viernes, 5 de julio de 2013

Tengo un huerto, estoy releyendo Rayuela, y me suena todo lo que pienso a homilía.




Podría encontrarme a dos o tres a la vuelta de la esquina haciendo  lo mismo que yo. No hay que pegarse la vida huyendo de los comportamientos gregarios, pensaba estos días, ésa es otra de las tonterías que tienen que ver con el divide y vencerás. Con esa pervertida idea de que hay que crearse una individualidad compleja.

Querer ser especial es tan dañino como querer ser importante. Ambos son síntomas de una patología inoculada por intereses piramidales. Nos pegamos la vida queriendo ser únicos y bebemos en los mismos vasos de duralex que nuestro vecino, tenemos los mismos muebles de Ikea y oímos las mismas canciones. Yo creo que únicos eran nuestros abuelos, que se fabricaban los vasos y los muebles y cantaban y contaban por la noche.

Cuánto más me resisto a mis teorías cogidas por los pelos más me acosan. Yo no quería contar pendejadas sino hablar del huerto y de la relectura de Rayuela, ¿de qué sino? si acabo de terminar el capítulo de la muerte de Rocamadur.

-Parecemos extraterrestres

Dijo ayer Mila cuando nos quedamos apabiladas viendo la flor que se ha convertido en berenjena.

Y me dejó reflexionando, porque sí, es un poco extraterrestre tener tan poca participación en la propia vida y, en una o dos generaciones, se nos olvidaron demasiadas cosas fundamentales. El progreso, esa línea recta, nos fue alejando de lo que de verdad importa: la autonomía, la sorpresa renovada, el ciclo.

La agricultura forma parte de esas experiencias casi místicas que no pueden explicarse y creo que los huertos están devolviendo a mucha gente a la sana casi no actividad de la contemplación (lo peor que se le puede hacer a una persona o a una tomatera es demasiado caso). Además, si hay una palabra clave que nos pueda sacar del abotargamiento es potencialidad, y nada hay tan potencial como la tierra y las semillas.

De Rayuela poco nuevo tengo que decir aún, lástima recordar tan bien, subrayar, rescatar la letra pequeña ,y eso es mucho,es lo que toca.