El pueblo de al lado está a tres kilómetros por el camino, mi padre es de allí, ellos no son un pueblo, llevan toda la vida repitiendo que son barrio: pertenecen a la capital (aunque nosotros estamos más cerca) Ellos no son agrícolas, siempre fueron industriales, más glamurosos. Ellos no tienen historia, como su propio nombre indica: Casetas. Octavus es de fundación romana. Los dos lugares tuvieron durante muchos años el mismo censo de habitantes: 2500, y se dedicaron a simbolizar dos mundos irreconciliables. Luego llegó nuestro gobernador de fuelles y paraguas, Pascual, y desfizo el entuerto. Ahora en Utebo hay 16.000 almas y los caseteros siguen igual.
¿Por qué les ha sucedido esto?, se preguntan cuando tienen que agachar las orejas y venir a nuestro teatro, a nuestra sauna y a nuestro restaurante chino y han tenido que dejar de llamarnos pueblerinos al unísono.
Pues yo lo sé. Por el reloj. Por ese reloj parado a las cuatro y veinte desde hace treinta años que tienen en medio del pueblo (perdón; barrio). Como soy un hibrido colaboro con el enemigo y (eh Juana) llevaba años advirtiendo:
-Hasta que no pongáis el reloj en marcha aquí no va a pasar nada.
La semana pasada me llamó el señor Almenara: esta semana van a dejar se ser las cuatro y veinte en Casetas y tenemos que celebrarlo. ¡Por fin!. Digo yo que me he ganado una cena.
Texto de la presentación del libro Tu existe de Luz Pichel leído en Enclave
de libros, Madrid, el 16/4/024 y en la librería Ramón Llul, Valencia, el 9
/3/024
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*polas fendas das pedras das casas respira / a historia do mundo * **Todo o
mundo precisa alghún día de monte * Desde esta casa vese o mundo enteiro *
sa...
Hace 2 días