jueves, 8 de abril de 2010

Otra vez el horizonte se ha puesto en el fondo de una novela rusa



Hoy estaba deseando ser ciclo, crear rito, disfrazarse de potencia, pero me he quedado en casa, recogiendo la mesa de trabajo ¡qué había tajo para aclararse! y leyendo a Larrea:

Signos de ansiedad

Hoy un aire perplejo rodea nuestro ajedrez de palomas
el follaje inconsciente se curva bajo el peso muerto del cerebro
te distraes y el día cae
tu desnudez pone en libertad un número indefinido de pájaros

El día cae fuera de propósito cae
en los brazos de un bienestar
siquiera un tanto volatinero
tus pensamientos levantan el polvo
de los caminos de la atmósfera
sin llegar a comprender que el alba es una transacción de corazones.

Adoptan las tretas de los cristales cuando la luna sale de caza

aguzan el dócil marfil de los elefantes
que conducen los caos interiores hacia el éxtasis
y el sol hacia el este aún si el cielo cierra sus filas

El horizonte se ha puesto en el fondo de una novela rusa
todo es matemático como un intercambio de astucias
en las ferias de las Indias bajo las ráfagas de otoño
todo es matemático como un borracho
bajo la tormenta
cuando los relámpagos tropiezan en las lechuzas
y nuestras esperanzas se agotan en el velódromo de la edad
dando vueltas y más vueltas

Juan Larrea, Versión Celeste.
Traducción Luis Felipe Vivanco