Después de leer diarios me da menos
pudor que esto sea un diario. A mí me pasan pocas cosas, pero no es
que Cheever, Musil,Thomas Mann o la Carson tengan una vida de la
leche, que también cuentan tontadas a montón. Ayer por la mañana
me acordé de la Señora Daloway por alguna deriva parecida.
Fue un buen día de cumpleaños. La
primera llamada de la tía Emma, como casi siempre, Luego una honda
conversación con María Jesús regando, hacía un viento de estos
que lo vuelven todo muy raro. Después un rico vermout en el porche:
es un lujo que esa mujer se ponga narrativa y ayer tocaba repaso de
mi vida.
-Entonces, resumiendo: el primer caso
lo tengo muy claro, convivía con vosotros, te lo dije entonces, lo
vuestro no era una pareja, era una historia de colegas. Pero es que
uniendo cabos la segunda vez fue igual. Joder Martita, que es que te
casas con los amigos, o los conviertes en amigos después, eso lo
pensaré para la próxima semana. La cosa es que así no es.
Cuando me narra María Jesús
me siento absolutamente ajena a mí misma, ligera e intemporal.
Después el aligerador fue Matías describiendo
el brazo de gitano de carne que había preparado mi madre, y al que se
le reventó la envoltura.
- Este viene de
una reyerta, pero mira como lleva el brazo, si hasta se le ven los
huevos.
Y cuando nos estábamos tronchando la
remató
-Tú no te rías, que estás deprimida.
Y muchas más cosas, claro.
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