Miguel Angel Gil Andaluz
Pocas declaraciones me parecen más soeces que las de los que exclaman:
-Lo perdonaré si me pide disculpas.
Hoy lo decía María Kodama refiriéndose a Katchadjian en Clarín y me ha recorrido un escalofrío. Claro que es peor cuando lo dice alguien conocido y resulta infernal cuando lo dice alguien querido porque, casi automáticamente, deja de serlo. Querer que te pidan disculpas es solicitar un gesto de humillación para constatar que eres el vencedor y tienes el poder y ¡ ¡ ¡ la razón!!! sólo si humillas tanto como crees que te humillaron podrás descansar . Me interesa el concepto de perdón en un caso, cuando se empareja con el de entendimiendo y es un proceso íntimo y silencioso. Cuando se "entiende" no hacen falta ritos confrontativos. Si el otro es alguien cruel, por lo tanto ininteligible, no hay que perdonar; hay que condenar, apartarlo y olvidarse.
Estuvo bien desatinado Borges buscando pareja, con lo listo que era para otras cosas.