Autoconsejo.
No hay que manosear las palabras, se les borra la imagen.
Pero hay que fijar los hechos
Domingo, sol radiante. Una danza
de gente, veinte personas donde generalmente no hay nadie. Ellos vuelven de ver el huerto cuando
nosotros volvemos del vermouth. Lío de saludos. Yo era la única que los conocía
a casi todos.
Primero saludé a alguien con quién conviví mucho y a quién no
tenía ningún deseo de volver a ver, aunque hayan pasado veinticinco años, y después
a Alberto, a quién llevaba esperando
conocer desde que empecé a oírle nombrar, casi desde la infancia. Que estuviera el
segundo borró la existencia del primero, o algo así. No queda tiempo para todo.
Tuvimos solamente cinco minutos. Su presencia era tan armónica como me imaginaba. Me despedí
diciendo:
-Cuando nos volvamos a ver te
contaré cómo has influido en mi biografía.
Esas cosas no se dicen todos los
días.
Lo que me produce guacala
El domingo, también el domingo, me
desperté con una sensación pastosa, atrapada en una palabra, luego le dí la
tabarra a mi madre en el paseo: “los pijos”, “el pijerío” los inconfundibles tonos "pijos" ,ese radar que me
localiza siempre la sinsustanciadez elevada a estética. Ese submundo inane del que hace
tanto que salí por patas pero con el que inevitablemente me reencuentro
¿Qué van a hacer ahora?
Y esos textos, que no son ni
textos, son alaridos suplicantes que supuran un dramatismo ajado.
Preferiría no
asistir a esos saltos desgarbados, ¡Venga!¡que me tiro! parece que dicen: desde la adolescencia hasta la decrepitud. De un solo.
Como diría Musil, tanto
individualismo ha producido pocos individuos.
Duda
¿Es más inteligente lo que se te
ocurre en la cama, cuando apagas la luz, o es una falsa impresión que tiene que
ver con alguna contracción neuronal, un achatamiento nervioso, imprescindible, de
las puntas que sobresalen durante el día?
Sueños embuchados
Sueño mucho con un San Salvador
abstracto, enmarañado, difícil, en el que me pierdo continuamente. Anoche soñé
que se lo contaba al Tibu, me desperté cuando le decía, aun estando allí, que necesitaba
ir para soñar la ciudad de otra manera.
+ Musil
“Alguien sugiere canonizar el
dinero para afianzar mejor el respeto en el pueblo; Maier lo desaconseja, más
vale conservar a Dios como presidente y al dinero como secretario general”
Otro colmo:
No tener ocasión de decir: te
llevo al huerto.
Teniendo dos.
++Musil
Tal vez es que percibimos algo que apenas podemos soportar: lo íntimo contenido por el sentido de la elegancia-la gracia de la razón envuelta en erotismo.
Descubrimiento estacional:
Las agujetas: el cuerpo existe y
me duele entero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario