jueves, 13 de noviembre de 2014

Efemérides o todo empieza un poco antes.






El día de la ofensiva inauguraba una librería, por primera vez todo estaba listo a tiempo, pero cuando llegué con el ramo de flores descubrí que los libros habían succionado el aceite con el que estaban pintadas las estanterías y ya todo fue caos.

Por la tarde, mientras volvíamos a colocar los libros, oí unas cuantas veces.

-Marta, a lo que estamos, ¿ahora qué haces viendo la tele?

Había por allí una tele diminuta en blanco y negro a la que no podía quitar ojo, ¡los guerrilleros salvadoreños se estaban tomando la ciudad a la brava! y yo sentía una mezcla de euforía, miedo, dolor y alegría.

Como si adivinara que mis futuros amigos estaban por allí, atravesando San Salvador con buitrones de casa a casa, como si supiera que era en Ayutuxtepeque y en la Zacamil la gran balacera.Como si ya intuyera que me esperaba un relato interminable de lo que estaba ocurriendo esa noche.