martes, 26 de febrero de 2013

Interrogantes leves de una evadida








Si se escribe cuando se esta triste el texto provoca tristeza, si cuando se está enfadado, irritación etc, etc ¿Y si se escribe con dolor de cabeza ?

Hay que escribir lo que no se puede contar hablando, decía Doña María. Por lo tanto ¿habrá que hablar de lo que no se puede decir escribiendo? Hay temporadas en las que todo acontece en los márgenes del texto.

Estaba triste como una taza cuando algo me ha arrancado una carcajada, y ahora: ¿qué hago?¿quién soy?

Otros recurren a las caminatas, al yoga o a la cruceta. Mi método,  ya lo he contado, es la sopa juliana. Nunca estoy tan segura de lo que siento como cuando estoy cortando cachitos microcósmicos de patata, cebolla, zanahoria, perejil, ajo, apio, pimiento, tomate, ¿qué más lleva?

¡Jengibre! La historia del jengibre y el absurdo de algunos  círculos: no encontraba por ningún sitio y tuve que plantar el que compré en el supermercado, tomó.


2 comentarios:

SATSUMA dijo...

Vaya mano que tienes con las plantas , maja!! lo de la sopa juliana como terapia me lo apunto....defensa obsesiva, metódica y con un delicioso resultado!!

ánimo Martina! va bene...

Muchos besos linda!

Marta Sanuy dijo...

No se me dan mal las plantitas. Ni la defensa obsesivo metódica, a ver si pronto te invito a una. besicos cielo.