Aunque es domingo oigo y digo cosas fantásticas como:
-Que le tires tres patatas por el balcón.
-¿Tres patatas?¿y eso?
-Que viene María Jesús a comer
-¿Quién viene?
-Susi
-¡Ah! Susi. ¡Qué bien! Se las voy a pasar en ascensor.
Y ata un ovillo de lana a una bolsa con diez o doce patatas.
(no sé yo si se va a comer tantas patatas María Jesús, a lo mejor con Susi sí)
Ésta mañana, cuando hemos vuelto de pasear, me ha dicho mi madre.
-Ayuda a tu padre, anda, que tiene las manos como tú.
-¿Qué está haciendo?
-Algo muy importante. Buscar los puntos cardinales. No sólo el norte no, no, todos, los cuatro.Tira, él te lo contará.
Y me lo cuenta: toda su vida ha querido llevar una brújula en el coche y hasta ahora no había llegado la ocasión. Quien le vendió el último llevaba una virgen del pilar con imán.
-Fue quitar la virgen y encontrar una brújula, esa mujer tiene poderes, pero la brújula tenía patas y se las estoy cortando.
Así que luego, cuando oígo la palabra surrealista aplicada a un roto y a un descosido, me pongo mala.
Ah, otra cosa de la que me he acordado esta mañana, de un padre que le dijo al hijo que recogiera la habitación pero el otro que no, que él había oído que el tiempo pone las cosas en su sitio.
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