Van unos diez años conviviendo con ese animal diminuto y su baño matinal es un importante rito diario para mí, además sabe protestar y pedir agua o música, o me lo imagino. Pero sobre todo es el único ser vivo que me contesta siempre que le hablo.
Vaya, un golpe, pero esa optimista insensata que me habita se puso a elucubrar: mejor que se haya escapado a que se hubiera muerto. ¡Cómo si no fuera lo mismo! ¡el Pichi no aguantaría en la calle vivo ni dos horas!
Recogí la jaula y me pareció enorme la ventana, estuve mirando al tendido sin esperanza de verlo porque es diminuto, pero oí a montones de pájaros.
Después, cuando puse en marcha el ordenador, me avisó de un virus. Primero intenté matarlo a mano, pero bajé otro antivirus y se clavó. Entonces recordé la frase que me ha colonizado durante toda la semana “recuperar la configuración anterior”. Me costó dos horas recuperar la configuración anterior del ordenador y las aproveché para preguntarme si sería posible recuperar alguna de mis anteriores configuraciones, aunque fuera la del día anterior con pájaro.
Cuando, por fin, el ordenador se puso en marcha, el Pichi salió de encima de un armario y se me posó en el hombro.
Vaya, una mañana de reflexión y aventuras.
2 comentarios:
Vaya, menos mal que Pichi volvió!!!Es curioso, sí, en el mundo digital se puede volver al pasado, en el analógico, no.
Menos mal, vos sabes cuanto abulta esa minucia.
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