Si se escribe cuando se esta triste el texto provoca tristeza,
si cuando se está enfadado, irritación etc, etc ¿Y si se escribe con dolor de
cabeza ?
Hay que escribir lo que no se puede contar hablando, decía
Doña María. Por lo tanto ¿habrá que hablar de lo que no se puede decir
escribiendo? Hay temporadas en las que todo acontece en los márgenes del
texto.
Estaba triste como una taza cuando algo me ha arrancado una
carcajada, y ahora: ¿qué hago?¿quién soy?
Otros recurren a las caminatas, al yoga o a la cruceta. Mi
método, ya lo he contado, es la sopa juliana. Nunca estoy tan segura de lo que siento como cuando estoy cortando cachitos
microcósmicos de patata, cebolla, zanahoria, perejil, ajo, apio, pimiento,
tomate, ¿qué más lleva?
¡Jengibre! La historia del jengibre y el absurdo de algunos
círculos: no encontraba
por ningún sitio y tuve que plantar el que compré en el supermercado, tomó.
2 comentarios:
Vaya mano que tienes con las plantas , maja!! lo de la sopa juliana como terapia me lo apunto....defensa obsesiva, metódica y con un delicioso resultado!!
ánimo Martina! va bene...
Muchos besos linda!
No se me dan mal las plantitas. Ni la defensa obsesivo metódica, a ver si pronto te invito a una. besicos cielo.
Publicar un comentario