No se parecen en nada los sueños de un animista en el campo y de la misma persona en un apartamento. A un animista que vive entre manglares no lo visitan individuos, lo visitan ejércitos. Si se traslada a un hogar aséptico y tiene visita sólo puede ser su madre reclamándole una llamada.
JAIME DE ARMIÑÁN Y SU JOTA EN LOS PREMIOS GOYA
-
(Publicado en Aragón Digital, 17 de abril de 2024) La muerte de Jaime de
Armiñán el pasado 9 de abril, a los 97 años de su pródiga vida, me ha
removido rec...
Hace 6 días