martes, 1 de junio de 2010

El horizonte ofrece el aspecto de una confianza mal colocada


Y yo sigo pegadita a Larrea:

Naturaleza indebida

Al partir del olvido con fingidas rosas
un sol verde a medida del deseo desnuda el mar
alrededor de un fuego quebrado esperan las heridas
el regreso de la cabeza en que se perfila la noche

La hora del saber dejada en suspenso sobre la ribera
a golpes de espejismos corta la retirada de los ríos
y allí donde el corazón se instala como en un relámpago
la esperanza espesa sus sauces hasta que el invierno
aprenda a distinguir a simple vista su júbilo de un hermoso vestido

Gota a gota en el caminar puro y breve
alrededor de las manchas del sueño nacen como tejidos de urgencia
arcos-iris en celo para los que saltan el delirio
nombres de velero para los menos prontos que sonríen.

Juan Larrea Versión Celeste Editorial Cátedra, y el título también es de Larrea, que hacía malabarismos con los horizontes.

La imagen es de Dave Muller