jueves, 14 de enero de 2010

El peso del cartón



Al principio he pensado que era contradictorio acordarme de esta canción viendo las imágenes de hoy en Puerto Principe, pero qué va, es lo mismo siempre, y todos sabemos que no se muere nadie en Japón ya por un temblor de esos grados, ni de más, claro que son pertinentes las casas de cartón hoy, sobre todo porque esa canción casi se susurraba, se cantaba quedito, como un rezo, y no hay que cambiar la letra para entonarla hoy por los Haitianos.

¿Alguien puede describir un barrio de casas de cartón?, siquiera imaginarlas desde este lado:

Yo ya no.

P. D. Un enlace muy interesante sobre Haití que ha publicado hoy Paco Gómez Nadal:

Haití, de la catástrofe a la hecatombe

Gracias Paco


Actualité a l´affiche



¡Para aliviar!: más racismo y un terremoto terremoto en Haití. ¡Nada menos que en Haití!, he pensado por la mañana

Y luego me he acordado de mi sobrino, Tomás, que tiene siete años y una crisis de fe y ha pasado las navidades diciendo ¡vaya dios, siiiiiiii es que existe, que lo dudoooooo!¡vaya dios que no va a África ni cuida a nadie!. Mientras su hermano gemelo, Alejandro, se declaraba católico sin dudar: ¡es que si no cree en dios no puede creer en los reyes magos!, lo hace por eso, me sopló el otro, enfebrecido en su cruzada atea. Y así va todo.

Me he puesto a rebuscar al final de la tarde, con suerte porque me he reencontrado con un tipo que me fascinó hace mucho tiempo, el de las dos manzanas bailando, se llama Michael Batory, poco he podido averiguar sobre él, que hace los carteles del Theatre Chaillot y na más.