jueves, 24 de enero de 2008

La tristeza y la esperanza


Cuando puse un link al blog de Rafael Cid lo puse mal, lo puse a una entrada concreta. Mentiría si dijera que no me di cuenta. Lo que pasa es que lo dejé para encontrarme sin buscarla con esta cita:

La tristeza y la esperanza
La tristeza es el gran pecado de Occidente y uno de los grandes pecados que deben ser evitados en Oriente. Es uno de los síntomas del deseo y si la erradicamos, la paz y el amor son posibles. Me considero una gran pecadora occidental porque la tristeza me define....¿Tiene esperanza? No. Creo que hay que erradicarla, la esperanza es parte del deseo

(Chantal Maillard)

No en vano Rafá es mi médico, y mi sanador muchas veces. El más ansioso pierde, me recuerda con frecuencia don Rafaél Cid. Me gusta escribir en el blog, me obliga a aislar minucias trascendentes. Voy a corregir ese link mal puesto y luego me voy a poner a pensar con Musil, con Chantal Maillard un rato. Me voy a mover lo menos posible, cada indio que libre su cacastle.

Carmen, es Bill Viola

¿De la luna llena? ¿de cómo mutamos?


La luna llena lo ha hecho todo trizas. A las siete he tenido un ataque de mala leche con desdoblamientos, hacia días que no me veía en esas, hasta revelaciones trufadas traía el arrebato. Claudia lloraba porque no se puede ir a Perú con el pasaporte caducado, ¡ y el otro!, ¡bueno el otro!;huyó, volvió, tornó, y todo jalando energía, y el teléfono escupiendo más histerias parecidas, y la tortícolis. Una barbaridad lo de la luna llena este mes, al menos en mi entorno.

Me he ido a tomar una cerveza con Joaquín a la fresca, necesito pasar frio cuando todo esta así, me ha contado que a los terneros les pasa lo mismo, que se ponen muy nerviosos con la luna llena, sentirse animal reconforta un poco, al menos a mi me ha tranquilizado. Como gallina en eclipse, decían los salvadoreños. Pero me ha tranquilizado más que Sonia me dijera que me veía muy nerviosa (y que le parecía muy raro, con piropo). Entonces me he desdoblado y tranquilizado otra vez. Agotador.

Estoy dándome cuenta de lo brutos que somos en esta ribera desde que todo lo grabo. Aunque Miguel dice que peor es lo de los ecologistas, que no son cariñosos.

Cuando era pequeña vi una película en la que un chico y una chica corrían desenfrenados por un bosque y se abrazaban. Creo que en ese momento empezaron mis desvelos, cuando me pregunté ¿pero cómo se han puesto de acuerdo?. Y ese recuerdo remoto ma ha estado persiguiendo todo el rato mientras hablaba con Miguel de encuentros y desencuentros, ya más tranquila, con fuego, con tierra, con aire alrededor.

Menos mal que estos días estará Blanca, ese oráculo, y podré ver lo que habitualmente veo también con sus retinas.

¡PordiosCarmen! ¡Casi no lo digo!. Hoy Don Francisco de Goya.