Mi hermana dice:
-Yo necesito contarle a
mamá lo que ha pasado.
Luis dice:
-La única que estaba
preparada para afrontar algo tan duro como su muerte era ella.
La tía Pili dice:
-Se murió bien feliz,
jamás le había pasado por la cabeza poderse morir.
Y está la tía Emma con quien, como siempre, como con mi madre, comparto las tres o cuatro
cosas que nos han llamado la atención en el día, y hablamos de los
demás un poco, y de política, mientras suena sin parar el timbre: uno le trae
tomates, el otro pimientos, una vecina manzanas, ella vive allá
abajo, donde es bien diferente la vecindad.
Se ha tomado una cerveza
el de los melones y la tertulia ha sido de erudición agrícola. De
camino al coche he imaginado sus comentarios y sus gestos, y he
tenido que empezar a negociar con mis limitaciones.