se prohíben las fotografías y los espejos…y cunde esa hipótesis, pero cada dos páginas me duermo.

Menos mal que tengo sueños estupendos, anoche soñé que estábamos cenando con Borges, Cortázar, María Zambrano y María Moliner. Con tan buenas compañías  ¿quién no va a querer seguir durmiendo? Voy a probar otra vez a ver si tengo una pesadilla y me desvelo.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Desert Blues: entre dunes et savanes












Para ver en el mundo un grano de arena
y en el cielo una flor silvestre
abarca el infinito en la palma de tu mano
y la eternidad en una hora


 William Blake

jueves, 7 de noviembre de 2013

Un recesito.




Cuesta mucho llegar al sábado por la noche, a "un caos débil" y las conversaciones de después. Me tomo un descanso con Juarroz. Dejo la foto de Ana y su página, para ir haciendo boca y porque no le va nada mal al poema que me ha elegido

Ayer estuve viendo a Pepito y a Julia y me traje un tocho intitualado Arrebatos Verbales, de Elias Canetti, recién salido del horno. Mi dependencia no es del papel sino de los buenos libreros.¡Ya tengo destino! Fin de semana con el tío Elias. Otranvex.

el poema:


Hay que alcanzar esa mirada
que mira a uno como si fuera dos.
Y después mira a dos
como si fuera uno.
Y luego todavía
mira a uno y a dos
como si fueran ninguno.

Es la mirada que escribe y borra al mismo tiempo,
que desdibuja y suspende las líneas,
que desvincula y une
simplemente mirando.
La mirada que no es diferente
afuera y adentro del sueño.
La mirada que se crea a sí misma al mirar.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Cuarto y mitad de un sábado de miedo.



Mi amigo el jardinero tiene un problema de optimismo agudo que le pasa facturas, pero es imbatible, las paga con una sonrisa de oreja a oreja. Aunque está todo el día viendo crecer cosas, o no crecer, sigue negando el cambio climático, cree en la inmutabilidad del agro. Este año se le han helado dos floradas de tomatera mientras nosotras, las lentas e ignaras, recogíamos tomates por doquier. Da igual, no nos dará la razón.

Pero cuando más me gusta Miguel es cuando empieza a decir de una manera compulsiva que la gente es maja:

-¡Pues no te lo digo yo! Que la gente es maja, maja, maja. La gente es muy maja, Marta, muy, muymuymuymaja.

Vaya que si quieres seguir hablando no te queda otra que discrepar y recordarle a todos los cancos que hemos conocido juntos en los últimos treinta años, aún sabiendo que el otro seguirá ahí, con su mantra, y le darán igual las pruebas que aportes.

Lo anterior viene al caso porque volví de Huesca repitiéndome ininterrumpidamente:

-¡Qué majos!¡qué majos!¡qué majos! Orencio, Raquel, Mario, Luis, Miriam, Mikel, Daniel, Ana, Marcos, Leire, Marina, sus padres, Pilar, su compañero,Justo, Carmencita, Anica.¡Y el guía de Loarre!
¡qué majos!¡qué majos!¡qué majos!

¡El guía de Loarre merece linkaparte!  Ese performer erudito, anónimo, y con sorna(1), nos trasladó al siglo XI  en décimas de segundo. Era un saltimanqui, bordeaba el perímetro de cinismo con tonito cantarín y en el último momento nos salvaba, recién salido de un capitel se indignó, muchísimo, porque los campesinos no podían comprarse una cota de malla, ¡de dónde iban a sacar los trescientos salarios! Un tímido curtido en la extroversión y bien ensayado. Un apasionado de la historia.  (como Luis, como Inés, hay dos fábricas interesantes en Zaragoza, la de filólogos y la de historiadores)

Siete personas nos fuimos abducidas del castillo. ¡Vayan!


(Y ya paro, ¿no? No me cabe lo que queda de día ni con calzador)

1-Los genios de los sitios son como las recetas. Basta saber el ingrediente principal para explicárselo casi todo. El ingrediente principal de los aragoneses es la sorna. Que es buena cosa, porque si estás nublau  te aclara y si estás eufórico te entristece.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Viernes de empacho y deseos cumplidos.




Siempre había pasado deprisa o acompañada por el coso de Huesca, y siempre había querido sentarme a leer debajo de aquellos soportales o en la terraza del casino, sola y con todo el tiempo del mundo. Lo conseguí muchos años después y gracias a un empacho.

Nos metimos a comer en un mesón con apariencia normal, pero segundos después estábamos en otro mundo, habíamos sido aparcados en un lugar lujosísimo:

-Mira que collares llevan ellas, Gonzalo, vámonos, nos van a fundir.
-Tranquila, que pase lo que quiera, nos lo mereceremos, voy al baño.

Dijo él, y luego salió lacónico. A todas las preguntas de la camarera respondía sin mirar.

- lo mismo.

Y es que sabe cuán tacaña puedo ponerme ante la carta más snob y es omnívoro.

Ya que el personal cuenta hasta como cuece las judías hablaré de comida. Fueron dos de huevos rotos con patatas a la panadera, trufa y kilo y medio de foie. Para segundo algo al horno que también tenía pato, pero ya no puedo ni recordarlo, más tarde descubrimos que el sorbete no desengrasa, eso es otro mito urbano.

Llevamos desde entonces sin poder comer. Bueno, yo ayer me comí medio tomate y porque lo había visto crecer, sino ni de coña. Gonzalo se fue a dormir la siesta y estuvo a punto de morir, ¡yo estuve cuatro horas paseando y luchando por la vida! (ayudada por dos gin tonics que a punto estuvieron de parecerme demasiado nutritivos)

¡Querías Alameda, Casino y Coso! pues toma Martita, pensaba en medio de aquél peripatetismo deslavazado desde el hígado.

Luego,como ese otro logró resucitar, cenamos coca-colas. Más tarde conocí a Raquel, a Mario y nos encontramos con Orencio, mi gran anfitrión, en un concierto popi. ¡Ya casi no recordaba lo difícil que es tener una conversación en un concierto!

Mañana quizá me atreva a contar un sábado infinito. Bueno que el viernes también fue estupendo y muy largo. Y además me resultaron tan placenteros como imaginaba aquellos tres sitios.

(siempre pienso que cuando sea muy vieja disfrutaré reencontrándome aquí los detalles, por eso, también) 

Taloneando a Ana Kuntzelman







o el gusto de volver a casa y seguir conociendo a los que me dijeron "mira" ayer.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Axioma nº 1: Vísteme despacio que tengo prisa.





Debería haber llegado a Huesca anoche, soy un poco la anfitriona, pero cuando no soy imprescindible siempre me retraso muchas horas. Cunde tanto el tiempo cuando se acota.

Pero ya me voy. Saldré como pueda del embrujamiento de esta pareja que dejo arriba y ¡a conducir!


jueves, 31 de octubre de 2013

Sobre la transparencia.





Me estaba preguntando si el lenguaje modifica el carácter, no creo que en América Latina haya menos gente turbia, pero sí estoy firmemente persuadida de que lo tienen más claro cuando lo son.

Lo que más me gusta de esa palabra es la uuuuuuuuuu, oscura y alargada, y puesta al principio, y con una errrrrrre muy fuerte después, que integra la bronca y la bruma.

Y por último no me desagrada nada que siempre se pronuncie acompañada por un deseo:“no seás”. Que advierta, que muestre, que prevenga.

Por aquí sólo se dice “veo turbio” cuando se empaña un ojo o cuando baja el río así, y nunca es reflexivo.



lunes, 28 de octubre de 2013

Lunes copistas o "me explico como puedo" Paul Valéry



Antonio González Paucar

La poesía es un arte del lenguaje. El lenguaje, sin embargo, es una creación práctica. Observemos primero que toda comunicación entre los hombres sólo tiene alguna certidumbre en la práctica, y mediante la verificación que nos da la práctica. Le pido fuego. Me da fuego. Me ha entendido.

Pero, al pedirme fuego, ha pronunciado algunas palabras sin importancia, con un determinado tono y con un determinado timbre de voz-con una determinada inflexión y una determinada lentitud o una determinada precipitación que yo he podido notar-.He comprendido sus palabras, pues, sin pensarlo, le he tendido lo que me pedía, ese fuego. Pero he aquí que sin embargo la cuestión no ha terminado. Cosa rara: el sonido, y casi la figura de su pequeña frase, vuelve a mí, se repite en mí; como si se complaciera en mí; y  a mí, a mí me gusta volver a oírla, esa pequeña frase que casi ha perdido su sentido, que ha dejado de servir, y que sin embargo quiere vivir todavía, pero una vida muy distinta. Ha adquirido un valor, y lo ha adquirido a expensas de su significación finita. Ha creado la necesidad de volver a ser escuchada. Hénos aquí al borde mismo del estado de la poesía. Esta experiencia minúscula va a bastarnos para descubrir más de una verdad.

Paul Valéry Teoría poética y estética

domingo, 27 de octubre de 2013

Patatas, brújulas, la virgen, los imanes, surrealismo y el tiempo pone las cosas en su sitio.






Aunque es domingo oigo y digo cosas fantásticas como:

-Que le tires tres patatas por el balcón.
-¿Tres patatas?¿y eso?
-Que viene María Jesús a comer
-¿Quién viene?
-Susi
-¡Ah! Susi. ¡Qué bien! Se las voy a pasar en ascensor.

Y ata un ovillo de lana a una bolsa con diez o doce patatas.
(no sé yo si se va a comer tantas patatas María Jesús, a lo mejor con Susi sí)

Ésta mañana, cuando hemos vuelto de pasear, me ha dicho mi madre.

-Ayuda a tu padre, anda, que tiene las manos como tú.
-¿Qué está haciendo?
-Algo muy importante. Buscar los puntos cardinales. No sólo el norte no, no, todos, los cuatro.Tira, él te lo contará.

Y me lo cuenta: toda su vida ha querido llevar una brújula en el coche y hasta ahora no había llegado la ocasión. Quien le vendió el último llevaba una virgen del pilar con imán.

-Fue quitar la virgen y encontrar una brújula, esa mujer tiene poderes, pero la brújula  tenía patas y se las estoy cortando.

Así que luego, cuando oígo la palabra surrealista aplicada a un roto y a un descosido, me pongo mala.

Ah, otra cosa de la que me he acordado esta mañana, de un padre que le dijo al hijo que recogiera la habitación pero el otro que no, que él había oído que el tiempo pone las cosas en su sitio.

viernes, 25 de octubre de 2013

Pero si no he puesto música con lo Krall que estoy





Si las cosas hablaran



Charland Caleb

Para escribir hay que crearse una buena neurosis, digo siempre. Cuando afinamos la atención nos esperan las sincronías por todas las esquinas.

Basta con que pienses en algo concreto: una llave, un camino, las escaleras, las sábanas, los espejos... para que se pongan a funcionar como un imán se sentidos 

Ya llevamos dos semanas la Berdor y yo pensando en las cosas y en los símbolos y tiende a infinito nuestra cosecha.


Si las cosas hablaran 
(de Wislawa Szymborska)

Si las cosas hablaran –
pero si hablaran, también podrían mentir.
Sobre todo las más corrientes y poco apreciadas,
para llamar finalmente la atención.

Da pánico pensar
qué me diría tu botón descosido,
y a ti, la llave de mi puerta,
esa vieja mitómana.

(éste nos lo regaló Olivia sin saberlo)


jueves, 24 de octubre de 2013

De historias, sillas, narradores y tatuajes.







Algunas historias se quedan sentadas para siempre en la silla del que las contó, como si hubiesen encontrado su formulación definitiva y dijeran: yo de aquí no me muevo. La de Inés una noche de estas navidades en el bar del Valle es de esas.

Arrancó con una fórmula clásica: estaba perdida en un lugar remoto de Guatemala y no tenía donde dormir cuando me  hablaron de una casita a las afueras. Tenía a su favor que estaba anocheciendo y el paseo, mover las piernas es una de las cosas que más ayuda a perorar, y el escenario, claro, no me atrevo yo a describir esa terraza colgada en ninguna parte y ornada con flores y flores, igual da naturales que de plástico. Siguió con una descripción de la casa y de los personajes que encontró en la casa, habló de la señora extraña que la regentaba y le fue situando un par de frases sobre cada inquilino alrededor, pero es una contadora, y se guardó al protagonista casi hasta el final. Ya  nos tenía tan entregadas que ni pedimos otra cerveza, y cuando todo el tiempo era suyo empezó a hablar de aquel hombre: el hombre con más biografía que conocerá, seguro. Había sido abogado, narcotraficante, pirata, asesor financiero, profesor, asesino a sueldo…aquí lo bordó, hizo una enumeración perfectamente desordenada, mucho mejor que la que yo dejo, un encaje de bolillos. No sé si fue todas esas cosas, pero narraba tan bien, a altas  horas y  delante de una chimenea, que me daba igual que fuera un fabulador, porque era buenísimo. Y ahí casi se pierde y nos pierde con una digresión que no sé si hacía falta, pero que va, volvió con herramientas cuando menos lo esperábamos.

-Después del incendio se había refugiado en aquella casa y no había vuelto a hacer nada. La historia que os quería contar aún no ha empezado. Empezó cuando se quitó la camiseta, primero la camiseta y  luego los pantalones. El incendio había sido en un barco y en el hospital más cercano no tenían más piel para trasplantar que la de alguien  totalmente tatuado. No se iban a entretener en organizar los trocitos, así que él, entero, era  una historia desordenada. Pasamos lo que quedaba de noche intentando reunir piezas: en el antebrazo la punta de una estrella que seguía en una axila, en la pierna un trozo de sirena que se había dejado la cabeza en el omóplato, anclas en cachitos y trozos sueltos de cuerda cubriendole la espalda…

En otros lugares puedes no saber qué historia te va a tocar porque todas las sillas son iguales, eso no ocurre en el bar de doña Elena. Yo sé donde me tengo que sentar si echo de menos a Inés, y sucede.



miércoles, 23 de octubre de 2013

El miedo que tengo



Regreso de la abstracción pasando por la dialéctica.





-Teniendo en cuenta que ahora el pensamiento se vende en supermercados, sólo podemos elegir en cuál  compramos ¿Tú a cuál irías?

-Yo al de Hegel, rubio, yo siempre al de Hegel,  y si puede ser bien acompañada, contigo por ejemplo.

Acabo de volver a oír, integra, en algún rincón de mi cerebro, una rica conversación de este verano con el dialéctico.

Soy una perdularia, de vez en cuando, siguiendo una sendita que empieza bien adentro de la literatura, camino, camino, camino y, de pronto, estoy en la filosofía otra vez. ¡No se puede pensar solo y sin armas!¡hacen falta asideros!¡por qué desaprovechar las ventajas de todos los que pensaron antes! Me digo, y sin darme cuenta me empapuzo unos cuantos libracos gordos y abstractos, sin duda agentes de mis episódicos desconciertos.

Anduve con Hannah Arendt y Simone Weil, que ya en los años treinta veían claramente que se acababa el trabajo y sabían que habría que pensar en modelos redistributivos. Algo que todavía no he oído fuerte en ningún medio. Vigencia, la escalofriante vigencia.

(¡Bien pronto rompo mis mutismos! Luego pongo a parir a los poetas que mandan correos de cien páginas contando que se retiran. Todo está en todo. ¡No! ¡Ahora panteísmo no! ¡que es muy tarde! Pero bueno, da igual, por aquello de la dialéctica y de mi natural contradictorio me apetecía decir que sí, pero ¡¡¡¡no!!! Antes de irme a dormir)

(Aún no, otra postdata, sobre el futuro y el "trabajo": "15 millones de méritos" de la serie Blak Mirror)

lunes, 21 de octubre de 2013

domingo, 20 de octubre de 2013

viernes, 18 de octubre de 2013

Vencredi, la nuit.



Estoy encantada con ese apaño que me he preparado con el atril y la lámpara de los chinos, ¡aún más copista me voy a volver con tantas comodidades! Aprovecharé la infraestructura para tomar muchas notas e intentar distinguir un poquito entre poder, potencia, fuerza, autoridad y violencia, que es lo que me he puesto como preocupación esta noche (estoy a punto de descubrir por qué y para qué)

¿Les irá bien el jazz a esos extraños parientes?

martes, 15 de octubre de 2013

Sombrero, abrigo, guantes.




Me he ido debajo de un árbol con Vallejo, por fin hacía frío. Una de las cosas que más me gusta hacer en el mundo es abrigarme.


Sombrero, abrigo, guantes.


Enfrente a la Comedia Francesa, está el Café
de la Regencia; en él hay una pieza
recóndita, con una butaca y un mesa.
Cuando entro, el polvo inmóvil se ha puesto ya de pie.

Entre mis labios hechos de jebe, la pavesa
de un cigarrillo humea, y en el humo se ve
dos humos intensivos, el tórax del Café,
y en el tórax, un óxido profundo de tristeza.

Importa que el otoño se injerte en los otoños,
importa que el otoño se integre de retoños,
la nube, de semestres; de pómulos, la arruga.

Importa oler a loco postulando
¡qué cálida es la nieve, qué fugaz la tortuga,
el cómo qué sencillo, qué fulminante el cuándo!


César Vallejo

Alguna cosica sobre las cosas. O de la polisémica cosa.




-Sanuy
-Berdor
-Preparamos alguna cosica sobre las cosas o qué.
-Venga.

 Por la mañanita nos hemos puesto tarea la Berdor Corrales y yo, vamos a dedicar todo el día a buscar cosas sobre las cosas porque a partir de ahora daremos las clases juntas. ¡biennnnnnnnnnn!

Se aprenden un montón de cosas con Ester.

Empezaremos fuerte, con Borges:
Las cosas
El bastón, las monedas, el llavero,
La dócil cerradura, las tardías
Notas que no leerán los pocos días
Que me quedan, los naipes y el tablero,
Un libro y en sus páginas la ajada
Violeta, monumento de una tarde
Sin duda inolvidable y ya olvidada,
E1 rojo espejo occidental en que arde
Una ilusoria aurora. Cuántas cosas,
Limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
Nos sirven como tácitos esclavos,
Ciegas y extrañamente sigilosas
Durarán más allá de nuestro olvido;
No sabrán nunca que nos hemos ido.